Cada vez más personas buscan respuestas claras sobre cómo mejorar su salud sin caer en modas pasajeras ni promesas vacías. Nos preocupamos por vivir más y, sobre todo, por vivir mejor. Por eso, cada vez más entendemos que la relación entre lo que comemos, cómo dormimos, nuestras emociones y el entorno que nos rodea es clave para entender el bienestar de forma integral. Alimentación consciente, gestión del estrés, vínculos afectivos y autocuidado son pilares que, lejos de ser complicados, pueden traducirse en hábitos sencillos con un impacto profundo. De todo ello habla el doctor Manuel Viso, médico especialista en Urgencias y en Hematología, además de divulgador y conferenciante en materia de salud y bienestar, en su libro Supersanos.
¿Cómo nace la idea de escribir 'Supersanos'? ¿Hubo algún momento clave que le impulsó a convertir su experiencia médica en un libro?
La idea surge en la consulta, sin duda, pero también en la calle, en las redes sociales y en el círculo de amistades. Una y otra vez veía lo mismo: enfermedades que podrían haberse evitado o al menos mejorado con buenos hábitos. De alguna manera, me cansé de observar cómo tantas personas se perdían entre mitos, dietas milagro y desinformación. Decidí que la medicina no podía limitarse solo a tratar, también tenía que enseñar. Supersanos es, en ese sentido, un acto de complicidad con la sociedad y de convicción personal: devolverle a la salud su base más sencilla y poderosa, los buenos hábitos diarios.
El momento llegó con la propuesta de HarperCollins y su gran equipo. Fue la oportunidad de plasmar lo que ya intuía: que los datos son contundentes. En España, más del 50% de las muertes se deben al cáncer y a las enfermedades cardiovasculares. Y lo más impactante: hasta el 90% de los infartos podrían prevenirse con cambios de estilo de vida. Con esas cifras, la idea de escribir dejó de ser un deseo y se convirtió en una responsabilidad.
Una de las primeras preguntas no puede ser otra: ¿Qué significa para usted ser “supersano”? ¿Es un estado físico, emocional, mental... o una combinación de todo?
Supersano es mucho más que la ausencia de enfermedad. Ser “supersano” no es tener un cuerpo perfecto ni vivir obsesionado con la salud. Es integrar cuerpo, mente y emociones en equilibrio.
Significa cuidarte desde lo cotidiano: dormir bien, moverte, comer con conciencia, gestionar el estrés, rodearte de buenas relaciones y disfrutar de los pequeños placeres como un abrazo. Es vivir con conciencia, tomar microdecisiones diarias que suman (beber agua al levantarte, caminar 30 minutos, cenar sin pantallas) y construir hábitos sostenibles que te hagan sentir fuerte, no culpable.
Ser “supersano” no es tener un cuerpo perfecto ni vivir obsesionado con la salud. Es integrar cuerpo, mente y emociones en equilibrio.
Todo lo que rodea a nuestra salud está lleno de mitos, muchos de ellos relacionados con nuestra alimentación, ¿cuál diría que es el mito más peligroso que circula hoy en día al respecto?
Quizá el más peligroso es creer que existen soluciones rápidas: dietas milagro, “superalimentos” que lo curan todo o productos que “desintoxican”. Son mensajes simplistas que circulan a gran velocidad, sobre todo en redes sociales, pero carecen de evidencia. No solo confunden, también pueden poner en riesgo la salud.
La clave está en volver al sentido común y a la información basada en ciencia: alimentos reales, equilibrio y hábitos mantenidos en el tiempo. La gente no fracasa por falta de conocimiento, porque todos sabemos que fumar es insano y hacer ejercicio regular es una polipíldora muy saludable. Las personas fracasan principalmente porque no logran desbloquearse emocionalmente. Por eso es tan importante que cada hábito se fundamente en un propósito personal y en una emoción que lo sostenga y que sea más fuerte que la pereza o la desgana.
¿Qué opina de que se clasifiquen los alimentos en buenos y malos?
Es un error reducir la alimentación a etiquetas simplistas. No hay alimentos buenos o malos de forma aislada, lo que importa es el patrón alimentario global. Comer un dulce de forma ocasional no nos enferma, pero normalizar su consumo diario sí. Clasificar genera miedo y obsesiones; educar en equilibrio es mucho más útil. La salud no es solo lo que comes, es cómo lo comes, cómo lo vives y qué lugar ocupa en tu vida.
Microbiota, inflamación, SIBO... cada vez estamos más familiarizados con estos conceptos, ¿piensa que estamos empezando a preocuparnos más por nuestra salud, que ha cambiado el paradigma?
Sí, sin duda. Hemos pasado de una visión centrada solo en el aspecto físico a entender la salud como algo más integral. Hoy hablamos de microbiota, inflamación o salud mental en la misma conversación, y eso es un cambio de paradigma. Cada vez hay más interés en el autocuidado, aunque también mucha confusión por el exceso de información o por la desinformación que sale de bocas carentes de formación. Perdón por el juego de palabras. Por eso es importante divulgar con rigor y con un lenguaje cercano, para que la gente sepa distinguir qué realmente aporta valor a nuestra salud.
Lo que no cuidas cada día pasa factura con el tiempo. No es mala suerte, son hábitos acumulados
En el libro habla de diferenciar entre hinchazón e inflamación. ¿Podría explicarnos brevemente esa diferencia y por qué es importante?
