Un año sin Aless Lequio. Así fue su última entrevista en ¡HOLA!: ‘Si puedo mandar un mensaje, es que la gente sea feliz y haga lo que le gusta’

El hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio dio una auténtica lección de vida

Álex Lequio HOLA 3903

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Este 13 de mayo se cumple un año del fallecimiento de Aless Lequio. Sin embargo, el tiempo no ha podido borrar su legado, el cual no hace otra cosa que crecer y sumar más fieles seguidores. La auténtica y valiente lección de vida que dio sigue muy presente en la memoria no sólo de quienes le conocieron y quisieron, sino en todos los que en alguna ocasión escucharon sus reflexiones a la hora de enfrentarse al cáncer que padecía. El hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio fallecía dos años después de un diagnóstico que nunca borró su sonrisa y una enfermedad que se lo llevó a los veintisiete años, pero que no consiguió que su actitud cayera en el desánimo. “Yo, como me río de todo, pues también me río de esto. A mí, mirarme al espejo y parecer un reptil me hace gracia, si te digo la verdad” (había perdido entonces, a causa de la quimioterapia, sus característicos rizos rubios y unos quince kilos de peso). Así era él, siempre encontrando un motivo para bromear. A pesar de que era muy consciente de las circunstancias en las que se encontraba, ese buen humor nunca dejó de ser una constante y hasta el último momento supo mantener la entereza y las ganas de vivir.

Álex Lequio HOLA 3903©Jesús Cordero
En mayo de 2019, el empresario y emprendedor daba un paseo con ¡HOLA! junto a su vieja amiga ‘Luna’.
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Fue en mayo de 2019 cuando el empresario y emprendedor, acompañado por su vieja amiga ‘Luna’, accedió a dar un paseo por el Club de Campo Villa de Madrid con ¡HOLA! para contarnos, en su última y extraordinaria entrevista, cómo estaba afrontando su valiente lucha. En sus declaraciones descubríamos a un joven que jamás perdió la esperanza. “Yo creo que ahora estamos en un ‘momento Netflix’… Estamos viendo una serie, yo tengo un mando en mi mano y se ha apretado al pause. Ni hemos pasado al siguiente capítulo ni le hemos dado al play. Estamos a la espera de que pronto podamos pasar capítulo. Eso sí, con todo el pensamiento positivo. Pero como el mando lo tengo yo, lo que he hecho es abrir la ventana, tirar el mando y ahora vivo mucho más tranquilo, con una sonrisa y p’ adelante”, nos contaba acerca del tratamiento. Y preguntado por los controles médicos que tendría que pasar, nos explicaba: “Yo tengo que ‘pasar la ITV’ cada tres meses. Ahora, en mayo, me han puesto la chapita: el coche tira, puede circular. En ese sentido, estoy muy contento. Este es un momento de mucha expectación porque, después de pasar un período de tiempo mediano, tirando a largo, sin recibir medicación, es cuando hay que ver cómo ha sido el tratamiento, teniendo en cuenta otros casos de otros pacientes que han tenido lo mismo que yo. O sea, por así decirlo, la ‘zona roja’. Pero la ITV se pasa igual y yo, como soy muy mal conductor, siempre rezo para que me la den y poder seguir conduciendo”.

“Tenemos que aprender a querernos más, tenemos que vivir ajenos a los factores que alteran nuestro bienestar, nuestra felicidad y dedicar nuestro tiempo a hacer cosas que de verdad nos gustan, que nos hacen felices”

