Doña Letizia, la reina que triunfa con traje sastre y tacones bicolor

Su look en audiencia con la tenista Garbiñe Muguruza, quien apostó por un vestido en su color favorito

Por Luis Javier Merino

En los últimos días, el foco de atención ha estado en el viaje de Estado que los reyes de España realizaron a Suecia. Allí, doña Letizia nos fascinó con cinco looks que entusiasmaron a la crítica, uno de ellos con tocado, un accesorio que solo ha llevado en contadas ocasiones. Tampoco faltó una apuesta con tiara para participar en una cena de gala, una elección ya histórica. Ahora, la actividad de la agenda oficial de la Reina en esta semana recupera sus compromisos en España. De hecho, este martes en el Palacio de La Zarzuela de Madrid y antes de una reunión con la Comisión Delegada de la Fundación Princesa de Girona, ella y el rey Felipe VI han recibido en audiencia a la tenista Garbiñe Muguruza tras su victoria en el Akron WTA Finals Guadalajara.

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Para sus compromisos de este martes, doña Letizia ha definido su imagen a través de un traje sastre. Una elección que le gusta especialmente y con la que logra innovar, sobre todo a través de la forma de combinarlo o por su color. Sin embargo, en esta ocasión, apuesta por un diseño de chaqueta y pantalón de corte clásico en color azul verdoso de Carolina Herrera. Una elección que estrenó el 12 de octubre de 2019 y que ha reciclado en tres ocasiones previas (la última, el 9 de febrero de 2021). Para combinarlo, recurre a sus salones bicolor de Magrit, con los que rompe su clasicismo. Aunque, sin duda, lo que llama especialmente la atención es su blusa blanca con lazada de Hugo Boss, cuya cinta al cuello lleva a modo de corbata.

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El color rojo, el favorito de la Reina

Por su parte, la tenista Garbiñe Muguruza parece haber hecho con su look un homenaje a la Reina, pues se decanta por una prenda en su color favorito, el rojo. En concreto, lleva un vestido sin mangas, con cuello redondo y largo midi que acompaña de unos salones con tiras cruzadas en el empeine. Curiosamente, este detalle era uno de los trucos de Diana de Gales con los que conseguía piernas infinitas. Apuesta que, décadas después, han reiterado otras royals.