La hinchazón es una sensación puntual, normalmente digestiva, que puede aparecer tras una comida copiosa o por acumular gases. Es molesta, pero pasajera, aunque habitualmente vuelve en muchas personas. La inflamación, en cambio, es un proceso del organismo, muchas veces silencioso, que puede volverse crónico y estar en el origen de enfermedades cardiovasculares, metabólicas o autoinmunes como consecuencia de los malos hábitos, tanto de lo que mal comemos como de lo que mal hacemos.
Lo que no cuidas cada día pasa factura con el tiempo. No es mala suerte, son hábitos acumulados. Por eso entender la diferencia ayuda a no banalizar síntomas y a cuidar la alimentación y el estilo de vida como estrategia de prevención.
'Supersanos' también aborda el impacto de las relaciones personales en el bienestar. ¿Son un pilar fundamental que deberíamos tener siempre muy presente?
Totalmente. Las relaciones personales son un pilar de la salud. No solo hablamos de amigos o familia, también de vínculos más pequeños como el cuidado de una mascota o un gesto de afecto. Está demostrado que el apoyo emocional reduce la ansiedad, mejora la salud mental y hasta fortalece el sistema inmune y el corazón.
La oxitocina, la hormona del vínculo, se libera con un abrazo largo, con una charla sincera, con la gratitud. Y lo más hermoso es que actúa como antídoto natural contra el estrés: baja el cortisol, mejora defensas y regula emociones. Un abrazo puede ser tan medicina como una buena alimentación.
¿Cómo cree que influyen hormonas como el cortisol o la oxitocina en nuestra salud diaria? ¿Podemos “entrenarlas” con hábitos?
Son fundamentales. El cortisol es la hormona del estrés: nos ayuda en momentos puntuales, pero cuando se mantiene alto de forma crónica daña, entre otros, el sueño, las defensas y el corazón. La oxitocina es la hormona del vínculo, como dije, se libera con un abrazo, una charla, la gratitud. Reduce el cortisol y nos da bienestar.
Y sí, podemos entrenarlas con hábitos: gestionando el estrés, cultivando vínculos sanos, practicando ejercicio o incluso agradeciendo lo que tenemos. Un abrazo de 20 segundos no es una pausa. Es una medicina natural que tú misma produces.
¿Estamos, por fin, prestando la atención que se merece a nuestra salud mental?
Vamos dando pasos. Antes la salud mental estaba estigmatizada, hoy se habla mucho más de ella y se empieza a entender que no hay salud completa sin equilibrio emocional. Sin embargo, aún queda camino: necesitamos más educación, prevención y recursos accesibles para que no se quede en un discurso, sino que se traduzca en cuidados reales.
Los hábitos más simples —dormir 7-8 horas, caminar 30 minutos al día o incluir fruta en cada comida— son los que marcan más diferencia a largo plazo
En su experiencia como médico, ¿cuál es el hábito que diría que más nos cuesta adoptar y el que más beneficios genera?
Lo que más cuesta es la constancia. Queremos resultados rápidos y nos desanimamos si no los vemos en semanas. Pero los hábitos más simples —dormir 7-8 horas, caminar 30 minutos al día o incluir fruta en cada comida— son los que marcan más diferencia a largo plazo.
El secreto no es empezar, es sostener. Es por eso que debemos trabajar mucho en refuerzos positivos y negativos: premiar cada pequeño avance y reconocer lo que mejora cuando cambiamos (menos dolor, más energía, mejor descanso). El cerebro no cambia por culpa, cambia por repetición de actos y recompensa.
¿Qué opina sobre el enfoque actual del autocuidado? ¿Estamos más informados o más confundidos que nunca?
Vivimos en la era de la sobreinformación: nunca tuvimos tanto acceso a datos, pero también nunca tanta confusión. Redes sociales y marketing nos venden mensajes contradictorios. Creo que estamos más informados, pero también más confundidos.
El reto es filtrar, volver al sentido común y apoyarnos en fuentes fiables. Cuidarse no debe ser una carga ni una obsesión, debe ser un refugio y un regalo que nos hacemos. Porque si no te gusta lo que sientes, cambia lo que permites.
¿Qué consejo daría a alguien que quiere empezar a cuidarse pero se siente abrumado por tanta información que tiene a su disposición y que no siempre es acertada?
Que empiece por algo pequeño, concreto, alcanzable y realista. No hace falta cambiarlo todo a la vez: sustituir refrescos por agua, añadir una ración de verdura extra al día o caminar 25 minutos. Lo importante es dar pasos sostenibles y no obsesionarse con la perfección.
No esperes a la motivación mágica. La motivación viene después de actuar, cuando tu cerebro empieza a ver resultados y libera dopamina. Empieza hoy, aunque sea con algo mínimo. Una microacción abre la puerta al modo supersalud.
¿A quién va especialmente dirigido 'Supersanos'?
Está dirigido a cualquiera que quiera vivir mejor, sin importar la edad o la condición física. No es un manual para expertos, sino una guía práctica para el público general: desde jóvenes que buscan hábitos saludables hasta adultos o personas mayores que quieren mejorar su bienestar o prevenir enfermedades.
Es para todas aquellas personas que están en ese punto de querer empezar, cambiar o entender cómo cuidarse sin caer en modas ni obsesiones. Porque como digo siempre: no necesitas hacerlo perfecto, solo necesitas empezar porque tu salud no se pospone, tu vida no está en pausa sino que está pasando ahora.