¿Cómo se hace?
Siéntate en el suelo, con las rodillas dobladas, los pies apoyados y las piernas juntas.
Coloca a la altura de las caderas y apoyadas en el suelo con los dedos apuntando hacia los pies.
Deslízate ligeramente hacia atras.
Levanta los pies del suelo, aproximadamente, un palmo.
Asegúrate de que tu espalda permanece erguida, sin redondearse.
Inspira, junta los omóplatos y empieza a estirar las piernas en la exhalación.
Estira también los brazos, que deben quedar a la altura de las rodillas y paralelos entre sí.
Lo ideal es que tus piernas formen un ángulo de 45º con el suelo y los pies se sitúen por encima de los ojos.
Realiza unas inspiraciones profundas mientras mantienes la postura
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