Anclado frente al lujoso hotel Sandy Lane de las islas Barbados, se encontraba desde días antes de que Tiger Woods, Elin Nordegren y sus respectivas familias llegaran al citado archipiélago, un lujoso yate, el «Privacy», valorado en cinco millones de euros, donde al día siguiente de la boda, tras ofrecer en él una recepción a los invitados, los recién casados iniciaron la luna de miel.
Dotada con las mayores comodidades, la embarcación partió después con rumbo desconocido por aguas del Caribe. El famoso golfista había intentado mantener en secreto la ceremonia de su boda hasta el último momento, y para ello estuvo incluso participando el fin de semana anterior en un torneo de golf en Kilkenny, Irlanda, declarando al salir del país en un avión privado que marchaba a Barbados con la intención de practicar los deportes del buceo y la pesca, a los que también es muy aficionado.
Pero allí se encontraban ya no sólo la novia, sinotambién las familias de los contrayentes y los invitados a la boda, lo que permitió a los periodistas estar alerta ante lo que sospechaban: el enlace matrimonial de uno de los solteros más codiciados del mundo y su atractiva prometida.
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