Para lograr que un niño o un adolescente se interese por la lectura, el primer paso es ofrecerle un buen libro, uno de esos de los que es casi imposible despegar la vista de sus páginas. Y, si hay un libro que ha logrado despertar la imaginación de niños (y adultos) de todas las edades, generación tras generación, ese es El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, cuya segunda parte se acaba de publicar ahora, 82 años después de que esa genial obra saliera a la luz.
El encargado de escribirla ha sido un autor de la talla de Eloy Moreno, que ha recibido la aprobación oficial de la Fundación Antoine de Saint-Exupéry y de los descendientes del escritor francés. El nuevo viaje de El Principito (Ed. Salamandra) es el título de esta segunda parte, que transmite también infinidad de enseñanzas, tan necesarias de absorber en la infancia y, sobre todo, en la adolescencia. Hemos hablado con Eloy Moreno y le hemos preguntado acerca de cómo lograr atraer el interés de los más pequeños y por cómo fomentar la imaginación, y sus respuestas, al igual que su obra, ponen de manifiesto lo verdaderamente importante en la vida de niños y mayores.
Los niños aún tienen esa curiosidad por las cosas, por saber qué hay detrás de una pared, qué se esconde tras una puerta, que hay dentro de una caja…
¿Cómo consigues llegar tanto a los niños y a los adolescentes con tus obras? ¿Cuál es el secreto para conectar con sus intereses?
Creo que el secreto está en no escribir para jóvenes, o para adultos, sino escribir para todo el mundo. Al escribir una novela no pienso que esté orientada para un determinado rango de edades, yo las escribo para todos, de hecho la mitad de mis lectores son adultos y la otra mitad adolescentes. El secreto quizás radica ahí.
‘El nuevo viaje de El Principito’, al igual que el libro de Saint-Exupéry, es un viaje emocional. ¿Qué enseñanza principal te gustaría que los lectores más jóvenes se lleven después de leerlo?
Al final es un libro que habla de vivencias y valores a través de los ojos de la inocencia de un niño. Al igual que en el original, se tratan muchas de las problemáticas que nos rodean. Yo, en este nuevo viaje, he actualizado todos esos temas. Quizás la principal enseñanza siga siendo que lo verdaderamente esencial en esta vida es invisible a los ojos.
La historia también invita a los niños más mayores a hacerse preguntas trascendentales. ¿Cómo pueden los padres en casa ayudar a sus hijos a hacerse este tipo de preguntas tras la lectura del libro?
De la forma más sencilla, que es compartiendo la lectura. Ya son muchas las personas que me han comentado, bien por redes o en persona, que han leído el libro junto a sus hijos, y en cada página iban compartiendo sus impresiones. Creo que es una preciosa forma de leer un libro
'El Principito' original hablaba de la inocencia, la amistad y el amor. ¿Qué temas crees que preocupan hoy a los niños y adolescentes, y cómo los has reflejado en el libro?
Al final esos mismos temas son universales, por más años que transcurran el ser humano tiene los mismos sentimientos de ira, alegría, tristeza, emoción, enfado, tristeza… Simplemente, cambian las situaciones en las que se dan esas emociones, pero las emociones siguen siendo las mismas. En el nuevo viaje se habla del daño a la naturaleza, de la pobreza, del amor, de buscar un futuro mejor…
En tu obra, el Principito explota al máximo su vertiente de explorador. ¿Es necesario fomentar que los niños exploren, que investiguen, acerca de sí mismos y del mundo que les rodea?
Es necesario para los niños y para los adultos, que somos los que más nos hemos olvidado de hacerlo. Justamente los niños aún lo hacen, aún tienen esa curiosidad por las cosas, por saber qué hay detrás de una pared, qué se esconde tras una puerta, que hay dentro de una caja… Los adultos somos los que hemos perdido esa curiosidad; a veces solo es pereza, apatía, cansancio, falta de tiempo… Este libro es mucho más necesario para los adultos que para los niños. Ellos aún ven el mundo con ilusión y curiosidad.
¿De qué manera leer obras como ‘El Principito’ o ‘El nuevo viaje de El Principito’ ayuda a los niños y a los adolescentes a fomentar su imaginación?
Solo el hecho de viajar entre planetas, de pensar que quizás no estamos solos, que… quién sabe… ahí fuera puede haber mil mundos distintos al nuestro, ya es un nido de imaginación.
En tu libro, las metáforas siguen muy presentes y una de ellas habla de la falsa sabiduría. ¿Qué es y qué deben saber los niños y los adolescentes sobre ella?
Sí, ese es uno de mis planetas favoritos, el de la sabiduría, que en el libro, casualmente, está al lado del planeta de los libros. En la historia te das cuenta de que el planeta de la sabiduría está vacío, no hay nadie que vaya allí, a nadie le interesa… Sí interesan, en cambio, pequeños planetas con pequeños sabios que dicen saber de todo y en realidad no saben de nada. Y aun así tienen largas y largas colas de seguidores.
Otra de las metáforas habla de la felicidad, pero de una felicidad que viene de fuera, que es impuesta. ¿Cómo pueden tus pequeños lectores reconocerla y diferenciarla de la verdadera felicidad?
Creo que esa felicidad que viene de fuera solo es un instante, es efímera, viene por comprar un objeto, viene por un halago, por un me gusta… pero después desaparece, y la persona cada vez necesita más estímulos para ser feliz. En cambio, la otra felicidad, la que viene de dentro, es la que realmente nos deja sonriendo el alma.
‘El nuevo viaje de El Principito’ también tiene frases que entrañan un profundo significado, como cuando el Principito pregunta para qué sirve el pasado y su interlocutor le responde “sobre todo para no repetirlo”. ¿Qué aprendizaje pueden extraer los niños y los adolescentes de ahí?
Al final, todos debemos aprender del pasado, porque es aquello que ya ha ocurrido con sus aciertos y sus errores. Los aciertos hay que mantenerlos, pero los errores también debemos conocerlos para no volverlos a cometer, al final de eso trata esta historia, de avanzar.