'Me sentí como un animal', Elsa Hosk se sincera sobre su parto

La modelo ha narrado la increíble experiencia en un peculiar proyecto: 'Ensayo sobre el nacimiento'

Por Mara Mariño

El pasado viernes por la noche fue uno de los momentos más especiales para Elsa Hosk, quien compartió la primera fotografía de la pequeña Tuuli. Una avalancha de felicitaciones más tarde en forma de comentarios llenos de cariño y muchos emoticonos con forma de corazón, la modelo seguía procesando que, por fin, había comenzado su familia junto a Tom Daly. A lo largo de los últimos 9 meses ha procurado mantener a sus fans informados tanto de sus avances como de sus sensaciones, así como del tipo de parto por el que se había decantado. Pero ha sido después de pasar los primeros días como mamá que ha dado un paso más compartiendo en su perfil un álbum tan tierno como emocionante. En las seis publicaciones que ha subido con imágenes cotidianas pero fantásticas en las que presumía de curvas premamá, ha aprovechado para narrar en primera persona cómo ha sido la experiencia del parto en un Ensayo sobre el nacimiento, el nombre que le ha puesto a su proyecto más personal.

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Nos colamos en la sesión de fotos más íntima de Elsa Hosk ¡a pocos días de dar a luz!

La idea la sacó de un documental que vio junto a su pareja, ya que enfocaba una forma diferente de vivir el embarazo lejos de los hospitales, de ahí que su intención fuera la de dar a luz en el agua y mediante hipnoparto, ya que tras la mudanza y en su séptimo mes de embarazo, la modelo no quería buscar un nuevo hospital. "Creamos un plan de nacimiento para dar a luz en casa, en el agua. Siempre me he sentido cómoda y querida en el agua. Cada vez que me he sentido triste, enfadada, necesitada de un respiro o de comodidad, darme un baño ha sido la solución", empezaba la maniquí en su perfil. "El parto empezó antes de la fecha estimada. Tuve contracciones durante dos días y me despertaban cada 10 minutos, así que no dormí mucho antes del parto. Llamamos a la partera la segunda noche, pero en cuanto llegó la frecuencia de las contracciones descendió. Se quedó con nosotros y me ayudó a hacer ejercicios y posiciones que indujeran el parto de nuevo como andar por el jardín, yoga o incluso lactancia", narraba Elsa.

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Acupuntura, un momento clave en el parto

"Estaba exhausta, pero no queríamos otra noche en vela porque necesitaba la energía para empujar durante el parto", admitió Elsa. De ahí que decidieran que tuviera lugar aquel día, para lo que recurrieron a un tratamiento de acupuntura cuyo objetivo era aumentar las contracciones. Y es que justo después de la terapia, la modelo rompía aguas. "Le mandé un mensaje a Tom que estaba trabajando en la otra parte de la casa diciéndole que creía haber roto aguas y en ese instante sentí la contracción más fuerte hasta el momento. Y siguieron llegando", narraba Elsa en su ensayo. Aunque avisaron tanto a la partera como a la doula -una persona que acompaña emocionalmente durante el embarazo, parto y posparto-, durante el tiempo de espera, la maniquí padeció fuertes dolores. El propio Tom se encargó de masajearle la espalda cuando sentía que no podía aguantar la sensación. Y es que por mucho que la sueca deseara meterse en el agua cálida de la bañera que habían preparado en su habitación (ayuda a sobrellevar las molestias) todavía no era el momento. 

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Las dudas de Elsa

"Varias horas pasaron hasta que llegó la partera y cuando lo hizo, apenas me di cuenta del dolor por las contracciones, en ese punto solo sentía que me limitaba a sobrevivir. Respiraba e intentaba estar tranquila, como el coach de hipnonacimiento me había enseñado y finalmente estaba lista para la piscina", relató Elsa sobre la espera, un momento en el que procuraba recordar que cada contracción le acercaba a su bebé. De hecho admitió también que se sentía agradecida de haber aprendido todas las técnicas que lograron que el nacimiento fuera completamente natural. "Recuerdo haberme sentido devastada cuando todavía recordaba que no había empezado a empujar. Era como que nunca salía. Empecé a dudar de si podía hacerlo, aguantar el dolor, dar a luz. Entonces me recordé que no podía parar, no había otro camino que no fuera mediante el dolor. El bebé no puede estar ahí, necesita salir", admitía la sueca.

El truco del espejo

Para la modelo, pasar por esto ha ido mucho más allá de ver crecer su familia. También supuso crecer a nivel personal. "Dar a luz es enfrentarte a ti misma, tus dudas y miedos afloran a la superficie. El peor dolor, miedo y oscuridad que he sentido nunca fue en esos momentos. Me sentí como un animal. Había olvidado todo acerca de lo que podrían pensar de mí o qué podía ser normal muchas horas antes. Había dejado mi ego y mi orgullo. Solo pensaba en acercarme a mi bebé. Me llevó dos horas de estar empujando sacar su cabeza. Tom sujetaba una de mis piernas y la partera la otra, mi doula me animaba. Estaba demasiado cansada y asustada, solo quería que la bebé naciera. Más tarde, cuando una parte de su cabeza quedó visible, me trajeron un espejo para que mirara. Aquello hizo que aflorara una fuerza y poder de algún lado oculto y escondido de mi ser, nunca en mi vida había sentido esa energía en mí, así que empujé más fuerte para que saliera", se sinceró la maniquí.

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Su primer amanecer como mamá

"Puede que mi tripa nunca pareciera muy grande, pero en el momento que le vi la cabeza, me di cuenta de que era un gran bebé. Además tenía las manitas junto a la cara. Al final, con otro empujón, toda la cabeza salió hacia fuera. Estaba tan aliviada, nunca me había sentido tan aliviada. Para mí era como si hubiera terminado. Después salió todo su cuerpo con otro empujón y le pusieron sobre mi pecho. El mayor dolor que había sentido de repente se me olvidó, estaba sobrepasada con amor, orgullo y felicidad. Ella está aquí. Le hablé y le dije que estaba muy orgullosa de ella. Su madre había ido a la guerra y ella estaba tan tranquila, con el pulso estable. Llegó con el sol a las 7 de la mañana y la habitación pasó de verse como una película de terror a un sueño con rayos de sol", relataba Elsa a sus fans. 

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Un cambio de mentalidad

"Después de que naciera, no quería soltarla. La partera le hizo algunas pruebas y nos contó algunas cosas que debíamos saber, pero estaba demasiado cansada para escuchar, esperaba que Tom las recordara", contaba Elsa. También incluyó en el ensayo cual fue su primera comida posparto: "Nos trajeron los huevos más deliciosos que nunca había tomado acompañados de ensalada de aguacate. Cuando se fueron, nos quedamos solo nosotros, Tom, Tuuli y yo, dormidos en la misma cama en la que nació. Han pasado unos días y a veces la miro llorar y pienso en todo lo que hemos pasado juntas. Me siento llena de gratitud por las mujeres que me rodean. Miro a otras madres con un respeto y admiración profunda y siento agradecimiento por la preciosa profesión de las parteras y doulas. Es cuando me doy cuenta de que dar a luz puede ser fácil o difícil, bonito u oscuro, pero la historia de cada mujer es sagrada e importante. Os quiero ❤️"