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Nerea Riveiro, pedagoga, habla de la sobreestimulación en niños: "Cuando realizan una tarea que requiere más esfuerzo y atención, se desregulan, se frustran y abandonan"


Tanto niños como mayores estamos expuestos a gran cantidad de información rápida, estímulos cerebrales que pasan a gran velocidad y que influyen en muchos aspectos. ¿Qué pasa en un cerebro en formación como el de los más pequeños? ¿Qué efectos tiene sobre la atención y la concentración?


Nerea Riveiro© Nerea Riveiro
24 de septiembre de 2025 - 13:06 CEST

Nerea Riveiro es pedagoga infantojuvenil y especialista en dificultades del aprendizaje, altas capacidades y educación espacial, entre otras. Con su proyecto Pedagoqué, que desarrolla en su web y en las redes sociales (@pedagoque) aporta dinámicas y herramientas para trabajar con niños. Todo su conocimiento se plasma ahora en su libro Cómo estimular la atención en los niños (Ed. Espasa), donde explica de forma clara lo que sucede en la actualidad y ofrece 80 juegos y actividades para trabajar de forma lúdica la atención y la concentración de los más pequeños. Hemos hablado con ella.

Una cosa es que me cueste mantener la atención cuando hago tareas que no me motivan o no me interesan y otra muy diferente que sea una persona inatenta o que tenga un TDAH de tipo inatento

Nerea Riveiro, pedagoga

Se habla de que la capacidad de atención de los menores ha caído sustancialmente en los últimos años y que está muy fragmentada por el exceso de pantallas. ¿Cuál es tu opinión?

Es una realidad, la Asociación Española de Pediatría ya ha actualizado su recomendación de no exponer a los niños a pantallas hasta los seis años debido a que esta sobreexposición ha dado lugar a grandes consecuencias en el desarrollo de niños y adolescentes. Y no hablamos de dificultades a nivel atencional, sino relacionadas con su regulación emocional, el desarrollo de habilidades sociales, el desarrollo del lenguaje…

Al final, la gran parte del contenido al que están (y estamos) expuestos es contenido rápido, muy llamativo a nivel visual y sonoro y sobre estimulante, por lo que hiperactiva nuestro cerebro. El cerebro de los niños se acaba acostumbrando a este tipo de estímulos para mantener su concentración o para mantenerse motivado, eso quiere decir que cuando se pongan a realizar cualquier otra tarea o actividad en la que no haya este tipo de estímulos (como puede ser leer) no sean capaces de mantener su atención durante tiempos prolongados (atención sostenida).

Libro Cómo estimular la atención en los niños© Ed. Espasa

La atención es una de las funciones ejecutivas. Además de tener un efecto claro sobre el aprendizaje, ¿cómo afecta al neurodesarrollo en general que los menores tengan una atención y concentración menor de la deseada?

Sobre este tema hay bastante controversia, de hecho, hablo de ello en uno de los apartados del libro. No hay un consenso acerca de si la atención forma parte de las funciones ejecutivas o si, por el contrario, se trata de un proceso cognitivo independiente. 

En cuanto a cómo afecta a nivel de desarrollo en general, la atención es una habilidad que utilizamos constantemente, ya no solo a nivel de atención sostenida (ser capaces de concentrarnos durante tiempos largos) sino también a nivel de otros tipos de atención. Influye en la elaboración de las tareas, en poder realizar varias tareas al mismo tiempo, en el rendimiento académico, en las relaciones interpersonales… Por lo que es una habilidad muy importante en el desarrollo de cualquier persona.

Nerea Riveiro© Nerea Riveiro

Los expertos señalan cómo la tolerancia a la frustración de niños y adolescentes es ahora menor que en otras épocas. ¿Cómo se relaciona con la pérdida de atención y concentración?

Aquí deberíamos tener en cuenta cómo funciona el sistema de recompensa en nuestro cerebro. Así, de manera sencilla, debemos considerar que los niños y adolescentes cada vez están más expuestos a estímulos constantes e inmediatos como decíamos antes. Estos estímulos activan el sistema dopaminérgico del cerebro (formado por un conjunto de neuronas que producen, liberan y responden a la dopamina) que se asocia con el placer. Esta sobreestimulación lo que hace es que disminuya la capacidad de esperar o de sostener un esfuerzo en el tiempo buscando una recompensa más inmediata. Por lo que cuando realizan cualquier tarea que requiere más esfuerzo, más atención y menos estímulos, se desregulan fácilmente, se frustran y abandonan. 

