Un vestido palabra de honor y con capa para Andrea, la novia que se casó en Cantabria
Eligió un diseño inspirado en la alfombra roja creado por Helena Mareque
Hay novias que, para su gran día, buscan un vestido sencillo, que no llame demasiado la atención. Otras, por el contrario, quieren una prenda única y muy especial. Ese fue el caso de Andrea. Esta novia de Santander nos explica que tenía muy claro lo que buscaba. "Me encantan los vestidos de alfombra roja, de pasarela, y qué otra ocasión iba a encontrar para ponerme un vestido así que el día de mi boda. De hecho, los vestidos de inspiración que enseñé a Helena Mareque eran vestidos negros de gala", nos cuenta.
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Un vestido de alfombra roja para Andrea
La novia nos explica que desde el primer momento tuvo claro que Helena Mareque sería la encargada de dar vida a su diseño. "No visité a nadie más. A través de prensa o Instagram viendo su trabajo me parecía que cada vestido era único. Unos me gustaban más que otros, pero lo que más me gustaba es que no se parecían entre ellos, que eran especiales. Eso me hacía pensar que ella sabría ver la esencia de cada uno a la hora de diseñar los vestidos".
Después de contarle lo que buscaba se pusieron en marcha y Helena, que es una artista del diseño, supo dar forma a las ideas de Andrea y crear para ella una prenda muy especial. "Supo lo que quería para mi vestido antes que yo. Me enseñó una tela que me enamoró y de ahí empezamos a construir". La novia llevó un vestido palabra de honor, con el cuerpo encorsetado y la falda con cierto volumen y llena de movimiento. De la cintura nacía una sobrefalda con cola que, tal como nos explica, se la retiró para poder bailar mucho más cómoda.
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Uno de los complementos más especiales fue la capa que Andrea lució en su entrada a la iglesia. Se trataba de un diseño confeccionado en seda rizada, anudado con una ligera cinta, y con dos detalles joya a cada lado de la atadura. "He de decir me dio mucha pena quitármela", asegura.
Andrea recuerda todos los meses de pruebas con muchísimo cariño. "Helena vive todo el proceso con una pasión que se nota en el resultado del exquisito trabajo que hace. También le hizo el vestido a mi madre, el proceso creativo de este también fue una pasada, me quedo con lo divertido que fue, lo echaré de menos".
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Complementos sencillos para un vestido muy especial
Hay veces que las novias lucen un diseño tan sencillo que es necesario apostar por complementos que ayuden a dar un aire totalmente diferente al look (o al menos un aire especial). Sin embargo, cuando el vestido es tan especial como el de Andrea lo mejor suele ser optar por accesorios más bien sencillos. Ella se decantó por unos aros, unos pendientes desenfadados con los que aportar un aire más casual al resultado final. Llevó también su anillo de pedida. En cuanto a los zapatos, eligió unos stilettos blancos, un calzado sencillo, minimalista y elegante.
Muy sencillo fue también su ramo. La novia apostó por una composición llena de color y formada solo por nueve gerberas. "Amo esas flores, tendría gerberas frescas de mil colores en mi casa cada día. Creo que ponerlas de colores le quitaba seriedad al vestido, lo hacía más divertido y veraniego. Había nueve flores porque es mi número favorito y como guiño a la fecha de nuestra boda. Lo dividí en tres para entregarlo a dos amigas y a mi hermana durante la comida", nos cuenta.,
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Sencillos fueron también su maquillaje y su peinado. Andrea quería un look natural que el equipo de Macavi logró, dejándola especialmente favorecida. Para su cabello también buscaba un acabado desenfadado y por eso apostó por una coleta a la que anudaron un lazo del mismo tejido de la capa. "Fue gracioso que Conchi mi peluquera y yo estuvimos haciéndolo más estrecho esa misma mañana y como no tenemos ni idea de cortar telas nos quedó un churro… y bueno ¡así fui con ello! Más desenfadado de lo que planeaba", recuerda divertida.
Su historia de amor
Andrea es de Santander, Miguel de Burgos. Se conocieron en el colegio mayor Loyola de Madrid, mientras estudiaban. "Pasamos unos años increíbles allí y muchos de nuestros mejores amigos estaban en la boda disfrutándolo con nosotros. Todos ellos fueron testigos de nuestros inicios", nos cuenta.