Cuando le preguntábamos qué consejo le daría a los que estaban pasando por lo mismo que él, Aless nos decía: “Esto lo he meditado mucho, porque he podido sentir el amor de la gente a través de sus redes sociales y la verdad es que me ha encantado. Soy una persona muy amorosa, me gusta que la gente sea feliz a mi alrededor… y, viendo los mensajes que he ido recibiendo, he pensado mucho en lo que me gustaría transmitir. Y aunque suene un poco cliché, eso del carpe diem, la verdad es que mi consejo va un poco en esa línea: tenemos que aprender a querernos más (yo me quiero mucho), tenemos que vivir ajenos a los factores que alteran nuestro bienestar, nuestra felicidad y dedicar nuestro tiempo a hacer cosas que de verdad nos gustan, que nos hacen felices, porque puede llegar un momento -o puede que no- en el que, de repente, recibas una noticia que no te agrade y ya no vas a tener la oportunidad de vivir en ausencia de esos factores. Si puedo mandar un mensaje, es que la gente sea feliz y haga lo que le gusta; ni lo que tiene ni lo que debe: lo que le gusta”.

Álex Lequio HOLA 3903©Jesús Cordero
“Mis valores siempre han sido la familia y, luego, el trabajo”.

Aless también explicaba que su mejor terapia era el trabajo al frente de su empresa: “Mis valores siempre han sido la familia y, luego, el trabajo. Así es como me han educado desde que soy pequeño. Yo tengo la suerte de hacer algo que me gusta. Y las horas de trabajo en exceso, si tengo que trabajar un día veinte horas, aunque haya tenido tratamiento por la mañana, son una bendición, no un suplicio, porque me encanta lo que hago y estoy dispuesto a dar todo y más para llegar a donde quiero llegar. Yo no soy de ponerme obstáculos que midan un metro con diez, sino de ponerme obstáculos de dos metros con cinco y subirme a un caballo, como hizo mi tío Tommaso Lequio, y saltarlo”.

“La mía es una familia perfectamente normal, de este siglo, donde prima la unión que tenemos”

De su modern family, un gran apoyo para él, revelaba: “Estoy de acuerdo con que es una familia moderna. Pero el término ‘moderno’ cobra sentido, en esta ocasión, si la comparas con el status quo que había hace cincuenta años o doscientos… no con lo que son las familias del siglo veintiuno. La mía es una familia perfectamente normal, de este siglo, donde prima la unión que tenemos, dejando de lado cualquier categorización de primo, hermano, cuñado, segundo cuñado del primo, madrastra, primer primo, hijo del primo segundo…”. Y añadía: “Lo importante es el contacto que tenemos, la buena relación, y punto. Yo no tengo muchos amigos…se pueden contar con los dedos de las manos, y dos de ellos son mis padres, así que me quedan ocho. Sé quiénes son y nos queremos muchísimo”.

Álex Lequio HOLA 3903©Hola
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Las palabras más sentidas de Aless eran para la menor de sus hermanas, Ginevra, nacida del matrimonio de su padre con María Palacios: “Es maravillosa, conecto muy bien con ella y aunque, de momento, no puedo mantener conversaciones con ella, sabemos comunicarnos muy bien. Además de parecerse mucho a María, que es una mujer genial, se parece muchísimo a nosotros, a mi padre y a mí”. Y terminaba la conversación con nuestra revista refiriéndose a su vieja y fiel mascota ‘Luna’ (fallecida tan sólo tres semanas después de su muerte): “Luna está viejita, me da mucha pena; supongo que cada etapa de la vida tiene su aquel y ‘Luna’ es ya una persona mayor, y se nota, pero, aun así, me hace mucha gracia porque sigue teniendo sus maneras de transmitir felicidad. Ha sido una compañera de viaje muy leal y, curiosamente, también nota cuando nosotros estamos pasando por una etapa un poco más complicada que otras. Viene, se sienta conmigo… Una cosa que me hizo mucha ilusión es un día que intentó saltar a la cama para estar conmigo y solo lo hizo ese día, que me vio un poquito trastocado por el tratamiento. Mi perra tiene dieciséis años, ya no está como para saltar… la miré y le dije: “Pero qué haces, mujer, que esto no es el gran premio”. Entonces la cogí y la metí en la cama y durmió conmigo esa noche. Tengo una cantidad de historias con ‘Luna’… Nos llevamos muy bien, la verdad”.