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Hay quien no soporta las arañas, quien tiene auténtico pavor a volar, quien no soporta estar rodeado de gente o quien aborrece los espacios cerrados. Hablamos de las fobias, que pueden ser de muy diversa índole y que se encuentran clasificadas dentro de los trastornos de ansiedad por la Asociación Americana de Psicología.

“Una fobia es la ansiedad o el miedo intenso que aparece de forma inmediata ante la presencia de un estímulo o situación concreta y que la persona tiende a evitar de forma activa”, nos comenta Lorena Morales, de Mundopsicologos.com, quien nos explica que las más comunes son la agorafobia (el miedo a ciertos lugares públicos, a esperar colas y/o estar solo fuera de casa, lugares cerrados, entre otras) las fobias específicas (fobias a los animales, a la sangre e inyecciones, situacionales, etc.) y la fobia social, también conocida como trastorno de ansiedad generalizada (miedo a una o más situaciones sociales).

 

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Estas son sus causas

¿Por qué aparecen las fobias, hay un detonante que las genera o es el cúmulo de varias circunstancias? La especialista considera que el origen de este miedo desmesurado puede deberse a varias causas. “La más común es porque la persona ha tenido una experiencia traumática con el objeto fóbico (estímulo o situación que desencadena la ansiedad)”, apunta.

“Por otro lado, puede darse el caso de que la persona haya aprendido la conducta e imita la fobia de otra persona, especialmente cuando son pequeños los que observan. Por ejemplo, un niño que está escuchando constantemente a su madre decir que le tiene miedo a las serpientes puede hacer que éste acabe teniendo fobia a ellas, ya que lo ve lógico por el daño que puede infligir”, nos detalla.

 

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Cómo superar una fobia

Todo depende del tipo de fobia, pero lo cierto es que, para quien la padece, no es sencillo el día a día. Por eso, es importante ponerse en manos de profesionales para tratar de superarla, algo que, en opinión de la psicóloga es posible.

“Las medidas utilizadas para ello son la terapia psicológica y los psicofármacos en los casos que provocan una gran incapacitación en la persona, como ocurre en la agorafobia crónica, pero no son adecuados para fobias leves o moderadas. Los miedos fóbicos son aprendidos y, al igual que cualquier otra conducta, también se pueden desaprender con las técnicas y recursos adecuados”, nos comenta la especialista.

 

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Así debemos actuar para superarla

¿Cuáles son, entonces, las estrategias que tenemos a nuestro alcance para conseguirlo? “Lo primero que debe realizar una persona cuando posee síntomas de este tipo es acudir al médico de la salud para poder realizar la evaluación e intervención adecuada a su situación. Por otro lado, se puede decidir cambiar el estilo de vida y aprender hábitos que impidan la ansiedad. La realización de relajación y el yoga, practicar ejercicio físico de forma continua, comer sano, descansar adecuadamente y asistir a grupos de apoyo y ayuda han demostrado su eficacia”, recomienda la psicóloga.

¿Suele ser necesario buscar ayuda profesional? “Generalmente sí para quien quiere erradicarla. Como se ha comentado anteriormente, las alternativas para intervenir son la psicoterapia y los psicofármacos y para ambos se requiere de un profesional de la psicología y/o psiquiatría, respectivamente. Hay varias cosas que se pueden realizar para disminuir el malestar que provoca la fobia pero se requiere de los recursos, conocimientos y técnicas de los profesionales para poder acabar propiamente con la fobia que se padece”, nos dice.

 

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¿Hay fobias más sencillas de superar que otras?

La experta confirma que el grado de éxito para superar una fobia dependerá del nivel de dicha fobia. Así, en el caso de que sea leve o moderada, tardará menos tiempo en poder ser superada que una grave porque el temor al objeto fóbico no es tan incapacitante como en los casos donde la fobia es grave. “Por ejemplo, una agorafobia será más complicado de eliminar que una ofidiofobia (miedo a las serpientes) porque la probabilidad de que una persona se encuentre con una serpiente es menor que el hecho de tener que estar en un lugar público o cerrado o tener que esperar una cola en el supermercado”, explica.

Por ello, las fobias más sencillas como el miedo a ciertos animales son más fáciles de extinguir, incluso en muchos casos las personas no van a un psicólogo y optan por evitar el objeto fóbico que, en este caso, sería el animal temido.

 

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