El vestido que enamoró a las 'royals' y a Hollywood también conquista a las novias

Los diseños salpicados de pequeñas flores en 3D y pedrería se convierten en una de las tendencias potenciales de los próximos meses

Por Regina Navarro

La línea que separa el mundo de la moda del nupcial no siempre es tan clara como parece. Hay veces que los diseñadores de novias hacen suyas tendencias que ya habíamos visto en las grandes pasarelas internacionales. Los flecos, las mangas abullonadas o los volantes son solo algunos ejemplos. Pero ese idilio es mutuo. También los creativos imaginan para la pasarela un look que bien podría llevar una novia o juegan con tejidos más propios de ese sector para conseguir siluetas etéreas y románticas. Llega entonces la eterna pregunta de quién lo hizo antes, un dilema complicado de resolver en entornos en los que ya hay mucho inventado. Porque, ¿quiénes llevaron en primer lugar el vestido joya que enamora a las royals y a Hollywood, ellas o las novias?

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Es posible que recuerdes aquel diseño-joya que doña Letizia lució en marzo de 2019, durante su visita oficial a Argentina, en la cena de gala ofrecida por sus anfitriones en Buenos Aires. Se trataba de un vestido de Carolina Herrera con escote en 'V', tirante ancho y detalles de pedrería adornando el talle que, poco después, conquistó a Magdalena de Suecia. Hace solo unos días la actriz Rachel Brosnahan eligió un diseño muy similar para acudir a la gala de los Critics' Choice Awards. Una prenda también firmada por la diseñadora venezolana que no era sino una reinterpretación del modelo que conquistó a las royals. Prendas que, en realidad, podrían estar inspiradas en una de las prendas que la firma imaginó para su colección nupcial de primavera 2019.

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Basta recordar las imágenes de aquella campaña para descubrir una en la que la modelo luce un elegante vestido de novia, de un tono blanco roto. Se trata de un vestido con escote en 'V' y el cuerpo ligeramente ceñido hasta la cintura. De esta zona nace una falda de silueta 'A', especialmente favorecedora para las mujeres con curvas, que se despega con suavidad de la cadera. Un vestido liviano y muy sencillo decorado, en la zona del talle, por unas pequeñas flores en 3D de pedrería que hacen pensar, de nuevo, en el vestido-joya de las royals.

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Pero Carolina Herrera no es la única diseñadora que juega con esta tendencia dentro del mundo nupcial. Un breve vistazo a las propuestas de los creativos para este 2020 desvela que este elemento se integra en los vestidos de novia con la intención de aportarles algún beneficio. En el caso de Dana Harel, que incluye pequeñas flores con pedrería en el cuerpo y el inicio de la falda, la idea es aportar un mayor volumen a la zona superior para compensar, de ese modo, el efecto de la falda. Ese mismo objetivo tiene uno de los modelos de Liz Martinez, un elegante vestido combinado de tul y gasa de su colección Michelle Sarah 2020 fotografiada en Tel Aviv. Y Berta Bridal las utiliza para llamar la atención sobre una parte concreta de la silueta que, en el caso de uno de los diseños de su nueva colección, es la cintura. Diseños que dejan clara, una vez más, que la moda y las novias a veces beben del mismo imaginario. 

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