Baja el gasto metabólico
Coincide la doctora Mar Lázaro, especialista en Nutrición y Estética, quien nos cuenta que la mujer a partir de los 40 tiene más dificultad para adelgazar porque empieza a bajar el gasto metabólico basal. “Habitualmente estamos en una edad en la que estamos más sedentarias, salimos menos de casa, hacemos menos ejercicio, etc. Lo normal es que tengamos una influencia hormonal por bajada de estrógenos, y esto hace que la grasa se acumule en determinadas zonas, como el abdomen, las cartucheras, la espalda o los brazos. Solemos comer más, tener más ansiedad por estrés, y si trabajamos (aunque esto ha cambiado en época Covid), malcomemos al medio día, lo que nos hace picar entre horas, algo que se acentúa por la noche, cuando además nos da por comer alimentos ricos en hidratos de carbono pensando que eso calmará esa ansiedad. Eso, junto a la bajada del gasto metabólico vital es una combinación traicionera”, nos dice.
En opinión del doctor Leo Cerrud, experto en Nutrición, a partir de los 40 años la grasa corporal que se va acumulando es una grasa que se conoce como “grasa de reserva”, y se remonta a nuestros antepasados. “Tenemos que ‘quemar’ esa grasa mediante la vía metabólica conocida como cetosis, que no es más que una vía para quemar grasa que se produce en periodos de ayuno. Es un tipo de grasa muy difícil de perder solamente con dieta y ejercicio porque es una grasa que el cuerpo ha puesto ahí para “salvarte la vida”. ¿Qué ventajas tenía? Que durante los largos periodos de ayuno (glaciaciones, animales amenazantes, inundaciones, etc) duraban más sin comer las personas de mediana edad con su reserva de grasa localizada”, nos cuenta el doctor.
Es ahí cuando viene el problema. “Hoy por hoy, que no hay mamuts que bloqueen la cueva o no hay grandes nevadas, esa grasa de reserva se ha convertido en algo que sobra, no tiene ninguna función y encima nos mortifica la vida y nos arruina la estética”, nos cuenta el doctor especialista en Nutrición.