El acné es la alteración dermatológica más frecuente. De hecho, ya a los 12 años afecta al 70% de la población y tiene un pico máximo de incidencia entre los 14 y los 17 años, donde se puede observar en el 80-90% de los adolescentes. Esta es una fase en que los chicos se suelen mostrar inseguros y necesitan sentirse aceptados y parte del grupo de iguales, por lo que el aspecto físico es muy relevante. Pero el acné lo pone difícil.

Para conocer cómo abordar esta patología hemos consultado con el Dr. Adrián Alegre, dermatólogo en la Clínica AB Derma de Madrid y miembro de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

¿Por qué se presenta el acné?

Hay muchos factores que intervienen en la aparición del acné. Entre ellos, el experto cita el hormonal. Así, un “desarrollo hormonal rápido y precoz (por acción de las hormonas masculinas o andrógenos)” puede hacer que haya acné. También influyen otras causas familiares y hereditarias (es más probable cuando hay antecedentes directos que también lo han tenido). E igualmente juega un papel destacado el estrés, a través del cortisol.

Una vez que aparece, el acné puede empeorar por distintas situaciones como “la manipulación excesiva de la cara o consumir alimentos muy grasos o muchos azúcares (por ejemplo, bollería), lácteos”, indica el Dr. Alegre. Por ello, hay que evitar la ‘tentación’ de tocarse y explotarse esos granos, pues el resultado puede ser aún peor.

La mejor forma de tratar el acné juvenil

“El acné es una enfermedad dermatológica y, como tal, debe tratarse desde una consulta de Dermatología, combinando tratamientos tópicos con prescripción médica en los casos más leves (en cremas y geles) o bien orales en pastillas en casos más graves”, explica el especialista de la AEDV.

Por tanto, no es una situación que se pueda dejar pasar con la idea de que remita sola. El acné necesita de un diagnóstico, una vigilancia y un tratamiento. De hecho, algunos de los remedios populares logran justo el efecto contrario y empeoran el problema. “Hay que evitar alimentaciones estrictas poco variadas, así como las cremas ‘milagro’ sin supervisión dermatológica que prometen eliminar el acné”, indica. De la misma forma, tampoco aconseja las limpiezas manuales muy agresivas, ya que no ayudan a controlarlo sino al revés.

Es necesario que la higiene de la zona donde hay acné (que puede ser el rostro, los brazos, la espalda...) sea adecuada, pero siempre siguiendo las pautas del profesional médico. El objetivo de esa rutina de limpieza sería ayudar a eliminar el exceso de grasa que está provocando la aparición de esos granitos.

¿Qué novedades hay en los tratamientos contra el acné?

La forma de tratar el acné juvenil ha cambiado en los últimos tiempos. Así, “las novedades más importantes consisten en emplear combinaciones de fármacos orales, pero a dosis más bajas de lo habitual (evitando efectos adversos). Por ejemplo, isotretinoina o roacután por su nombre más popular, junto a láseres y terapias lumínicas para acelerar la curación”, destaca el Dr. Adrián Alegre.

De este modo, el problema se aborda desde dentro y desde fuera, pues el acné provoca marcas en la piel que también son difíciles de gestinar para los chicos jóvenes.

Además, hay otra nueva línea de tratamiento que “cada vez le da más peso al microbioma cutáneo e intestinal como parte de un buen control del acné”, sugiere el dermatólogo. El microbioma cutáneo está formado por todos los microorganismos que habitan en la piel y que tienen una función ‘defensiva’ frente a alteraciones como el acné u otras como la dermatitis atópica. Así, el microbioma actúa de barrera y puede luchar contra las infecciones.

¿Por qué consultar con el médico en caso de acné?

El acné puede ser leve o moderado, pero en otros casos es grave y hay que estudiarlo. Por este motivo, conviene que el paciente sea valorado por un especialista para que prescriba el tratamiento correcto y vigile su evolución.

Además, hay que tener en cuenta que el acné puede relacionarse con otras enfermedades. Por ejemplo, con hiperandrogenismo (exceso de producción o actividad de las hormonas masculinas) en mujeres, “y en ese contexto aparecer ligado a hirsutismo (más vello), alopecia, piel grasa o incluso virilización como voz ronca”, advierte el Dr. Alegre.

Así, su recomendación es “estudiar las hormonas en casos de acné muy persistentes o con esos síntomas asociados”.