Un reciente estudio europeo, liderado por científicos españoles, ha puesto sobre la mesa el riesgo de las bolsas de lechuga, brotes, ensaladas y similares a la hora de contraer la toxoplasmosis. Así, se ha llegado a la conclusión de que en una de cada 25 bolsas de este tipo estaba presente el Toxoplasma gondii, un parásito que es el causante de la infección.
Hablamos con el profesor Borja Vargas Rojo, médico especialista en Medicina Interna y vicedecano de Asuntos Académicos en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), sobre cómo prevenir la toxoplasmosis en el embarazo y cuáles son las vías de contagio.
Las esporas de toxoplasma pueden sobrevivir más tiempo en el suelo o las superficies en ambientes cálidos y húmedos
El riesgo de la toxoplasmosis en el embarazo
Se estima que una de cada tres personas contraerá la toxoplasmosis a lo largo de su vida. En individuos sanos cursa con síntomas leves y sin complicaciones, y lo bueno es que genera anticuerpos que protegen de ella si hay contacto en posteriores ocasiones.
Pero en personas inmunodeprimidas y en embarazadas, la toxoplasmosis puede tener un coste muy alto. Por eso, en las primeras analíticas de la gestación se confirma si la mujer tiene o no anticuerpos. Si los tiene, es que ya la ha pasado y puede estar tranquila. Si no los tiene, deberá extremar las precauciones en esos nueve meses.
Los peligros de la toxoplasmosis sobre el feto van cambiando también según el trimestre en el que se encuentre la madre. Así, mientras que en el primer trimestre es más difícil la transmisión de la enfermedad madre-hijo, si esta se produjera, los daños sobre el feto son más graves y repercuten en el ámbito neurológico. Conforme el embarazo va avanzando, si la madre contrae la toxoplasmosis, la probabilidad de que se infecte también el feto es muy alta, pero los daños sobre él son más limitados.
¿Cuál es el mecanismo de contagio de la toxoplasmosis?
El Toxoplasma gondii “llega hasta el suelo o el agua a través de las heces de animales infectados (el gato es el animal donde se produce el ciclo vital del parásito), y allí permanece como esporas durante mucho tiempo”, indica el Dr. Vargas. “Puede encontrarse en frutas o vegetales que hayan estado en contacto con tierra o aguas donde hubiera esporas del parásito, o en la carne o la leche de animales infectados”, añade.
Esto supone que “animales como el cerdo, el pollo, el cordero o la cabra pueden infectarse por estos parásitos que hay en el suelo o el agua, y una persona podría a su vez sufrir una infección por comer carne de estos animales”. Pero, además, ocurre igual con el marisco y con la leche no pasteurizada, así como con el agua no tratada.
¿Cuál es la forma más eficaz de eliminar el parásito en los alimentos?
Para alejar el riesgo de toxoplasmosis, hay algunas recomendaciones que la embarazada debe tener en cuenta, como indica el experto:
- Frutas y verduras: “Se deben lavar con agua corriente a chorro de forma intensiva. Esto puede resultar muy difícil con algunos vegetales como lechugas o brotes porque tienen formas que facilitan que se acumulen restos de tierra, por lo que se debe ser especialmente prudente”. Existen, además, lejía y preparados similares de uso alimentario que se pueden emplear para higienizarlas. Es algo especialmente importante ahora en verano, donde tendemos a comer más alimentos crudos y teniendo en cuenta también que “las esporas de toxoplasma pueden sobrevivir más tiempo en el suelo o las superficies en ambientes cálidos y húmedos”.
- Lavado de manos: “Es fundamental lavarse adecuadamente las manos con agua y jabón, así como las superficies de la cocina y los utensilios que se hayan utilizado para manipular estos alimentos”.
- Carnes, embutidos y mariscos: “Se deben congelar al menos 24 horas, o asegurar que se cocinan correctamente (alcanzando una temperatura alta en el interior)”. No obstante, el Dr. Vargas indica que “no se debe olvidar que la congelación no es eficaz para eliminar otros microorganismos que pueden provocar infecciones graves en el embarazo, como la listeria”.
Precauciones fuera de casa ante la toxoplasmosis
Cuando la embarazada come fuera de casa y no ha pasado la toxoplasmosis, debe agudizar esos cuidados para no ponerse en riesgo.
Además de seguir siempre las indicaciones de sus profesionales médicos de referencia, “se debe evitar comer frutas y verduras crudas fuera de casa si no se puede garantizar que se hayan lavado correctamente. También se deben evitar carnes y mariscos crudos o poco cocinados y leche no pasteurizada”.
El agua también comporta peligro: “Tampoco se debe beber agua no embotellada en lugares donde no se sepa que está correctamente potabilizada”, destaca el experto de la UNIR.
Además, insiste en que “la toxoplasmosis no es la única infección grave que se puede contraer a través de los alimentos durante el embarazo, y puede ser importante tener en cuenta otras medidas adicionales”.