Los datos no dejan lugar a la duda y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que alrededor del 80% de las personas experimentarán dolor lumbar en algún momento de su vida. El problema añadido viene cuando ese dolor se cronifica y acompaña a quien lo padece día tras día. En esos casos, al margen de las consecuencias a nivel físico, también aparecen repercusiones desde el punto de vista psicológico. Y es que quien padece dolor lumbar crónico tiene más posibilidades de padecer problemas de salud mental, como depresión, ansiedad o trastornos del sueño.
Causas del dolor lumbar crónico
Son muchas las causas que pueden contribuir a que una persona desarrolle dolor lumbar crónico, pero las más comunes que podemos citar son las lesiones previas, enfermedades degenerativas de la columna vertebral, posturas inadecuadas, así como el hecho de llevar una vida sedentaria.
Una causa de discapacidad
Más allá de la causa que lo provoque, lo cierto es que cuando este dolor se cronifica, puede suponer un auténtico suplicio para quien lo padece. “El dolor lumbar crónico es una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial, afectando a millones de personas en todo el mundo. Este problema de salud, que se caracteriza por dolor persistente en la parte baja de la espalda que dura más de tres meses, tiene un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes, ya que la constante incomodidad y la limitación en las actividades cotidianas pueden provocar ansiedad, depresión e incluso problemas de sueño”, nos comenta al respecto el doctor Fernando Corbí, traumatólogo del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre. Pero es que además el especialista añade que “muchas personas con dolor lumbar crónico experimentan una disminución en su capacidad para trabajar o realizar actividades que disfrutan, lo que puede generar frustración y sentimientos de impotencia”.
¿Cómo influye el dolor lumbar crónico en el estado de ánimo?
Tal y como nos explica Fabrice Lefèvre, especialista en Fisioterapia y Osteopatía, director de la clínica de Osteopatía Probodyone by Fabrice Lefèvre (Barcelona) y miembro de Top Doctors Group, un meta-análisis (The Journal of Pain, 2021) reveló que ansiedad y depresión agravan el dolor y dificultan la recuperación. “El dolor continuo afecta directamente al ánimo y la funcionalidad diaria. Así que una salud sostenible de la espalda requiere integrar cuerpo y mente en el tratamiento del dolor lumbar”, nos explica.
Todo con el objetivo de que el paciente no acabe sufriendo un episodio de ansiedad o depresión. “Según JAMA Network Open (2025), más del 40 % de quienes sufren dolor crónico también padecen ansiedad o depresión. Ambas condiciones se retroalimentan, amplificando el sufrimiento. Romper ese ciclo es clave para una salud sostenible y efectiva”, indica el fisioterapeuta.
El sueño es otro de los grandes perjudicados, como apuntábamos anteriormente. “Sleep Medicine Reviews confirma que hasta el 70 % de pacientes con dolor lumbar crónico sufren de insomnio y sueño no reparador. El mal descanso empeora la ansiedad, la fatiga y la tristeza. Dormir bien es esencial en el proceso de recuperación del dolor lumbar”, apunta Fabrice Lefèvre.
A todo ello hay que sumar que el miedo, el catastrofismo y el estrés aumentan la percepción del dolor. “Estos factores alteran la regulación cerebral del dolor. Tratarlos es esencial dentro de un modelo integral de salud física y mental”, matiza el fisioterapeuta.
Tratamiento y manejo del dolor lumbar crónico
Por todo ello, es importante tratar de abordar este problema para minimizar su impacto en la vida de los pacientes. “El tratamiento del dolor lumbar crónico varía según la causa subyacente y la intensidad del dolor, pero generalmente incluye un enfoque multifacético que puede involucrar medicamentos, fisioterapia, cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas”, apunta el especialista de Vithas.
El profesional recalca que “es necesario un plan de ejercicio adecuado, supervisado por un fisioterapeuta para fortalecer los músculos de la espalda, mejorar la postura y aumentar la flexibilidad. Además, técnicas como la terapia manual, el masaje terapéutico y la acupuntura pueden ser útiles para aliviar el dolor”.
La medicación se convierte en una aliada fundamental. Los analgésicos, los antiinflamatorios no esteroides (AINEs) y los relajantes musculares son algunos de los medicamentos más utilizados para controlar el dolor lumbar. “En casos más graves, los opioides y otros tratamientos farmacológicos pueden ser necesarios, aunque siempre bajo estricta supervisión médica. Incluso, en algunos casos, procedimientos como inyecciones de esteroides o bloqueos nerviosos pueden proporcionar alivio temporal del dolor, permitiendo a los pacientes participar en terapias físicas y mejorar su calidad de vida”, puntualiza el doctor Corbí.
En opinión del especialista “es importante recordar que la cirugía no siempre es la mejor opción, y debe considerarse solo después de agotar otras alternativas no quirúrgicas, como fisioterapia, medicamentos o terapias mínimamente invasivas. La consulta con un cirujano ortopédico o un neurocirujano es esencial para determinar si la cirugía es apropiada y qué tipo de procedimiento es el más adecuado para cada caso en particular”.
¿Se puede prevenir el dolor lumbar?
Como hemos comentado anteriormente, depende de la causa que lo motive, pero lo cierto es que adoptar hábitos saludables, como mantener un peso adecuado, evitar el sedentarismo y practicar técnicas de manejo del estrés, puede ser clave en la prevención y el manejo del dolor lumbar crónico.
“Con el enfoque adecuado en prevención, tratamiento y manejo, es posible mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen”, indica el doctor Corbí. “La prevención del dolor lumbar crónico debe estar centrada principalmente en la adopción de posturas adecuadas, la práctica regular de ejercicio físico y la evitación de esfuerzos excesivos o movimientos bruscos que puedan dañar la columna vertebral. Además, las campañas de concientización sobre la importancia de la salud postural y la ergonomía en el lugar de trabajo pueden contribuir a reducir la incidencia de este dolor”, nos detalla el especialista de Vithas.
“El dolor crónico bloquea los circuitos de recompensa cerebral y por lo tanto reduce el placer, la motivación y la conexión con lo cotidiano. Volver a disfrutar de lo que importa es parte fundamental de una salud sostenible y consciente”, concluye por su parte el especialista de Top Doctors.