Hoy se casa Francisco de Borbón, hijo del duque de Sevilla: Así contó ¡HOLA! la boda de cuento de sus padres

Francisco de Borbón y Escasany y Beatrice von Hardenberg se conocieron en Marbella, pero celebraron su unión en Baden-Baden

Boda Duque de Sevilla y Beatriz von Hardenberg

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Este sábado Sevilla se prepara para acoger un aristocrático enlace. Tal y como adelantó ¡HOLA! el pasado verano, el hijo menor del Duque de Sevilla y la princesa Beatrice von Hardenberg, Francisco Joaquín de Borbón, se casa hoy con su pareja, Sophie Karoly. La boda del hermano pequeño de Olivia de Borbón supone un nuevo motivo de celebración para la familia tras una etapa especialmente difícil.

En febrero del año pasado, la hermana de Francisco y Olivia, Cristina de Borbón, falleció a los cuarenta y cuatro años, y apenas un mes más tarde, tuvieron que afrontar otra gran pérdida: la de su madre. Dos despedidas inesperadas de las que Olivia habló por primera vez en ¡HOLA! hace unos meses: “La imagen que tengo de todo es muy gris, parecía que unido a nuestra tragedia personal... no iba a acabar nunca”.

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Beatrice von Hardenberg©@oliviadborbon
Beatrice von Hardenberg junto a sus tres hijos: Olivia, Cristina y Francisco.

Ahora, transcurrido algo más de un año y con Cristina y Beatrice siempre en el recuerdo, Francisco da el ‘sí, quiero’ a la madre de su hijo en la Catedral de la capital hispalense. Y lo hace casi medio siglo después que sus padres, quienes pasaron por el altar el 7 de julio de 1973, pero en un escenario muy diferente. La suya fue una boda de cuento que tomó como marco la vieja iglesia gótica de Baden-Baden (Alemania), y que contó, entre sus invitados, con destacadas figuras de la nobleza alemana, como la princesa Teresa zu Fürstenberg.

Lo recordamos.

Todo comenzó en Marbella

Beatrice von Hardenberg tuvo una infancia, como ella misma reconocía, muy diferente a la habitual. La madre de Olivia y Francisco de Borbón nació en el Castillo de Donaueschingen, en plena Selva Negra alemana. Un palacio en su origen barroco, construido en 1723 bajo las órdenes del príncipe Josef Wilhelm Ernst, que fue adaptándose con el paso del tiempo hasta convertirse en toda una residencia principesca.

Allí, donde nace el río Danubio, entre árboles centenarios, estanques y arroyos, creció la tataranieta del ministro prusiano Karl Augus von Handerberg, hija del Günther de Hardenberg, Conde de Handerberg, y la princesa María Josefa de Fürstenberg.

Boda Duque de Sevilla y Beatriz von Hardenberg©Archivo ¡HOLA!

Descendiente de una familia aristócrata y bohemia, la ‘princesa hippie’ (‘título’ que se ganó por su inconfundible estilo) conoció al que sería su marido, Francisco de Borbón y Escasany, lejos de su tierra natal. Tal y como rememoraba Julián Porras-Figueroa, esposo de su hija Olivia en una reciente entrevista, los caminos del Duque de Sevilla y la princesa alemana se cruzaron en una antigua discoteca de Marbella, ciudad de la que el príncipe Alfonso de Hohenlohe (primo de su madre) fue precursor y donde Beatrice veraneaba.

Francisco, hijo de Francisco de Paula de Borbón y Enriqueta Escasany, y primo del rey Juan Carlos, siempre se ha dedicado al mundo de la empresa y las finanzas. Banquero de profesión, después de licenciarse en Económicas, trabajó en diferentes bancos. De hecho, tras su boda con Beatrice (que cursó en París estudios de decoración), los recién casados se establecieron en Nueva York, donde, por aquel entonces, trabajaba el Duque de Sevilla.

Boda Duque de Sevilla y Beatriz von Hardenberg©@oliviadborbon

Un ‘sí, quiero’ con acento español en Baden-Baden

Aunque su historia comenzó en España, su boda se celebró en Alemania, el país que había visto nacer y crecer a la novia. La antigua iglesia gótica de Baden-Baden se convirtió en el escenario perfecto para su ‘sí, quiero’, y fue adornada para la ocasión con los colores de las dos casas nobles que celebraban la unión: claveles rojos y margaritas blancas.

