Quizá, en este verano tan atípico, hayas pensando en iniciarte en una disciplina como el yoga. ¡Enhorabuena si es así! Las posturas que se practican mejoran tu elasticidad, tonifican el cuerpo pero además tiene una gran repercusión en tu estado anímico. El yoga facilita la concentración, evita el estrés y contribuye a mejorar tu autoestima. Por ello, sea cual sea tu destino estas vacaciones, empieza a conocer la técnica y lánzate a practicarla. En esta ocasión, de la mano del profesor de yoga Antoine van Diem, de City Yoga, te hablaremos de los beneficios del yoga en la playa. 

¿Es bueno hacer yoga en la playa?

¡Siempre es bueno hacer yoga! Y lo es también en la playa. La ventaja de tener un suelo blando es que incluso se presta a jugar mucho más, los equilibrios de brazos o transiciones entre una postura y otra pueden hacerse con más confianza, ya que no importa tanto la caída, la arena la puede amortiguar.

Además, el aire puro, la humedad ambiental y las ventajas de tomar el sol de forma moderada son otros factores que hacen del yoga en la playa una actividad muy recomendable para este verano. 

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Al hacerlo sobre un suelo poco firme ¿cómo evitamos lesionarnos?

Como ocurre en cualquier otro deporte que se practica en la arena, el esfuerzo muscular es mayor. Sin embargo, esto se podría ver más como una ventaja que como un inconveniente, ya que para compensar la falta de estabilidad, la musculatura profunda, estabilizadora trabaja más de lo normal. Es un trabajo funcional muy interesante.

El único riesgo pueden ser las torceduras en las articulaciones por apoyar mal o forzar. Por ello, es imprescindible que con la actitud de un buen 'yogui' escuchemos nuestro cuerpo y que prestemos especial atención a la fatiga muscular. Lo más probable es que al principio nos cansemos más, puesto que estamos usando músculos diferentes. Debemos ser conscientes de ello y aumentar la práctica paulatinamente. 

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¿A qué hora del día es mejor practicar yoga en la playa?

Hay que seguir las recomendaciones generales de evitar las horas de mayor calor. Idealmente, se podría practicar por la mañana o por la tarde. Hacerlo por la mañana, por ejemplo, antes del desayuno puede ser un buen momento.

El esfuerzo de la mañana reverberará a lo largo del día en un cuerpo más despierto y ágil, listo para disfrutar de un día de vacaciones. Compartiendo el día con alegría desde el bienestar y la ligereza física.

Eso sí, ten cuidado con practicarlo al amanecer o al atardecer. Pese a que puede haber poca gente en la playa, es la 'hora punta' de los mosquitos. Y puede convertir una sesión agradable en una pequeña 'tortura'. 

Por otro lado, en cuanto a la ropa, bastaría con llevar un bañador o ropa deportiva que transpire si te sientes más cómoda. Si te expones al sol, cuida tu piel con un buen fotoprotector. 

¿Qué posturas son las recomendadas para principiantes?

Siempre es recomendable hacer unos cuantos 'saludos al sol'. Es un ejercicio completo que contempla muchas asanas beneficiosas para el organismo. Además, es una secuencia amena que trabaja las cadenas musculares frontales y posteriores flexibilizando especialmente la columna vertebral. Hay muchos tipos de saludo al sol. Lo ideal es buscar la que más nos guste y que podamos hacer cómodamente. Repetir el número de vueltas incrementará el nivel.

Para iniciarse también son recomendables las posturas de pie. Por ejemplo, los distintos guerreros y cualquier trabajo de apertura de cadera y flexibilización de piernas.

Como mencionamos antes, la arena, hará que tu musculatura profunda trabaje más. 

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Posturas para practicantes más avanzadas

Si hace tiempo que practicas esta disciplina, es bueno seguir explorando para desafiar el cuerpo y la mente sobre la arena. En este sentido, es bueno realizar equilibrios de brazos: como las posturas de cuervo, pino, escorpión, etc.. Cuidado con las muñecas. Se van a fortalecer con el tiempo, pero no hay que forzarlas. La inestabilidad arenosa hará que trabajen mucho más.

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Busca unas clases online

En conclusión, la época estival es ideal para iniciar un cambio de hábitos o para reforzar tus patrones positivos. Aprovecha para crear una práctica sólida y continua o para iniciarte. Idealmente búscate unas clases online (si pueden ser interactivas, mejor). Gracias al confinamiento existe una amplia oferta en la red que te ofrece clases dirigidas, que, sin duda, mejorarán tu práctica y te ayudarán a que no te lesiones. 

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