Con sus hijas©mariekondo

Niños

‘La magia del desorden’, según Marie Kondo: ¿una casa con niños desordenada es sinónimo de felicidad?

La gurú del orden reconoce que, con tres hijos, no consigue mantener su hogar impoluto y presenta una nueva filosofía de vida ideal para madres y padres de niños pequeños

Marie Kondo saltó a la fama en 2014 con la publicación de su libro ‘La magia del orden’. En él, además de dar numerosas pautas de gran utilidad para ordenar (y, sobre todo para mantener ese orden), venía a decir que para alcanzar cierto nivel de bienestar y de felicidad, era necesario un hogar ordenado. En aquella época, la chica japonesa que se acabaría convirtiendo en la mayor gurú del orden de todos los tiempos, no tenía hijos. Se había casado un par de años antes y no sería hasta 2015 cuando sería madre por primera vez. Con su primera y su segunda hija, había conseguido mantener lo que para ella (y para millones de personas a lo largo y ancho del planeta, todo hay que decirlo) era una verdadera filosofía de vida. En este tiempo, ha seguido publicando libros sobre el orden e incluso, uno de ellos, sobre cómo enseñar a los niños a ordenar. Así, hasta 2021, cuando nació su hijo pequeño. Con él, su forma de vida ha dado un giro radical y reconoce, tal y como recoge The Washington Post, que ha sucumbido: “Mi casa está desordenada, pero la manera en la que gasto mi tiempo es la correcta para mí en esta etapa de mi vida”.

Sus palabras han causado gran expectación y hasta se han viralizado. El motivo es el hecho de que sea precisamente ella quien reconozca que no es capaz de mantener su casa ordenada con tres niños pequeños puede, sin duda, “ayudar a los padres y madres que se hubieran podido sentir frustrados por el cambio que supone que haya niños en casa para sus estándares de orden y limpieza en el hogar”, como señala la psicóloga sanitaria Gema Campos, experta en atención infanto – juvenil y en adultos. “Cuando un niño o niña entra en la vida de sus padres, es una persona más que entra a ocupar ese mismo espacio; sería de una rigidez poco adecuada para el niño o la niña que nada cambiase”, puesto que “aparecerán juguetes, ropa tirada, pinturas, manchas nuevas, cosas descolocadas, rotas, etc., porque es una persona más que vive y se tiene que notar”.

A raíz de esta nueva situación en su vida, Kondo ha escrito un nuevo libro, ‘El método kurashi: Cómo organizar tu espacio para crear tu estilo de vida ideal’. Aquí, lo importante ya no es el orden, sino más bien cómo adaptarte a las circunstancias para ser feliz. Y aquí, el comentario entre cientos de padres y madres sin fuerzas para recoger juguetes a todas horas es claro: una casa con niños desordenada, es una casa feliz. ¿Realmente es así?

2019 Creative Arts Emmy Awards - Arrivals©GettyImages

Una casa desordenada con niños... ¿es sinónimo de felicidad?

Quizás, para muchos niños sí, pero para sus padres no tanto. Dependerá, en todo caso, de cada familia y de cada individuo, independientemente de su edad. Lo que está claro es que “el desorden se convierte en una pérdida de control más que hay que aceptar, igual que lo es la limitación en el tiempo disponible o los desvelos por la noche”, subraya la doctora Campos. “La casa no volverá a ser la que era”.

Una realidad que no siempre es fácil de asimilar, por mucho que se deseara la maternidad o la paternidad. En este punto, el nuevo método de Marie Kondo, el kurashi, se presenta como una vía alternativa para ayudar a muchos progenitores a encontrar el equilibrio. Sobre todo porque “no para todas las personas el bienestar emocional está vinculado al orden”; por eso, es importante tener en cuenta que “en la convivencia es donde hay que llegar a acuerdos en este aspecto porque lo que necesita cada uno es diferente”, ya se trate de adultos, ya de niños.

“Hay algo también de respetar el orden ajeno que tiene mucho que ver con respetar a la persona”, subraya Campos. “Mientras en los espacios comunes haya respeto, en lo privado cada padre decidirá hasta dónde permite o regula lo que sus hijos hacen”. Aquí, “la complicada tarea del adulto” no es decidir si “orden sí u orden no, sino qué mezcla de autoridad y respeto al otro aplican en este delicado tema que es el orden”.

Cuando intentar mantener el orden en una casa con niños se convierte en una obsesión

En ocasiones, esa pérdida de control de la que habla la psicóloga sanitaria puede dar lugar una obsesión por intentar mantener el orden a toda costa, algo que, como hasta Marie Kondo reconoce, no siempre es posible cuando se comparte espacio con niños pequeños. “Hay personas que utilizan el orden y la limpieza como una forma de regular lo que no pueden ordenar en otras áreas de su vida” y eso no solo no es perjudicial, sino que puede resultar de utilidad durante un tiempo. “Si deja de ser un recurso que ayuda y se convierte en un problema, es el momento de consultar con un psicólogo”, indica Campos.

Pone como ejemplo que “puede darse el caso de que un progenitor se refugie en la limpieza y el orden para no afrontar otras áreas de la crianza o de su relación de pareja que no funcionan y que le producen mucho malestar”. Si de lo que se trata es de “un intento un poco rígido de mantener en el hogar el orden que se tenía antes de que aparecieran los hijos, quizá haga falta un trabajo de aceptación de que las cosas no son como antes y los objetos que nos rodean son un buen indicador de esto”.

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