Gatos

Cómo cuidar a un gato recién nacido sin su madre

Los gatos bebé son muy vulnerables porque en las primeras semanas todavía no regulan su temperatura corporal ni logran ver qué hay a su alrededor.

Por David Navarro

Los animales consiguen ser independientes y sobrevivir sin ayuda mucho antes que los humanos, pero eso no quiere decir que un gatito recién nacido no lo tenga muy difícil para salir adelante si no cuenta con los cuidados de su madre. Para los mamíferos, contar con la ayuda materna durante las primeras semanas tras el nacimiento es vital, y si encontramos a un gatito huérfano deberemos poner toda nuestra atención para poder suplir esa dedicación e instintos de cuidado, pues los primeros días de vida del felino marcarán la diferencia entre la vida y la muerte.

Lo primero que debemos tener en cuenta si encontramos a un gatito desvalido es que tal vez se ha extraviado y su madre no está muy lejos. Es importante que no nos venzan las ganas de cuidar de él y de jugar un papel importante en esta historia, hay que tener en cuenta que no hay nada mejor para un gato que estar con su madre, por lo que antes de trasladar al gatito y emprender nuevos pasos debemos agotar la posibilidad de que su madre y hermanos estén cerca, ella pudiera estar buscándolo y si esperas lo suficiente tal vez aparece preocupada y dispuesta a llevarle consigo.

Determinar cuánto hace que nació

Los primeros días de vida del gato son muy importantes, porque son los que le hacen más vulnerable. Esa primera quincena se caracteriza porque el gatito aún no ha abierto los ojos y su cuerpo es profundamente endeble y está necesitado de protección. Si todavía tiene los ojos cerrados podemos determinar que su edad pudiera ser entre 7 y 14 días. Es primordial darle calor, como haría su madre. Los gatitos recién nacidos permanecen abrazados a su madre recibiendo su calor corporal, pues siendo tan pequeños aun su cuerpo no regula su propia temperatura. Lo ideal para cumplir este objetivo es que el gato esté pegado a ti de la misma manera, y que permanezcáis arropados, envueltos en un edredón o manta. Esto inevitablemente generará un vínculo fundamental entre vosotros, pues tu olor impregnará esta fase tan temprana e importante de su existencia.

Si el gato es todavía muy pequeño, acudir al veterinario para que realice un primer reconocimiento y estime cuál es su estado de salud puede ser vital. En estos primeros días toda ayuda es necesaria y acudiendo a un profesional podremos saber de primera mano qué necesidades concretas tiene el animal, específicamente en cuestiones de desarrollo y de alimentación. 

Leer más: ¿Puede un gato ser intolerante a la lactosa?

El lugar donde situar al gatito

Hacerse cargo de un gatito recién nacido no es tarea fácil, no puedes dejarle solo como haríamos con un gato joven o adulto. Necesita cuidados y vigilancia constante, pero ya no es preciso que esté pegado a ti, una vez que estés en casa y que se inicie una dinámica constante puedes dejar al gatito situado en un cesto con una pequeña manta: debe ser un espacio acotado, tranquilo, seguro, cálido y confortable. Y lo que es casi más importante: este debe ser un entorno tranquilo, alejado de los ruidos o de las visitas. Si tu familia es extensa y está siempre en pleno movimiento, busca un dormitorio tranquilo, alejado del salón y de las zonas de paso.

¿Cómo se alimenta a los gatitos?

Un gato recién nacido buscará leche materna, es muy importante para él porque, como todo mamífero, la leche será el alimento primordial durante las primeras semanas de vida. Faltando su madre podrás dudar entre ofrecerle leche de vaca, sin embargo eso es algo que jamás debes hacer. En ausencia de su madre los gatos bebé deben alimentarse de leche de fórmula especialmente producida para su etapa de crecimiento y digestión. Para encontrarla contarás con la ayuda de tu veterinario, dado que no es un producto que podamos encontrar en cualquier lugar. Esta leche maternizada es la única adecuada para su estómago y va en relación con la enzima de su aparato digestivo capaz de digerir este alimento y no cualquier otro.

Mientras, entre que logras contactar con el veterinario y conseguír esa leche maternizada, el objetivo primordial es evitar que el gatito se deshidrate, pues la leche cumple una doble función: nutrir e hidratar. En estos primeros días de vida ambos objetivos son importantes, pero la deshidratación puede provocar su muerte de forma más inminente, por lo que para evitarlo debes administrarle gotas de agua tibia, utiliza para ello un cuentagotas y pósalo sobre su boca, pronto el gato instintivamente tomará el agua y lo ingerirá.

Una vez que dispongas de la leche de fórmula maternizada debes administrársela con una frecuencia de tomas de dos horas durante sus primeros quince días de vida, y luego espaciarlas hasta las tres o cuatro horas. La leche debe tener una temperatura similar a la que tiene el gato, en ningún caso debe estar fría. Busca para darle esta leche tibia un biberón pequeño y, como haríamos con un bebé humano, ofréceselo como si fuera el pecho de su madre, el gatito quedará por tanto boca abajo, en posición horizontal, y el biberón arriba.

Leer más: ¿Cómo es la dieta BARF para gatos?