Comportamiento

¿Tu perro trata de lamerte la boca? Este es su significado

Puede resultar algo desagradable teniendo en cuenta sus hábitos de higiene.

Por David Navarro

Existen muchas teorías sobre por qué los perros lamen, y la mayoría son ciertas y pueden ser compatibles entre sí. Sin duda uno de los actos más habituales de todos los canes es utilizar su lengua como elemento de comunicación, con sus lametones están transmitiendo un mensaje, aunque no siempre es claro para nosotros. Debemos tener en cuenta que los perros no solo son animales extraordinariamente sociables, sino que basan en su comunicación su supervivencia, aunque generalmente veamos un solo espécimen conviviendo en cada casa (de forma habitual) ellos necesitan a su manada rodándoles, y cuando no son animales los que conviven a su alrededor los perros traspasan esta idea a los humanos, es decir, los miembros de la familia en la que están.

Por un lado, cuando un perro nos lame cualquier parte de la piel, está disfrutando de un sabor inherente a nuestros poros: el salado. Los perros adoran este aroma y eso se puede comprobar porque cuando sudamos son más receptivos a lamernos. Algo que culturalmente sería una falta de educación y que no tendría ningún sentido hacerlo en humanos, para los perros puede ser un placer. Sin embargo, ellos van más allá, porque con ese sabor salado también hay un rasgo inequívoco de nosotros, ese toque personal que solo nosotros tenemos, el olor y el sabor de nosotros mismos. Los perros no utilizan la vista tanto como el olfato y el gusto, por ese motivo sentirse como en casa en ocasiones se traduce en lamer a la persona que para ellos simboliza el hogar.

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Un motivo evolutivo para lamer la boca

De entre todas las posibles razones por las que un perro puede verse en la situación de lamer la boca de un ser humano la más pintoresca, y no menos real, es la que nos traslada a la época más tierna del animal, cuando aún es cachorro. Ya los propios lobos lamen la boca de sus padres con el objetivo de inducirles al vómito, haciéndoles regurgitar la comida que pudieran haber ingerido recientemente, y poder alimentarse de ella. Sí, aquí encontramos una barrera cultural muy pronunciada entre lo que un perro puede pretender y lo que nosotros le podemos dar. Sin embargo, este es un rasgo atávico, es decir, que pertenece a su etapa más primitiva y que se arrastra en el comportamiento de la especie, generación tras generación, aunque a día de hoy no tenga ningún sentido, y menos en un entorno doméstico. Lamer para conseguir regurgitación es un instinto de supervivencia que ha sido transmitido de lobos a perros a lo largo de miles de años de evolución, y así perdura.

Por otro lado, este hecho no va solo enfocado a conseguir un acto tan escatológico, sino que también es un mensaje de sumisión y de vulnerabilidad. Lo que están comunicando cuando te lamen la boca o las comisuras de los labios es que tenéis una relación estrecha en la que ellos se entregan y piden tu apoyo, protección y alimento. Es lo más parecido a decir “te quiero”, pidiendo que esa confianza que os une se materialice en hechos.

Esto también se puede identificar cuando tras una profunda reprimenda al perro, éste trata de acercarse a ti, con actitud temerosa, tanteando el terreno y el nivel de enfado que tienes, y te propina un lametón en los labios. ¿Qué quiere decir este acto? El perro quiere hacer las paces, aunque debes saber que las reprimendas en clave negativa no sirven de nada, los perros no tienen ni la memoria suficiente ni para ellos los actos tienen la misma dimensión que para ti: no comprenden ni la moralidad, ni la posesión ni las consecuencias. Sin embargo, si tu perro tiene claro que tú eres el líder de la manada, y le montas sobre un chaparrón de enfado, lo más probable que piense es que tus razones tendrás, que tal vez es simplemente porque has tenido un mal día, y lo que pretenderá es ponerse a tu disposición para que estés más contento y feliz, olvidando los problemas que, probablemente, ni remotamente comprendan que han sido provocados por él.

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Lamer significa besar

Cuando regresamos a casa el perro nos hace una fiesta porque se alegra de que hayamos salido sanos y salvos de todos los peligros que sabe que hay allá fuera. Para los animales en general, y para los perros en particular, la idea de salir al exterior de la manada nunca nos ofrece las máximas certezas de regresar intactos: para ellos hay depredadores escondidos en cada ruta, peligros naturales y una posibilidad remota de sufrir desorientación y jamás recordar cómo volver a casa. Por eso, no veas extraño que tu perro te monte una fiesta cada vez que te vea regresar, una y otra vez, porque cada regreso tuyo es, para él, un auténtico milagro.

En ese momento surgen los lametones, especialmente en la boca, por dos motivos que te serán familiares si has leído las líneas anteriores: te pide que regurgites parte de la comida que probablemente hayas comido fuera. Y por otro lado, te está dando la bienvenida (que es algo más comprensible para los humanos) y se está poniendo a tu disposición para ayudarte en la siguiente vez que te apetezca salir, allá donde hay peligros y el resultado es incierto.

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