Rocío Ramos-Paul, psicóloga, sobre ‘la Generación de Cristal’: “Tienen claro que han permitido que sus padres decidan por ellos”

Si hay una característica que se asocie a la llamada Generación de Cristal, esa es su fragilidad, que es precisamente lo que ha hecho que se bautice así a esta generación de jóvenes. ¿Es esto cierto o no se trata más de que un estereotipo o de un prejuicio? Se lo hemos preguntado a Rocío Ramos-Paul, psicóloga y divulgadora ampliamente conocida por su papel en el programa Supernanny.

Ramos-Paul participa, como voz experta, en el documental La Generación de Vidrio, dirigido por Jaime Dezcallar con la colaboración de la Asociación Nacional de Fabricantes de Envases de Vidrio (ANFEVI), en el que se resaltan las cualidades de los más jóvenes. Hemos hablado con la conocida psicóloga sobre cuáles son esas cualidades, cuáles los desafíos y cuáles los estereotipos de esta generación.

¿Qué es la ‘Generación de Cristal’ y por qué se le llama así?

La generación del cristal son los nacidos a partir del 2000, que se caracterizan porque ya han nacido con las pantallas y se les asocia a fragilidad. "La generación del vidrio" es una propuesta que se hace en el documental para cuestionar la fragilidad o no de esta generación. 

¿Son estereotipos reales o responden a la brecha generacional, a que los adultos no les comprendan?

Siempre que hablamos de manera global aparecen los estereotipos y, por supuesto, esto no es más que un estereotipo. Es cierto que, desde que el mundo es mundo, las generaciones adultas critican a los que vienen detrás y esto no deja de, una vez más, confirmar que cualquier tiempo pasado nos parece mejor a los adultos. 

¿Están más sobreprotegidos por sus padres? En caso de ser así, ¿de qué manera les afecta?

Sí, vivimos una situación social, en general, muy sobreprotectora porque son cada vez menos los niños, cada vez se tienen más tarde y entonces se convierte en un éxito casi personal. Esto hace que, desde que nacen, los padres tengamos programado qué tienen que hacer, con lo cual hay una parte muy importante que esta generación se pierde, que es la toma de decisiones. 

De ahí que, muchas veces, no sean capaces de dar respuesta a dificultades con las que se encuentran en el día a día o que cuando, sobre todo estos adultos jóvenes de la generación de cristal, se dan cuenta de que el planteamiento no es lo que les gusta, lo que les motiva, no es con lo que se identifican… no sean capaces y les angustie mucho la forma o el esquema de tomar decisiones y cambiar la situación. 

© Getty Images/Maskot

¿Tienen que ver las características de esta Generación de Cristal con el hecho de que cada vez haya más menores de edad con problemas de salud mental?

Son una generación con características propias que, sobre todo, se enfrentan a mucha incertidumbre y, a veces, no tienen herramientas para los cambios sociales a los que se enfrentan, que principalmente son de estilo de vida. Cambia el estilo de vida y cuestionan mucho que el estilo de vida anterior les valga en este momento. 

Por contra, parece que prestan más atención a la salud mental que generaciones anteriores; ¿esto qué implica?

Pues no sabría dar respuesta a esta pregunta. Lo cierto es que ahora hablamos de salud mental y antes no lo hacíamos. Esta generación se caracteriza por hablar de lo que les ocurre, de lo que sienten, de lo que piensan… y por hacerlo de una manera mucho más espontánea. Y eso hace que tenga más presencia o cobre más protagonismo la salud mental en general.  

¿Qué cualidades positivas se podrían destacar de esta generación?

Es una generación muy creativa que, al ser muy sensible, más capaces de trasladar lo que sienten, están redefiniendo el papel de la identidad, de la masculinidad. Y son mucho más flexibles también con el tema de la identidad sexual. 

¿Cómo ayudarles a superar las barreras que sí puedan tener? (es decir, cómo desarrollar, por ejemplo, la tolerancia a la frustración o cómo ayudarles a afrontar problemas, si es que son algunas de las dificultades que presentan)

Quizá, desde el ámbito más clínico o más profesional, donde más dificultad está teniendo esta generación no es en el hecho de hablar de lo que sienten, sino de qué hacer con lo que sienten. Esto tiene que ver también con la sobreprotección: evitarles malestar de algunas emociones que generan malestar en el ser humano, hace que, cuando se frustren, cuando tienen estrés, cuando viene la incertidumbre… no sepan qué hacer con eso. Y eso les está llevando a vivir todo con mucha ansiedad. 

La ansiedad mantenida, a veces, tiene que ver con la depresión. Y darles herramientas en ese sentido, con la toma de decisiones, con la capacidad de frustrarse, con la capacidad de sentir malestar y saber hacer qué hacer con él, que no les bloquee, que es quizá el apoyo a nivel de gestión emocional que deberíamos hacer o que estamos haciendo con esta generación. 

¿Cómo se ven los jóvenes de la 'Generación de Cristal' a sí mismos?

Tienen claro que han permitido que sus padres decidan por ellos. Tienen claro que el mundo que tienen en este momento es más difícil que aquel en el que han vivido sus padres a la hora de cumplir expectativas. 

Viven mucho con la incertidumbre a cuestas, lo que hace que tengan que desarrollar, sobre todo, tres capacidades importantes: la primera es aprender a soportar o aprender a gestionar el estrés y la frustración; la segunda es ser capaces o tener habilidades para salir de la zona de confort; y la tercera tiene que ver con el inicio de esta conversación y las pantallas y este mundo globalizado, que es ser capaces de reflexionar, de tomarse un tiempo y pensar por ellos mismos acerca de lo que ocurre, de lo que les ocurre, etcétera.