¿Qué tipos de complejos hay?
En general, la terapeuta considera que los complejos se pueden clasificar en tres tipos.
-Los físicos agrupan todas aquellas ideas, que generalmente son irracionales, acerca de nuestro aspecto corporal y que, llevadas al extremo, dan lugar a distorsiones de la percepción. Incluso pueden derivar en la dismorfofobia, es decir, percibir de forma totalmente errónea e irracional algún aspecto concreto de nuestro cuerpo. Esto, a su vez, llevado al extremo, puede conllevar trastornos de alimentación y el consiguiente trastorno por anorexia. Los complejos físicos también pueden acarrear comportamientos como el de ser más solitarios, respuestas de evitación (no querer ir a los sitios o ver a personas) o incluso depresión.
-Los complejos psicológicos, en cambio, van más relacionados con la opinión que tenemos sobre nuestra inteligencia, psique, sistema cognitivo o psicológico. De ahí, puede derivarse el hecho de cuestionarse y “creerse menos” por tener un nivel de estudios inferior o unas habilidades intelectuales sin desarrollar. Para la creación de estos complejos, suele darse una minimización de nuestras fortalezas y una magnificación de nuestras carencias.
-Por último, los complejos sociales se atribuyen a todas las ideas que tenemos de nosotros mismos en relación con los demás. En este caso los factores que los desencadenan pueden venir por el nivel social, económico, profesional, de origen, etc. Estos complejos surgen, sobre todo, por comparación.
Lee también: Cómo hacer frente a los trastornos alimentarios durante la cuarentena del coronavirus