Con el paso de los años, mantener la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio se convierte en una inversión directa en salud, calidad de vida y longevidad. Y en para ello, el yoga, lejos de ser una disciplina exclusiva para los más jóvenes, ofrece posturas adaptadas a las necesidades de las personas de más de 50 años o, incluso, pasada la sexta década de la vida. Y, lo mejor, no se necesita ser una persona experimentada. Por eso, merece la pena aprenderlas porque practicarlas no solo ayuda a moverse con más agilidad, sino que también reduce el estrés, mejora el sueño y contribuye al bienestar general.
“El yoga en la edad adulta tiene además beneficios terapéuticos en personas con artritis, diabetes, esclerosis, etc. Por supuesto, se recomienda practicarlo con personas experimentadas que nos guíen”, apunta Gonzalo Ruiz Utrilla, biohacker especializado en longevidad. En este artículo descubrirás cuatro posturas suaves y accesibles que puedes incorporar a tu rutina desde hoy mismo.
¿Cuál es la mejor postura de yoga para empezar después de los 50?
1. Postura de la montaña
Si nunca has practicado yoga y quieres dar tus primeros pasos, Tadasana o postura de la montaña es una excelente opción. Se realiza de pie, con los pies firmes sobre el suelo, las rodillas ligeramente flexionadas y los hombros hacia atrás. La clave está en mantener una alineación natural y en respirar de manera profunda y consciente.
Aunque pueda parecer sencilla, esta postura ofrece grandes beneficios: favorece la circulación sanguínea, alivia dolores de espalda, descongestiona la columna y ayuda a restaurar la conexión entre cuerpo y mente. Es, además, un buen punto de partida para familiarizarse con la práctica y trabajar el equilibrio sin riesgos.
2. Postura del niño
Balasana o postura del niño es una de las más recomendadas para quienes buscan relajación y alivio de la tensión acumulada. Comienza arrodillándote en el suelo y, poco a poco, inclina el torso hacia adelante hasta apoyar la frente en la esterilla, con los brazos extendidos o pegados al cuerpo.
Esta asana destensa los hombros y la espalda, estira suavemente las caderas, los tobillos y los muslos, y proporciona una sensación de calma inmediata. Es especialmente útil para combatir el estrés y la fatiga, por lo que puedes incluirla en tu rutina antes de dormir o después de una jornada intensa.
3. Postura del árbol
Vrikshasana o postura del árbol es perfecta para entrenar el equilibrio y la estabilidad, aunque requiere un poco más de práctica que las anteriores. Para realizarla, ponte de pie, apoya el pie de una pierna sobre la parte interna del muslo de la otra y eleva los brazos por encima de la cabeza, juntando las palmas.
Puede que al principio necesites apoyarte en una pared o silla para mantener la postura, pero con el tiempo ganarás seguridad. Este ejercicio, además de trabajar el equilibrio físico, ayuda a mejorar la concentración y la estabilidad mental. Es normal que al principio cueste mantener la posición, así que la clave es practicarla varios días a la semana.
4. Postura del gato
Por último, Marjaryasana o postura del gato es ideal para mantener la espalda flexible y prevenir molestias en la columna. Se realiza apoyando manos y rodillas en el suelo, y arqueando la espalda suavemente hacia arriba para después volver a la posición inicial.
Este movimiento repetido fortalece los músculos dorsales, mejora la postura y ayuda a aliviar tensiones acumuladas en la zona lumbar. También es beneficioso para quienes pasan muchas horas sentados, ya que reactiva la movilidad de la columna y previene rigideces.
Consejos para practicar yoga de forma segura después de los 50
Aunque estas posturas son de baja dificultad, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones para que la práctica sea segura y efectiva:
- Avanza gradualmente: si nunca has hecho yoga, empieza con sesiones de 20-30 minutos, dos o tres veces por semana.
- Consulta a un profesional: un instructor experimentado puede corregir tu postura y evitar sobrecargas.
- Escucha a tu cuerpo: si sientes dolor o incomodidad, detente y ajusta la posición.
- Cuida tu respiración: acompaña cada movimiento con respiraciones lentas y profundas para maximizar los beneficios.
Yoga, un aliado para la salud a cualquier edad
Más allá de la mejora física, el yoga aporta beneficios a nivel mental y emocional. Favorece la calma, reduce el estrés, mejora la calidad del sueño y ayuda a mantener una actitud positiva frente al paso del tiempo.
Como recuerda Gonzalo Ruiz Utrilla, “para quienes nunca han practicado yoga, dos o tres sesiones a la semana de 30 minutos es un buen comienzo”. Lo importante es ser constante, practicar con seguridad y disfrutar de cada sesión como un momento para ti.