Si el dolor de cabeza es un verdadero 'dolor' para el que lo sufre, cuando se trata de una cefalea en racimos este mal puede convertirse en una tortura. Y es que este tipo de trastorno neurológico es uno de los más incapacitantes. Aunque, afortunadamente, los episodios suelen ser cortos, aunque muy intensos.
Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) cerca de 50.000 personas padecen en España cefalea en racimos, un tipo de dolor de cabeza que supone uno de los más invalidantes que existen dada la elevada intensidad del dolor: un 78% de los pacientes padecen restricciones importantes en su vida diaria. Hoy, 21 de marzo, es el Día Internacional de la Cefalea en Racimos.
¿Qué es la cefalea en racimos?
Según nos explica la Dra. Ana Belén Escribano Gascón, del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, "la cefalea en racimos, también conocida como cefalea de Horton, es un tipo de cefalea primaria, que cursa con un dolor de intensidad moderada-severa y asocia signos típicos que pueden ayudar al diagnóstico clínico: ojo rojo, lagrimeo, rinorrea o salida de líquido por la nariz, caída de párpado".
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Características de la cefalea en racimos
“Aunque la cefalea en racimos no es el tipo de dolor de cabeza más común, es el más habitual dentro de las cefaleas trigémino-autonómicas y es uno de los dolores de cabeza más invalidantes que existen por la alta intensidad del dolor. De carácter penetrante, taladrante, expansivo o pulsátil, es un dolor que muchos pacientes describen como atroz o insoportable, con el inconveniente añadido de que, durante los ataques, los pacientes no toleran el estar en posición de descanso y muestran una gran inquietud motora. Afortunadamente las crisis de dolor no suele durar más tres horas”, explica el Dr. Pablo Irimia, Coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas.
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