Adaptarnos al cambio
Lo que sí es un hecho es que no es la primera vez que esto sucede. Hemos vivido diferentes situaciones de incertidumbre y cambios como sociedad a lo largo de los siglos, y una vez más, se repite la historia. Toca adaptarse. Y todo esto sucede, además, cuando tenemos fechas importantes a la vuelta de la esquina, como la Navidad. Y cuando no se para de hablar ya de la vacuna como ese reducto a la esperanza para salir de esta situación, en plena carrera de los laboratorios para conseguir un remedio eficaz que nos devuelva a la normalidad. Ahora más que nunca es momento de apostar por adaptarnos al cambio constante. ¿Cómo podemos conseguirlo? Hay que seguir una estrategia que se basa en no agarrarse al pasado y tampoco querer anticiparnos al futuro.
Por eso, de nada sirve anticiparnos a circunstancias sobre la vacuna o nuevos posibles confinamientos, ya que lo más seguro es que no encontraremos respuestas. La clave está en fluir con el presente. “Siempre, en cualquier situación social, es recomendable vivir día a día, porque lo único verdaderamente existente es el presente. El pasado ya no es, y el futuro no sabemos si será en la manera en que lo anticipamos. Es por eso que no es recomendable especular o comenzar a hacer cábalas con la idea de la futura vacuna o nuevos confinamientos. Muchas veces nos perdemos en imaginar desgracias futuras que nunca llegan, y esto se debe a procesos de pensamiento distorsionados. Planificar está bien, pero siempre ateniéndose a la realidad de la situación presente”, cuenta Aida Rubio, coordinadora del equipo de psicólogos de TherapyChat.