Durante el embarazo, el sistema endocrino de la mujer está trabajando a tope, ya que las hormonas deben hacer su imprescindible papel para cobijar a la nueva vida. Pero a veces hay problemas, como cuando surgen patologías del tiroides. De hecho, los problemas tiroideos son la segunda endocrinopatía más frecuente en gestantes, tras la diabetes gestacional, y la primera en mujeres, en general, durante la edad reproductiva.
"El embarazo es una situación que puede favorecer la aparición de patología tiroidea, debido fundamentalmente a que durante el embarazo disminuyen los niveles de yodo, lo que propicia la formación de nódulos, al tiempo que aumenta la producción de hormonas que estimulan la actividad del tiroides", explican desde el Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Quirónsalud San José, de Madrid.
Cribado de la patología de tiroides en el embarazo
Además de todos los controles a los que se somete la mujer, y dado la alta frecuencia en que los problemas de tiroides se presentan en el embarazo, el Dr. Juan José López Galián, jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del citado centro, destaca que "es conveniente llevar a cabo una exploración tiroidea de rutina, un cribado de la función tiroidea y un examen físico cervical tan pronto como la mujer conozca que está embarazada".
De este modo, si hubiera alguna alteración anterior al embarazo, se detectaría en las primeras semanas, y si se empezara a generar a consecuencia de la gestación, podría llevarse un control adecuado en los siguientes meses.
Además, y para prevenir que aparezcan nódulos tiroideos en el embarazo, es recomendable tomar un suplemento farmacológico de yoduro potásico durante la gestación.
¿Cuáles son los principales problemas de tiroides asociados al embarazo?
La patología de tiroides es muy extensa, pero hay determinadas afecciones que son más habituales en estos nueve meses, tal y como destacan desde el Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Quirónsalud San José:
- Hipotiroidismo: "Se calcula que afecta en torno al 0,5% de los embarazos. Los principales riesgos asociados son pérdida de conciencia, hipotermia y bradicardia en el caso de la madre [frecuencia cardiaca baja] y bajo peso al nacer, riesgo de parto pretérmino y aborto espontáneo". Además, el hipotiroidismo puede afectar negativamente a la fertilidad.
- Hipertiroidismo: "Se estima que afecta alrededor del 0,2% de los embarazos. Si no se trata, los principales problemas que pueden aparecer son insuficiencia cardíaca, crisis por exceso de hormonas tiroideas en la sangre, trastornos hipertensivos y desprendimiento prematuro de la placenta, parto prematuro y riesgos fetales diversos". Tanto el caso del hipotiroidismo como en el de hipertiroidismo, la embarazada recibirá un seguimiento continuado por parte del endocrino en los nueve meses y se ajustará la medicación a sus necesidades.
- Tiroiditis posparto: "Se presenta en alrededor del 5% de las mujeres sin antecedentes de enfermedad tiroidea y puede causar tanto hipotiroidismo como hipertiroidismo. En el primer caso, el riesgo más frecuente es la depresión". Por este motivo, siempre que la mujer presente un estado depresivo tras haber dado a luz, hay que examinar su función tiroidea por si fuera producto de este desorden endocrino.
Cáncer de tiroides, el segundo más diagnosticado en el embarazo
Entre los problemas de tiroides del embarazo también puede estar el cáncer de tiroides, que es el tumor maligno más diagnosticado en la gestación, por detrás del cáncer de mama. Tiene una prevalencia de 14,4 casos por cada cien mil nacimientos. Alrededor del 10% de todos los cánceres de tiroides que se detectan durante la edad fértil se diagnostican durante el embarazo o en el primer año posparto.
No obstante, es un cáncer con muy buen pronóstico, y no hay que alarmarse de entrada si la mujer se descubre un nódulo tiroideo, ya que más del 90% de ellos son benignos. En el caso de que fuera maligno, los estudios demuestran que el diagnóstico de cáncer de tiroides durante el embarazo no supone un empeoramiento significativo del pronóstico a largo plazo. Así lo explica el Dr. Jorge Martín Gil, especialista de Cirugía General y del Aparato Digestivo de dicho centro y experto en cirugía endocrina: "Si hablamos de cáncer diferenciado de tiroides, y siempre que las características del mismo lo permitan, en la mayoría de las pacientes la recomendación será posponer la tiroidectomía hasta después del parto, habida cuenta de que los estudios realizados sugieren que el retraso en la cirugía no tendría un impacto relevante en el pronóstico".
Solo en algunos casos la cirugía de tiroides no se podría posponer durante el embarazo, y corresponde a mujeres que tienen nódulos agresivos o localmente avanzados, cuando hay ganglios cervicales metastásicos, cuando el nódulo está provocando una gran compresión en la zona, o cuando el crecimiento del nódulo sea muy significativo.
Si es necesaria, la cirugía de tiroides se llevará a cabo en el segundo trimestre del embarazo, a ser posible, ya que es cuando menos riesgos asociados conlleva, pues en el primer trimestre hay más posibilidades de aborto y en el tercero, de parto prematuro.