El ojo vago, como se lo conoce popularmente, o ambliopía, en términos médicos, afecta al 13,5% de la población escolar. Es una afección que conviene detectar en los primeros años de vida, ya que, de no corregirse, los efectos que tiene sobre la visión se perpetúan en la edad adulta.
¿Cómo impacta en el rendimiento escolar? ¿A qué otras áreas puede afectar el ojo vago en niños? La Dra. Dora Fernández Agrafojo, oftalmóloga de Centro Médico Teknon, de Barcelona, nos revela su importancia.
Con antecedentes familiares de ojo vago, estrabismo o problemas de visión, se recomienda llevar al bebé a consulta a partir de los dos años de edad
¿Por qué el ojo se vuelve vago?
Tal como explica la experta, "el ojo vago, o ambliopía, es la pérdida de visión en uno de los ojos. Sucede cuando el cerebro, al recibir una imagen de peor calidad de uno de ellos, simplemente lo ignora. Con el tiempo, esta falta de uso hace que la visión no se desarrolle correctamente".
Los factores que llevan al ojo vago son diversos, pero entre ellos hay anatómicos, desviaciones del ojo (estrabismo) y anisometropías, es decir, una diferencia sustancial de graduación entre ambos ojos.
¿Cómo se puede detectar el ojo vago en el niño?
La detección de la ambliopía es fundamental desde el comienzo, ya que "si no se trata a tiempo, puede convertirse en una causa de pérdida de visión permanente en la edad adulta", como alerta la oftalmóloga. Y, aunque parezca lejano en la infancia, los problemas de visión binocular y de mala visión en el adulto, pueden condicionar el desempeño laboral deseado. "Hay profesiones como, cirujanos, pilotos de avión, corredores profesionales, es decir, todas aquellas que requieren una gran precisión en la visión, que no se podrían realizar. Por ello, es fundamental el diagnóstico precoz y la corrección temprana del ojo vago", recalca la Dra. Dora Fernández.
El diagnóstico del ojo vago comienza muy pronto, con los programas de evaluación del niño sano. No obstante, la especialista recomienda realizar una revisión visual precoz, "idealmente a partir de los tres años de edad", para detectarlo lo antes posible.
"En la actualidad, contamos con tecnología avanzada para detectarlo a tiempo, incluso desde los dos años. Pruebas como la retinografía con retinopelis o la videoculografía con GazeLab nos permiten analizar la visión y el movimiento ocular de forma rápida y segura. Esta tecnología, combinada con la experiencia profesional, nos ayuda a diagnosticar la ambliopía y otros problemas, como el estrabismo, para garantizar el correcto desarrollo visual del niño", destaca.
¿Qué síntomas pueden alertar del ojo vago?
El ojo vago puede no presentar síntomas evidentes en los primeros años de vida, "pero más adelante puede manifestarse con dolores de cabeza, tortícolis o dificultades en la lectura", revela la experta de Centro Médico Teknon.
Si el menor ya está en periodo escolar, es muy importante detectarlo, pues "puede causar cansancio durante el estudio, dolores de cabeza y molestias cervicales. Estos síntomas pueden afectar el rendimiento académico".
Además del ámbito visual, "el ojo vago puede afectar la estabilidad, la conducción de vehículos o actividades como montar en bicicleta, es decir, cualquier actividad que requiera una buena coordinación y visión de ambos ojos", añade. Por lo que este ámbito también puede dar pistas a los padres de que hay un problema de visión que está condicionando al niño.
El ojo vago puede heredarse familiarmente. En estos casos, "ante antecedentes familiares de ojo vago, estrabismo o problemas de visión, se recomienda llevar al bebé a consulta a partir de los dos años de edad, para realizar una primera valoración oftalmológica".
¿Cómo se trata el ojo vago en los niños?
En cuanto se detecta, el ojo vago puede tratarse, y es importante que se haga de forma precoz para que el cerebro no descarte definitivamente esas imágenes que le llegan del ojo que no funciona igual de bien que el otro al tener ambliopía.
"El ojo vago puede corregirse a partir del primer año de vida. Si se detecta un problema de graduación, se indican gafas con la graduación adecuada, y en algunos casos se realiza oclusión del ojo sano para estimular el ojo vago", comenta la oftalmóloga. Es el típico parche que llevan algunos niños y que se coloca sobre el ojo no afectado para obligar a 'trabajar' al ojo vago.
Al margen de esto, al estar muy relacionados, "también es importante vigilar la presencia de estrabismo, ya que podría requerir intervención quirúrgica o tratamiento especializado".