Tal y como relata la crónica de ¡HOLA!, a las cuatro en punto de la tarde llegó el novio junto a su madre, que se convirtió en la madrina del enlace. El Duque de Sevilla lució aquel día su uniforme negro y amarillo, ribeteado en oro, de la Orden de San Lázaro de Jerusalén, de la que fue Gran Maestre, un puesto que ahora ocupa su hijo Francisco.

Tras él, apareció la novia del brazo de su padre y padrino, el Conde de Hardenberg. La condesa alemana estaba radiante con una corona de flores blancas, de la que prendía un velo, y un vestido en gasa. Una creación del modista español Castillo, que supuso un pequeño guiño a nuestro país, que se convertiría, más tarde, en su hogar.

Boda Duque de Sevilla y Beatriz von Hardenberg©Archivo ¡HOLA!
Boda Duque de Sevilla y Beatriz von Hardenberg©Archivo ¡HOLA!
Boda Duque de Sevilla y Beatriz von Hardenberg©Archivo ¡HOLA!

Una lluvia de pétalos, un recorrido en carroza y un sorprendente regalo de boda

Más de 300 invitados acudieron a la gran cita. Entre ellos, numerosos nombres de la nobleza internacional, como los Condes de Hardenberg (padres de Beatrice) o los príncipes Heinrich y Teresa de Fürstenberg. Aunque la reina Sofía (entonces princesa) también había sido convidada, no le fue posible asistir, y, según contó ¡HOLA!, su silla fue la única que permaneció vacía.

Una vez convertidos en ‘marido y mujer’, el Duque de Sevilla y Beatrice von Hardenberg salieron del templo bajo una lluvia de pétalos que fue arrojada desde un helicóptero, e hicieron un recorrido, en una elegante carroza decorada por flores, por las calles de Baden-Baden, donde les esperaban decenas de ciudadanos deseosos de ver a la flamante pareja.

Tras la ceremonia, los recién casados recorrieron las calles de Baden-Baden en una elegante carroza adornada con flores

Al matrimonio le aguardaba, todavía, otra gran sorpresa. El padre de Beatrice era el vendedor más importante de los coches Porsche y VW por aquellos años, y con motivo de este importante día, quiso tener un detalle con los recién casados, regalándoles un precioso VW Porsche en azul claro.

La celebración culminó con una gran fiesta que se prolongó hasta altas horas de la madrugada.

Olivia, Cristina y Francisco, sus tres queridos hijos

La crónica de ¡HOLA! termina diciendo que los recién casados tenían muy claro que querían formar una familia numerosa, y tener cuatro o cinco hijos por lo menos. La realidad fue que, finalmente, tuvieron tres: Olivia, Cristina y Francisco.

El matrimonio quedó ligado por siempre a Marbella, el lugar donde se conocieron, y donde ‘reinaron’ entre la jet set afincada en la Costa del Sol, acaparando las portadas de las revistas durante los años dorados, los 70 y los 80. Beatrice fue considerada una de las mujeres más elegantes de su época, y su inigualable estilo nunca pasó desapercibido.

Duque de Sevilla con Francisco de Borbón©GettyImages
El duque de Sevilla con su hijo pequeño en brazos, Francisco de Borbón, que hoy da el ‘sí, quiero’ a Sophie Karoly, madre de su hijo, en Sevilla.

“Ya desde pequeña me miraban raro, a mí me importaba un rábano, me gustaban los colores y todo lo que era divertido, yo iba a mi aire”, llegó a comentar a su yerno Julián Porras-Figueroa.

Su particular sentido de la moda era tal que no sólo la consagró como una de las musas de la movida marbellí, sino que, además, fue fundadora y directora de Vogue España. Y, como fiel ejemplo de ese carácter precursor, podría decirse que fue la primera que tomó un cerdo vietnamita como mascota antes de que esto fuera tendencia.

Sin embargo, si algo recuerdan siempre sus hijos es la magia que desprendía. Presumía de tener la colección de ranas (un animal con gran significado para ella) del mundo.

La condesa alemana y el duque de Sevilla se divorciaron en 1989, dieciséis años después de aquella boda soñada en Alemania. Francisco de Borbón volvió a casarse en dos ocasiones. Beatrice no pasó por el altar de nuevo.