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Clint Eastwood en una imagen de archivo al presentar la película 'The Mule' © FilmMagic

LONGEVIDAD

Los secretos de la longevidad de Clint Eastwood a sus 95 años, avalados por la ciencia

A su edad, dirige películas, monta a caballo, vive con serenidad y con energía... ¿Cuáles son sus hábitos? Te adelantamos que están avalados por la ciencia para vivir más y mejor


4 de agosto de 2025 - 14:00 CEST

No es un gurú del bienestar ni presume de longevidad. Pero a sus 95 años, Clint Eastwood sigue trabajando con una energía envidiable y es un ejemplo para muchos. Dirige películas, camina a diario, monta a caballo y vive con serenidad. En una entrevista reciente aseguraba: “Sigo haciendo cosas porque me niego a dejar que entre el viejo”. Y quizá esa sea su mayor lección: vivir con coherencia y cuidarse.  

Eastwood ha confesado en varias entrevistas que cuida su alimentación, entrena a diario -combina el golf, las caminatas con ejercicios de fuerza que no dañen sus articulaciones-, duerme bien, evita el alcohol y practica meditación trascendental. Por ello, aunque su genética también cuenta, seguro que lo que hace, cómo vive y la conciencia de tratar su cuerpo como si fuera un templo le está permitiendo disfrutar de una vejez activa. 

Su estilo de vida coincide con muchos de los pilares que la medicina preventiva y antiedad considera esenciales para envejecer con salud. Como explican desde Neolife, clínica especializada en longevidad, no hay un solo secreto, sino un conjunto de factores que, bien gestionados, marcan la diferencia entre envejecer y mantenerse joven más tiempo.

¿Existe una fórmula para vivir más años y con buena salud? ¿Tiene Clint Eastwood las claves para vivir más y mejor?. Desde luego, los expertos especializados en longevidad, así como los lugares donde se viven más años siguen los hábitos que el director de cine ha implantado en su vida: dieta saludable, ejercicio físico regular, un buen descanso y relajación. 

Mujer comiendo pescado rico en omega 3© Getty Images
Una dieta saludable en la que se coma de todo pero preferiblemente basada en vegetales ayuda a vivir más

Qué tienen en común los lugares donde la gente vive más

La idea de longevidad no es nueva, pero cobró especial interés tras la aparición del concepto de “zonas azules”, acuñado por el investigador Dan Buettner junto a National Geographic. Estos enclaves —Okinawa (Japón), Cerdeña (Italia), Icaria (Grecia), Nicoya (Costa Rica) y Loma Linda (EE.UU.)— destacan por concentrar a un elevado número de personas centenarias con una calidad de vida envidiable.

Según explica la doctora Cristina Minguito, directora médica de Neolife, “lo que estas regiones tienen en común no es una receta milagrosa, sino un conjunto de hábitos profundamente integrados en su día a día, que tienen mucho que ver con la prevención”.

Las personas más longevas que viven en las zonas azules no tiene una receta milagrosa sino un conjunto de hábitos basados en la prevención profundamente arraigados en su cultura. 

La dieta: cuanto más vegetal, mejor

Uno de los factores clave en todas las zonas azules es la alimentación. Se trata de dietas predominantemente vegetales, ricas en nutrientes y antioxidantes, y muy bajas en productos ultraprocesados. “Hablamos de una alimentación basada en verduras, frutas, legumbres, semillas integrales y con muy poca presencia de carnes rojas o alimentos industriales”, detalla la experta.

Este patrón de dieta, conocido como plant based, no solo aporta energía y salud digestiva, sino que contribuye a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y degenerativas.

Mujer con una esterilla de yoga© Getty Images
Lo importante es llevar una vida activa en la que el movimiento forme parte de la rutina

Movimiento constante: no solo es hacer ejercicio

Contrariamente a lo que muchos piensan, hacer ejercicio no significa obligatoriamente ir al gimnasio o correr maratones. En las zonas azules, el movimiento es natural, constante y forma parte de las rutinas cotidianas. “La clave está en tener una vida activa, en la que se camina, se suben escaleras, se hace la compra o se cuida un huerto”, señala la doctora Minguito.

Es este tipo de actividad física moderada, mantenida a lo largo del tiempo, la que mejor impacto tiene sobre la salud cardiovascular y la prevención del deterioro cognitivo.

El poder de las relaciones personales

La vida social también es un pilar imprescindible. Las personas más longevas mantienen lazos familiares estrechos y una participación activa en su comunidad. Sentirse acompañado, compartir tiempo con amigos o cuidar de los nietos refuerza la salud mental y emocional, aspectos que cada vez se reconocen más como protectores frente a enfermedades crónicas.

Además, este tipo de vínculos actúa como una red de apoyo que amortigua el impacto del estrés y favorece un mejor manejo de las emociones.

Un propósito vital que nos impulse a seguir

“Contar con una razón para levantarse cada mañana, con un propósito que nos entusiasme y nos mantenga en movimiento, es uno de los secretos mejor guardados de quienes envejecen bien”, asegura la doctora Minguito.

Puede ser una actividad creativa, un compromiso con el cuidado de otros o simplemente un proyecto personal que nos llene de ilusión. Lo importante es que nos conecte con lo que somos y con lo que valoramos.

Varias personas meditando© Getty Images
La meditación colectiva genera una energía compartida que intensifica la experiencia emocional y fisiológica

La meditación también ayuda 

Otra de las claves para vivir más y mejor es llevar un estilo de vida pausado y saber desconectar cuando toca. Manejar bien el estrés es esencial y técnicas como la meditación ayudan. De hecho, esta es otra de las prácticas de Clint Eastwood aplica en su día a día. ¿Y qué tiene la meditación que nos hace tanto bien

Tal y como señala el coach español Tony Espigares, la ciencia respalda sus efectos positivos sobre el cerebro: meditar activa la corteza prefrontal, regula las emociones y mejora la claridad mental. Incluso estudios del Massachusetts General Hospital han confirmado que reduce la actividad de la amígdala, la zona del cerebro relacionada con el estrés, lo que se traduce en una mayor sensación de bienestar y una menor reactividad emocional.

Gracias a la neuroplasticidad, quienes meditan con regularidad mejoran funciones como la memoria y la toma de decisiones.

Además de su poder calmante, Espigares destaca la capacidad de la meditación para moldear literalmente el cerebro. Gracias a la neuroplasticidad, quienes meditan con regularidad mejoran funciones como la memoria y la toma de decisiones. Más allá de los efectos inmediatos, meditar de forma constante puede convertirse en una herramienta transformadora para vivir con mayor presencia, conciencia y alineación con lo que realmente importa. “Meditar es vivir alineado con lo que realmente amamos”, resume el experto, invitando a entender esta práctica como un modo de vida.

Por otro lado, la meditación no tiene por qué ser una actividad solitaria ni limitada al silencio o a posturas rígidas. Puede practicarse sentado, caminando o tumbado, y adquiere aún más fuerza cuando se realiza en grupo. Espigares explica que la meditación colectiva genera una energía compartida que intensifica la experiencia emocional y fisiológica. Instituciones como el HeartMath Institute han demostrado que la práctica en comunidad puede sincronizar el ritmo cardíaco y mejorar el bienestar general. Por eso, cada vez son más los que se suman a retos de meditación guiada para experimentar, en compañía, su capacidad para transformar la vida desde dentro.

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