Así que más que una causa-consecuencia, son dos cosas que van rápidamente de la mano. Como no soy capaz de concentrarme, me frustro y abandono. Como quiero acabar rápido porque me aburro, me frustro y abandono.

Niño pequeño jugando con piezas de madera© Adobe Stock

¿Cómo podemos diferenciar una atención mejorable o insuficiente de un trastorno por déficit de atención (TDAH)?

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo, lo que quiere decir que el cerebro de las personas con TDAH funciona de forma distinta al cerebro de las personas que no tienen este trastorno. El TDAH puede responder a tres tipos distintos: inatento, impulsivo/hiperactivo y combinado, pero hay muchas otras habilidades que se ven afectadas, como las funciones ejecutivas. 

El TDAH es algo mucho más complejo que simplemente no poder prestar atención, por eso vi la necesidad de escribir un libro donde no se relacione solo la dificultad atencional con este trastorno, porque puede haber otras razones por las que niños y adolescentes tengan dificultades en ese sentido. Sin embargo, un niño que tiene una dificultad atencional, no tiene por qué tener dificultades a nivel de funciones ejecutivas, ni su cerebro a nivel de activación es distinto.

Niña con TDAH haciendo los deberes© Adobe Stock

Recalcas que la atención no se puede imponer. Cuando un niño es inatento, ¿cómo ayudarlo para que vaya recuperando esa atención?

Si hablamos de atención voluntaria, es difícil pensar que si realmente podemos tener la voluntad de concentrarnos en una tarea, no lo hagamos porque no queremos. Ahí tiene que haber una dificultad porque no estamos teniendo esa capacidad.

La atención, como cualquier otra habilidad cognitiva, se entrena y se estimula. La ayuda por parte de la familia puede ir por diversos caminos: desde llevar a tu hijo a pedagogos que puedan reeducar esa parte hasta poder jugar con ellos en casa y así entrenarla de forma divertida. Incluso podríamos hacerlo con pequeñas tareas del día a día: mientras lavamos los platos, nos duchamos… 

Os recomiendo mucho ir anotando los tiempos que se mantienen realizando una tarea con vuestro peque e ir apuntando los tiempos para observar cómo va mejorando.

Niño pintando en su casa para reforzar la atención© Adobe Stock

¿Qué impacta más, en general, en la falta de atención de niños y adolescentes: factores internos o externos?

Ambas. Desde la neuroeducación sabemos que tantos factores relacionados con el entorno y otros factores internos pueden afectar e influir en nuestro desarrollo. Sin embargo, los factores externos tienen un poquito más de peso. Por ejemplo: no es lo mismo crecer en un entorno enriquecedor a nivel de estímulos y con una familia presente con el que has desarrollado un apego seguro, que en un entorno demasiado estimulante o poco rico en estímulos con una familia ausente con la que se ha desarrollado un apego evitativo o inseguro.

Todos esos factores influirán en nuestro desarrollo y por supuesto, también en quién y cómo somos: cómo afrontamos las situaciones, cómo gestionamos los conflictos, cómo nos regulamos a nivel emocional… y obviamente, también en el desarrollo cognitivo.

Cuando un adolescente llega a esta edad con una capacidad de atención y concentración muy limitada, ¿es posible revertirlo a estas edades o será un adulto inatento?

Tener dificultades de atención no significa que seas inatento, eso es importante tenerlo claro. Una cosa es que me cueste mantener la atención cuando hago tareas que no me motivan o no me interesan y otra muy diferente que sea una persona inatenta o que tenga un TDAH de tipo inatento.

Pero por supuesto que se puede entrenar. Hoy en día sabemos que gracias a la neuroplasticidad eso es posible. Podemos reconfigurar conexiones neuronales, el cerebro elimina lo que a mí me gusta llamar “caminos” que no utilizamos y que no son funcionales y refuerza aquellos que sí. Por lo tanto, tanto adolescentes como adultos pueden entrenar sus habilidades cognitivas.

Adolescente estudia para la PAU en la biblioteca© Getty Images

En el libro propones juegos para cultivar la atención. ¿Recomiendas hacerlos con todos los niños, aunque no hayan mostrado signos de déficit de la misma?

¡Claro! Estimular a través del juego (y sin pantallas) nunca está de más. Además, con las actividades propuestas en el libro también trabajamos otras habilidades cognitivas complejas como son las funciones ejecutivas, la velocidad de procesamiento…

La idea es que familias y profesionales puedan estimular a niños y adolescentes con pocos materiales y de manera diferente. A veces pensamos que necesitan muchos recursos, juegos… pero la realidad no es así y quise poder ponerlo al alcance de todo el mundo.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.