Afortunadamente, lo de contar calorías para perder peso ha pasado de moda. Cada vez somos más conscientes de que las dietas estrictas y las rutinas de ejercicio extremadamente exigentes no conducen a ningún buen puerto. En cambio, queda mucho camino por recorrer, sobre todo para demos en este contexto a los antioxidantes la importancia que merecen. Porque, ¿verdad que nunca te habías parado a pensar si estos podrían o no jugar un papel importante para activar el metabolismo y hacer que te sientas y te veas mejor?
Salena Sainz, nutricionista, farmacéutica con postgrado en dermatología y fundadora de Naturae Nutrición, asegura que "existe un actor silencioso que rara vez recibe la atención que merece: las enzimas antioxidantes endógenas”. Enzimas, porque son como tijeritas moleculares que simplifican y aceleran reacciones químicas específicas; antioxidantes porque ayudan a neutralizar los radicales libres; y endógenas porque las fabrica nuestro propio cuerpo. Son proteínas que hacen nuestras células y nos vamos a referir a ellas como enzimas.
No solo nos protegen del daño oxidativo sino que además influyen en:
- La inflamación: hacen que acumulemos menos grasa visceral, que es la más peligrosa, ya que aumenta el riesgo de hipertensión y complicaciones cardiovasculares.
- La sensibilidad a la insulina: contribuyen a que almacenemos menos grasa y la glucosa se convertirá más fácilmente en energía. Favorecen que la grasa se utilice como combustible.
- El funcionamiento del metabolismo: provocan que quememos más calorías en reposo.
En otras palabras, "pueden marcar la diferencia entre un cuerpo que almacena grasa con facilidad y otro que la quema de forma eficiente", según Salena. La razón es sencilla: estas enzimas se encargan de neutralizar los radicales libres y mantener nuestro equilibrio interno", en palabras de la nutricionista.
No hay un suplemento que recargue el almacén de estas proteínas pero mediante la alimentación y los buenos hábitos sí podemos provocar que nuestro cuerpo las fabrique en mayor cantidad. Estos son algunos trucos:
- Alimentación rica en polifenoles: presentes en frutos rojos, té verde y cacao puro.
- Aporte de minerales clave: zinc, cobre, selenio y magnesio, a través de frutos secos, semillas, legumbres, mariscos y cereales integrales
- Evitar: tabaco, alcohol y ultraprocesados
- Ejercicio físico regular: en dosis adecuadas
- Descanso nocturno: fundamental para la reparación antioxidante
En contraposición, los gestos y hábitos que van a hacer que el estrés oxidativo se dispare son: la mala alimentación, la falta de sueño y el sedentarismo, por ejemplo. Y, evidentemente, esto afecta directamente a la regulación del peso. En definitiva, las enzimas antioxidantes favorecen un entorno metabólico más eficiente. No son un “truco de magia”, pero sí crean el escenario ideal para .