Masajes para bebés.©AdobeStock

Bebés

Cómo dar a tu bebé un masaje relajante para que lo disfrute al máximo

Es un contacto piel con piel que les ayuda a liberar la hormona de la oxitocina, les tranquiliza y les prepara, por ejemplo, para el sueño. Pero tiene más beneficios. Te los contamos.

“Los beneficios de dar masajes, pero más ampliamente, los beneficios del contacto en sí con los bebés son enormes”. Así nos lo confirma Iñaki Pastor, doctor en Fisioterapia y autor de varios libros, como Ayúdale a despegar (Vergara) y Cómetelo a besos (Aurum Volatile), en los que explica, entre otras muchas cosas, que “los masajes suponen un contacto, que es uno de los estímulos más fundamentales en la maduración del sistema nervioso del ser humano, uniendo nuestra realidad biológica y nuestra identidad social”.

Así pues, sea como sea, lo importante es aumentar ese contacto y, también, saber identificar las señales que nos indiquen que el bebé está preparado para recibir un masaje. Estos pueden darse todos los días y de muy distintas formas:

  1. En forma de presiones suaves, de caricias y abrazos, darle miles de besos y pedorretas por todo el cuerpo o, simplemente, estar en contacto con la piel descubierta. Todos, nos dice Iñaki Pastor, “son fantásticos”.
  2. El masaje puede ser antes de dormir, siempre que sea relajante y suave, con poca luz y canciones suaves. Pero también puedes realizarlo en cualquier momento del día y de forma más intensa, si lo que buscamos es “estimular el desarrollo físico, motor y sensorial”.

Beneficios para todos los bebés, pero más para los prematuros

Los beneficios que tiene, de manera general, son:

Sin embargo, se ha comprobado que, en el caso de los bebés que nacen antes de tiempo, los masajes tienen aún más beneficios. Así nos lo confirma Iñaki Pastor, que nos dice que “si el contacto constituye uno de los pilares del desarrollo, su necesidad es mucho más imperativa en los bebés con dificultades y, en concreto, en los bebés prematuros”. Y es que hay estudios realizados a finales del S. XX que constataron cómo los bebés prematuros en contacto piel con piel constante con sus madres:

  • Mejoraban sus constantes vitales.
  • Conseguían aumentar de peso.
  • Mejoran también la lactancia y, por tanto, se nutrían mejor.

Un contacto piel con piel que, por ejemplo, Ariadne Artiles puso en práctica con sus gemelas, María y Julieta, y el conocido método canguro, y que también se potencia con los masajes que, nos cuenta Iñaki Pastor, “ha estado presente en muy distintas culturas desde tiempo inmemoriales, siendo una gran forma de estimular y activar a los bebés, además de ser una bellísima forma de que se sientan queridos”.

Cómo hacerle un buen masaje a un bebé

Nos dice Iñaki Pastor que “no existe, como tal, un masaje ideal”. Si observamos los masajes de la tradición hindú, vemos que son intensos y estimulantes, suelen formar parte de los protocolos de limpieza. Sin embargo, en Occidente, son más frecuentes los masajes suaves y con cremas hidratantes. “En definitiva, lo que cuenta, es el contacto y la intención que se tenga con ese masaje: ¿estimular o relajar?”.

  1. Una recomendación muy general, nos dice el experto, “es no hacer los masajes totalmente basados en caricias superficiales, sino apretar suavemente cada parte del cuerpo, con presión, como un abrazo amoroso”. Los bebés necesitan algo más de intensidad en el masaje de lo que estamos acostumbrados a darles. Así, su cerebro reconocerá mejor su cuerpo, gracias a estas estimulaciones de la piel, pudiendo moverse y madurar mucho mejor.
  2. Otra recomendación es que los masajes estimulen las respuestas del bebé. Es decir, “un bebé no tiene por qué estarse quieto mientras se le hace un masaje, sino que hay partes de su cuerpo que, al ser tocadas, pueden desencadenar ciertos movimientos o reacciones. Y está muy bien que así sea”, nos dice el experto.
  3. En tercer lugar, “hay que estar atentos a cómo el bebé recibe el masaje, observando qué es lo que más le gusta, qué le sienta bien y qué le irrita”. Los bebés, como todas las personas del mundo, pueden tener unos días mejores que otros y cada uno es sensible a un tipo distinto de tacto.
  4. En todo caso y con independencia del tipo de técnica que apliques, lo mejor es terminar el masaje dejando a tu bebé sobre tu pecho, ambos descubiertos, durante al menos 30 o 40 minutos. “Os podéis cubrir por encima”, nos explica el experto, “pero que, entre vosotros, solo haya piel, serenidad y amor”.
  5. Por último, tenemos que saber también que “un masaje de 20 minutos se queda muy pobre si durante el resto del día, no hay tiempo de estar piel con piel con nuestro bebé, simplemente abrazados, si la lactancia no se hace con la madre y la mayor superficie de piel en contacto o si no se le besa por todo el cuerpo, despertando sus reacciones y risas”.

Si utilizas cremas, naturales y sin componentes químicos

Para Iñaki Pastor, estos productos no son ni imprescindibles ni necesarios, por el simple hecho de que “el ser humano toca, siente y da masajes a sus bebés desde hace siglos, mucho tiempo antes de que desarrolláramos este tipo de productos”. Por tanto, no es necesario el uso de cremas o aceites. Pero, en el caso de querer usarlos, es fundamental que sean absolutamente naturales, sin componentes químicos y sin olores artificiales. Una petición que no se refiere solo a un tema de salud para la piel, sino de evitar la irritación de las mucosas respiratorias del bebé, que son muy sensibles a todos los ambientadores o perfumes.

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