El uso de la Inteligencia Artificial gana terreno cada día en nuestra vida diaria. Diseñada para hacernos la vida más fácil, esta tecnología, si se utiliza mal, puede poner en riesgo nuestras habilidades cognitivas y reducir nuestra productividad mental. Por eso es importante entender que la Inteligencia Artificial no debe sustituir a nuestro cerebro, sino ser un complemento que nos ayude a disponer de más tiempo y reducir nuestros niveles de estrés y ansiedad.
Así afecta a tu cerebro el uso excesivo de la IA
Debemos tener siempre presente el hecho de que el cerebro humano es vago por naturaleza y tiende a tratar de simplificar los procesos al máximo. Eso significa que, si se utiliza la IA para sustituir de forma habitual procesos cerebrales, como el razonamiento o la memorización, se irá produciendo un deterioro cognitivo paulatino, que hará que volver a realizar esos procesos de manera natural sea cada vez más costoso. Tener esto presente es fundamental para hacer un uso responsable e inteligente de las nuevas herramientas que la tecnología pone a nuestro alcance.
Durante los próximos días, te propongo un reto sencillo, pero poderoso:
- Cada día toma una hoja en blanco.
- Anota cada vez que utilices la IA.
- Escribe brevemente para qué la usaste y qué te resultó de esa experiencia: ¿te quitó tiempo de reflexión o de pensar por ti mismo? ¿te ayudó a facilitar una tarea o a trabajar más rápido?
La idea es que al finalizar la semana tengas un registro claro de cómo interactúas con la IA y puedas reflexionar sobre el impacto real que está teniendo en tu manera de aprender, trabajar y crear.