Síntomas de embarazo©iStockimages

Embarazo

Subida de temperatura: ¿síntoma temprano de embarazo?

Si aún no tienes una prueba que lo confirme ni ha llegado la primera falta, pero notas más calor del habitual… ponte el termómetro; podría ser un signo de embarazo

¿Es posible saber que estás embarazada antes de que lo confirme una prueba o de la primera falta? No cabe duda de que el síntoma más claro y evidente de un embarazo es la falta de menstruación. Pero también hay otros muchos que nos pueden dar algunas pistas. Entre los más conocidos están las típicas náuseas o mareos, la alta sensibilidad del pecho o los cambios en el apetito. Sin embargo, algunas mujeres confiesan sentir otro tipo de signos que no saben si son o no indicativos de un posible embarazo. Por ejemplo, una subida de la temperatura corporal acompañada de una sensación de calor constante o en un determinado momento del día que nunca han tenido y que comienza a repetirse día tras día. ¿Podría ser este un síntoma temprano de que vas a tener un bebé?

La respuesta es sí. Así nos lo confirma la Dra. Mónica Aura, directora médica de la Clínica Ginefiv Barcelona, que nos confiesa que “los ligeros cambios de temperatura pueden ser un síntoma en las primeras semanas del embarazo”. Pero, cuidado, nos advierte, “también pueden ser un indicador de que la mujer está a punto de ovular”. La sensación, en realidad, se parece bastante. Sin embargo, “si después de 15 días se siguen experimentando estas subidas en la temperatura corporal de la mujer, lo más probable es que exista ya un embarazo”.

Una subida de temperatura corporal en torno a los 37 ºC

Cuando hablamos de un embarazo, nos cuenta la doctora, “lo normal durante las primeras semanas del embarazo es que alcance los casi 37 ºC”. Es una subida continuada, es decir, que la notarás durante todo el día, aunque bien es cierto que irá variando dependiendo de muchos factores, entre los que destacan el clima, la actividad física y el estrés.

Este incremento de la temperatura se debe, nos explica la doctora, “al aumento de los niveles de progesterona segregada por el cuerpo lúteo una vez se ha producido la ovulación” (de ahí que, durante este momento, también se produzca una subida de los grados en nuestro cuerpo). Sí, casi todo lo que te ocurre tiene su origen en las hormonas y los cambios en los que se ven inmersas durante estos meses. El papel fundamental de la progesterona en concreto es facilitar la implantación del embrión. Por eso, en el caso de que se produzca un embarazo, esta subida de temperatura que se produce durante la ovulación se mantiene y, si no, regresará a su estado habitual al cabo de unos 10-12 días aproximadamente.

Obese pregnant woman feeling cheerful©iStockimages

Cuándo debo preocuparme por una subida excesiva de temperatura

La doctora nos dice que “desde el momento en que te quedas embarazada, tu temperatura no dejará de experimentar cambios a lo largo de toda la gestación”. Son alteraciones, como nos ha explicado, causadas por la hormona de la progesterona que alcanzan su pico en la semana 12 desde la concepción. Por lo tanto, a partir de este momento, la temperatura debería ir disminuyendo progresivamente hasta estabilizarse.

Pero, ¿qué pasa si esto no ocurre? No te preocupes, porque durante todos los meses de gestación, “puedes llegar a sufrir incluso sofocos, no debes preocuparte, porque no son ningún síntoma de que tu bebé o tú no estéis bien”. Sin embargo, si sobrepasas esos 37 ºC de los que hablábamos, “debes acudir a tu médico de cabecera o ginecólogo, ya que podría haber otras causas ligadas al incremento de temperatura y hay que ver cuáles”.

Y es que, de media, la temperatura de la embarazada aumenta ligeramente entre 0,3 y 0,4 grados, por lo que se suele llegar a esa media de unos 37 ºC. Pero a partir de 38 ºC, por ejemplo, ya se considera fiebre y podría ser señal de un proceso infeccioso que podría afectar al bebé.

Consejos para aliviar estas décimas de más

En la época en la que nos encontramos, pleno verano y con una subida constante de los termómetros en todo el país, puede ser un síntoma realmente molesto. No tanto como las omnipresentes náuseas cada mañana, pero sí que es importante estar alerta y prevenir un posible golpe de calor, mareos o un dolor de cabeza derivado de ello. Por eso, la doctora nos recomienda:

  • Intenta mantenerte siempre hidratada, un consejo que es fundamental incluso si no sientes este incremento de la temperatura corporal. No solo bebiendo agua, sino con alimentos hidratantes o zumos, por ejemplo.
  • Viste siempre que puedas prendas ligeras, preferiblemente de algodón y lino.
  • Lleva contigo toallas húmedas para refrescarte y evita salir en las horas de más calor.
  • Si lo necesitas, no lo dudes, date un baño con agua templada. Y utiliza las piscinas aprovechando el verano.
© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.