La osteoporosis infantil es una enfermedad silenciosa, pero de importancia, que puede condicionar la salud ósea del niño para toda su vida. Actualmente no hay datos de su prevalencia real ni en España ni en el mundo, ya que sus manifestaciones pueden aparecer años después de que se inicie. Lo que sí se sabe es que su frecuencia está aumentando, al asociarse a enfermedades crónicas de la infancia.
La Dra. Berta Magallares, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y especialista en Reumatología Pediátrica del Hospital Universitari de la Santa Creu i Sant Pau, de Barcelona, nos habla de esta enfermedad tan poco conocida en niños.
El ejercicio físico es un factor protector frente a la osteoporosis infantil
¿Cómo se manifiesta la osteoporosis en niños?
"Los síntomas son similares a los de la osteoporosis en adultos: la mayoría de los casos son asintomáticos hasta la primera fractura", explica la experta. Además, hay un factor que complica la detección y es que "en los niños pequeños, el dolor puede ser más difícil de localizar".
Los especialistas pueden detectar "fracturas 'silentes' que han pasado desapercibidas al estudiar una segunda o tercera fractura. Esto es especialmente frecuente en vértebras", comenta.
La osteoporosis infantil puede ser primaria, cuya causa puede ser genética. En este caso, las fracturas se suelen manifestar desde los primeros meses de vida. "La forma más conocida de este grupo es la osteogénesis imperfecta, coloquialmente llamada 'enfermedad de los huesos de cristal”, señala la reumatóloga pediátrica.
Cuando hablamos de osteoporosis secundaria, que es la que aparece a consecuencia de enfermedades crónicas (hormonales, hematológicas o reumatológicas, entre otras) o por sus tratamientos (por ejemplo, los corticoides de forma continuada), se suele diagnosticar dependiendo de cuándo se presente la enfermedad de base, pero suele identificarse entre los cinco años de edad y la adolescencia.
¿Cómo afecta la osteoporosis al desarrollo infantil?
"El principal problema de la osteoporosis Infantil es que ocurre durante el periodo de desarrollo óseo, una etapa clave para alcanzar una adecuada masa ósea", advierte la Dra. Magallares. "De la misma manera que un problema de salud en la infancia o déficit nutricionales pueden condicionar que no se alcance la estatura correspondiente de un individuo, también puede ocurrir que no se gane la cantidad de hueso necesario dentro del mismo hueso, es decir, que los huesos terminen siendo 'porosos' (de ahí el nombre de 'osteo-porosis')", añade.
Un hueso poroso es mucho más frágil que un hueso normal, y tiene riesgo de fracturarse ante traumatismos mínimos o, a veces, sin existir siquiera esos traumatismos. "Cuando esto ocurre en la infancia, y no se alcanza la cantidad de hueso normal', si no se pone remedio a tiempo, habrá un riesgo aumentado de fractura para el resto de su vida, incluso aunque no se manifieste durante la infancia. De hecho, a largo plazo, se puede ver incrementando el riesgo de osteoporosis postmenopáusica e incluso las fracturas de cadera a edades más tempranas a las que podrían esperarse", alerta.
¿Y qué sucede cuando la osteoporosis es más grave en el niño? "En algunos casos más graves de osteoporosis infantil, como ocurre en algunos subtipos determinados de osteogénesis imperfecta, la repetición de fracturas, además de condicionar dolor, pueden terminar soldando de forma defectuosa, con alteraciones en la forma de los huesos, de tal manera que puede alterar y dificultar la marcha y la realización de otras actividades de la vida diaria, con todos los problemas de dependencia que se pueden derivar de los mismos".
¿Cómo se trata la osteoporosis infantil?
Para tratar la osteoporosis infantil, el primer desafío es identificarla para abordarla según su causa. "Además, se debe garantizar una correcta alimentación con la cantidad necesaria de calcio según la edad y es fundamental evitar, en la medida de lo posible, el sedentarismo, ya que la mayor parte de los estudios científicos que evalúan la adquisición de hueso durante el crecimiento, apuntan a un factor protector de la osteoporosis infantil, al ejercicio físico", recalca la representante de la SER.
Cuando estas medidas son insuficientes, se pueden usar los denominados fármacos osteomoduladores, que favorecen la ganancia de hueso durante la infancia y la adolescencia, con el objetivo de prevenir las fracturas. Estos medicamentos se suelen administrar por vía intravenosa mediante goteros en el hospital.
¿Se puede prevenir la osteoporosis en el niño?
La osteoporosis puede prevenirse o detectarse de forma precoz para reducir el riesgo de fracturas en el futuro. Pero para eso hay que tener una sospecha de que la enfermedad está ahí. Estos son los dos escenarios de sospecha que apunta la Dra. Berta Magallares:
- "El primero, cuando hay fracturas de repetición, sobre todo ante traumatismos de pequeño impacto, fracturas raras o si se presentan fracturas de dos o más huesos largos (como el fémur, la tibia, o el húmero, por ejemplo) antes de los 9 años de edad, o 3 o más fracturas de huesos largos hasta los 18 años. En estos casos habría que consultar con un reumatólogo pediatra para valorar la necesidad de iniciar un estudio de fragilidad ósea".
- "El segundo escenario en el que podemos sospecharla es en niños que, por causa de enfermedad o tratamientos recibidos, como pueden ser quimioterapias o corticoides, o también si han precisado inmovilizaciones prolongadas, entre otros, se puede prever un aumento de su fragilidad ósea. En estos casos, además de hacer estudio y seguimiento para la prevención de la osteoporosis Infantil, está indicado asegurar un aporte de calcio adecuado con la dieta e intentar conseguir alcanzar una actividad física adecuada".
Hay que tener en cuenta que, sin tratamiento, la fragilidad ósea puede mantenerse de por vida, ya que el hueso no alcanza la densidad necesaria durante el crecimiento. "Esto se traduce en un mayor riesgo de fracturas con traumatismos mínimos como golpes o caídas", concluye la especialista.