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La idea de dar el paso surgió cuando llevaban 10 años. De esos, unos cinco habían sido a distancia. "Cuando volví de Estados Unidos y nos fuimos a vivir juntos ya estábamos decididos de que era el momento". La petición de mano llegó poco después. "Un día, al salir de trabajar, me encontré una carta con una pista y de ahí estuve de ruta por pueblos de Cantabria, pista tras pista, hasta que llegué a una cabaña burbuja (chulavista) en las montañas donde me pidió matrimonio. ¡Al día siguiente celebraba mi cumpleaños y no me pude aguantar, se lo contamos a todos!".
Andrea nos cuenta que ella y Miguel tienen juntos no solo su proyecto de vida. "Venimos de ramas diferentes, pero trabajamos juntos en una empresa familiar en el sector de la óptica. Tenemos muchos proyectos juntos no solo en lo personal si no también en lo profesional, somos un gran equipo. De hecho, estamos empezando una marca de gafas juntos y nuestros invitados ¡¡recibieron una gafa personalizada cada uno!! También tamaño small para los que tienen peques".
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Y llegó el gran día
El pasado 9 de septiembre Andrea y Miguel se dieron el 'sí, quiero' en la Colegiata de Santillana del Mar. "Es un mes en el que celebramos nuestro aniversario de novios y donde encima suele haber días muy bonitos en Cantabria, aunque aquí nunca se sabe".
Después, para la celebración, se trasladaron a la Casa del Duque de Almodóvar, una casa de estilo inglés en un alto con preciosas vistas al mar. "Una de las cosas con las que me quedo de la organización de la boda es con poder visitar esa preciosa casa tantas veces en este pasado año, lo vamos a echar de menos", nos cuenta la novia.
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Andrea nos explica que la organización de la boda fue complicada. "Hicimos una boda con muchos detalles para los invitados, soy muy detallista con mis amigos y quería que tuviesen muchas sorpresas. La ejecución salió muy a nuestra manera, podría haber sido mejor pero bueno, salió. No obstante, a pesar de tener un gran apoyo por parte de nuestros familiares, si volviese atrás solo cambiara coger una wedding planner para el día de la boda y despreocuparme un poco más de todos esos detalles".
Si hay algo que dejan todas las bodas son un buen número de anécdotas y momentos emotivos que luego se rememoran una y otra vez. Andrea nos cuenta que muchos invitados bromeaban con ella y con Miguel sobre su habitual impuntualidad y sobre cuál sería la hora real a la que empezaría la ceremonia. "Lo más cómico es que hubo un problema con los autobuses y fueron los invitados los que llegaron tarde, Miguel esperando ya dentro de la Colegiata y yo en el coche fuera".
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Luego asegura que, salvo por la organización, repetiría el día de su boda cada fin de semana. Y es que para Andrea todo, de principio a fin, fue especial. "Espero que no suene cliché, pero me he casado con mi mejor amigo, compañero y confidente por lo que tener a todos nuestros amigos, a mi familia, a la familia de Miguel, a nuestros compañeros de trabajo, todos juntos por un día eso es muy especial. Todo el mundo estaba tan feliz, con tantas ganas de disfrutar…".
Lo que tampoco duda Andrea es el consejo que daría a otras parejas que, pronto, pasarán por lo mismo. "Les diría lo que tanto se dice y tan poco se cumple, que no se estresen, que se centren en disfrutar de esa última semana ya que del día van a disfrutar seguro. Nosotros hicimos una boda con bastantes detalles para nuestros invitados, sabíamos que ellos nos iban hacer sentirnos especiales en ese día, solo con su presencia y queríamos que ellos se sintieran también especiales. Creo que eso gustó mucho y a nosotros nos encantó hacerlo".
Andrea quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda.
- Me gustaría mencionar el catering del Cenador de Amos que fue exquisito, Carmen nos ayudó muchísimo.
- También Macavi azul mi peluquería de siempre donde me peiné y maquillé.
- Por supuesto el equipo de La Huella que Dejas que no pueden ser más artistas, además hacen el trabajo super fácil. El resultado me encanta.
- El DJ fue a manos de Sonort Audiovisual y que pedazo de artista Javito, consideró muchísimo nuestros gustos y los mezclo brutal.
- El equipo de Peñas Blancas hizo un trabajo espectacular con las flores, entendieron a la perfección la idea de verano, alegría y colorido que quería darle.