"Hace sólo 24 horas mi vida cambió completamente", recordaba Justine Pasek pocos minutos después de que el magnate Donald Trump la coronara Miss Universo 2002. Emocionada, feliz y muy ilusionada, la bella panameña - es la primera mujer de su país que ostenta este título de belleza- se refería a los compromisos que ha adquirido durante los nueve meses que durará su reinado: "contribuir a eliminar el estigma que rodea la enfermedad del sida, especialmente en mi país".
"Miss Universo -continuó Justine- no es solamente espectáculo. Es también el trabajo que se realiza en el mundo". La bella joven supo que era la nueva Miss Universo el lunes cuando al llegar al aeropuerto de Nueva York, Paula Shugart, presidenta del certamen, le comunicó el 2002-09-miss. Fue entonces cuando esta bella mujer castaña, de ojos marrones, 1,73 de estatura y 22 años vio totalmente cumplido un sueño que comenzó hace seis años, cuando se inició en el mundo de la moda.
Habla Donald Trump Como era de esperar, en la presentación de Justine como nueva Miss Universo 2002 fue inevitable que se recordara a Oxana Fedorova, la primera Miss Universo de la historia que no ha concluido su reinado. Donald Trump insistió a que la decisión se tomó tras comprobar que la rusa no podía cumplir con las obligaciones propias de su título. "Había numerosas cosas que no podía hacer", aseguró Trump.
Oxana, por su parte, comentó que fue ella quien 2002-09-24-oxa para poder proseguir con sus estudios de Derecho en la Universidad del Ministerio de Interior de San Petersburgo.
Las felicitaciones de los panameños Tras la coronación de Justine, la presidenta de su país, Mireya Moscoso, fue una de las primeras en felicitar a la nueva Miss Universo. "Si Panamá antes era sobretodo conocido por su canal, ahora lo será por sus bellas mujeres", afirmó Moscoso. Justine, asimismo, confesó que gracias a las llamadas de su familia y los mails de sus amigos sabía que en su país estaban muy emocionados con su nombramiento.
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