De manera similar a la que lo ecológico se ha extendido a numerosas facetas de la vida -tales como el transporte, la moda o la alimentación-, la corriente mindfulness también se aplica ya en otros terrenos más allá del coaching y el crecimiento personal. Si hace unos meses se comenzaba a hablar del mindful eating o comer de forma consciente, la nueva tendencia es aplicar esa atención plena al ejercicio físico, tan importante para el bienestar de nuestro cuerpo, pero también de nuestra mente. Es precisamente en esa unión donde nace el mindful fitness, un movimiento inspirado en el yoga y la meditación, cuya filosofía se ha extendido por todo el mundo para ayudarte a alcanzar tus objetivos de una forma más eficaz, ya sea ganar masa muscular o perder peso.

'Mindfulness' aplicado al 'fitness'

Ser plenamente conscientes de lo que estamos haciendo en el momento presente es el principio en el que se basa una disciplina tan antigua como el yoga, pero que también podemos trasladar a cualquier otra actividad deportiva que practiquemos, bien crossfit, running o cualquiera de los innovadores y revolucionarios programas de entrenamiento funcional y alta intensidad surgidos en los últimos tiempos. No se trata de practicar meditación mientras te ejercitas, sino de entender y concentrarte en lo que haces para optimizar el rendimiento y obtener los máximos beneficios.

Para muchas personas, el deporte es la mejor estrategia para gestionar el estrés y la ansiedad ocasionados por el ajetreado ritmo de la vida diaria. De este modo, se produce una desconexión de los problemas cotidianos que nos ayuda a focalizarnos más en la actividad que estemos realizando, alcanzando así un estado similar al que se llega mediante la meditación.

Escucha a tu cuerpo

La propiocepción y la toma de conciencia de tu cuerpo es fundamental en el mindful fitness. Conocerte a ti mismo, así como las fortalezas y las limitaciones de tu organismo te hará llegar más lejos y, lo que es más importante, no frustrarte o exigirte más de la cuenta, forzando así una lesión. Presta atención a tus sensaciones y aprende a diferenciar entre incomodidad y dolor para alcanzar tu máximo nivel.

Concéntrate en cada movimiento

Entender lo que estás haciendo te ayudará a mejorar de manera exponencial. Conocer la técnica correcta o saber qué músculo estás activando con cada ejercicio ayudará a que tu cuerpo asimile todo mucho mejor. Mírate al espejo, corrige tu postura, no tengas prisa en la ejecución y controla al máximo cada movimiento.

Presta atención a tu respiración

Al igual que en el yoga o el pilates, la respiración es clave para alcanzar una conexión total entre cuerpo y mente, de modo que no debes descuidarla a la hora de entrenar. Intenta sincronizarla con tus movimientos, inspirando lentamente y soltando el aire en el momento de máximo esfuerzo.

Disfruta del proceso

En muchas ocasiones, lo importante es el camino y no la meta. Si estas obsesionado con la consecución de un objetivo a corto plazo, lo más probable es que que te frustres y desistas si no lo alcanzas en el tiempo esperado, lo cual no te permitirá apreciar todo lo aprendido durante el proceso. Recuerda que, a mayores expectativas, mayor decepción. Por lo que relájate, disfruta y piensa que todo esfuerzo siempre vale la pena.