Paula Valiente, nutricionista: "Con estos alimentos puedes que conseguir un abdomen plano en verano"

Spoiler: no se consigue solo comiendo lechuga. Si sueñas con un vientre más plano este verano, es hora de olvidarte de los atajos milagrosos y empezar a mirar tu estilo de vida con otros ojos. Porque sí, lo que comes importa (mucho), pero también cómo duermes, cómo te mueves, e incluso cómo respiras cuando estás estresado.

Paula Valiente, dietista- nutricionista de Palasiet Wellness Clinic & Thalasso (expertos en medicina integrativa y hábitos saludables desde 1970), nos cuenta que conseguir un vientre plano no solo va a depender de la alimentación, aunque ya sabemos que comer bien es crucial. "Recomendamos un enfoque integral: una alimentación saludable y consciente, control del estrés, descanso reparador y movimiento diario son esenciales", dice la experta. 

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Ahora bien, la nutricionista reconoce: "la elección de los alimentos tiene gran importancia en cómo se siente y se ve nuestro abdomen. Hay que priorizar alimentos antiinflamatorios, ricos en fibra y de temporada para reducir de manera natural la hinchazón, mejorar la digestión y favorecer también la pérdida de grasa". Así, algunos alimentos imprescindibles que deberíamos introducir en nuestra lista de la compra para el verano son:

• Verduras frescas y variadas como las espinacas, el pepino, el pimiento… Tienen un contenido en agua alto, buen aporte de fibra y favorecen la digestión, además de combatir la retención de líquidos.
• Fruta de temporada como piña, sandía, papaya, frambuesas, melocotón… Nos aportan enzimas digestivas, antioxidantes y mucha hidratación, lo que reduce la inflamación y favorece el tránsito intestinal.
• No se pueden quedar fuera de la lista los encurtidos naturales como los pepinillos, el chucrut o el kimchi. Son probióticos naturales que ayudan a equilibrar la flora intestinal, mejorar la digestión y reducir la inflamación.
• Proteínas y grasas de calidad como huevos, pescados azules, frutos secos y aceite de oliva virgen extra. Estas opciones sacian, ayudan a construir masa muscular y mantienen el metabolismo activo sin inflamar.
• Cereales integrales como la avena o la quinoa, que son ricos en fibra, ayudan a estabilizar los niveles de azúcar en sangre y mantienen la digestión regular.

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Además, según Paula, "algo tan sencillo como masticar despacio puede marcar la diferencia: mejora la digestión, evita gases y ayuda a controlar mejor la cantidad de comida que ingerimos". Por otro lado, nos dice que "la gestión del estrés es muy importante". "El cuerpo responde al estrés liberando cortisol, una hormona que puede favorecer tanto la retención de líquidos como alterar la digestión y aumentar la acumulación de grasa abdominal", explica. "Además, el cuerpo entra en "modo alerta", ralentizando o acelerando los procesos digestivos, lo que puede generar gases, inflamación y distensión abdominal", nos cuenta.

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Para la nutricionista integrativa, el descanso también es clave. "Dormir entre siete y ocho horas cada noche es esencial para que el cuerpo se recupere y se desinflame de manera natural. Dormir poco o mal puede alterar el equilibrio hormonal: aumenta la hormona del hambre (grelina) y disminuye la que regula la saciedad (leptina), lo que puede dificultar mantener una alimentación equilibrada.

Y, por último, según nos dice, el movimiento diario no solo quema grasa, también estimula la digestión, mejora el estado de ánimo y regula el sistema hormonal. Lo ideal es combinar un poco de todo: ser personas activas y no olvidar el entrenamiento de fuerza.

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Elige la comida y que no te elija ella a ti

Para disfrutar de estos alimentos saludables en verano y en cualquier época del año es fundamental "reprogramarnos". Según la dietista- nutricionista integrativa y deportiva Paloma Quintana Ocaña, más conocida como Nutricionconq,  "para crear hábitos es básico repetirlos día a día". Advierte que ninguna dieta (entendida como plan de alimentación saludable) funciona si se pierde el placer de comer". Según la experta, hay que:

• Tomar conciencia, saber por qué lo estamos haciendo y estar convencidos
• Hacerlo sin pensar demasiado, no será un hábito hasta que no lo repitamos

"Bajar de peso (ganando salud) es posible si cambiamos de pensamiento, acabando con los pensamientos negativos que nos “engordan”, y apostando por los pensamientos positivos y la alimentación basada en el amor a uno mismo", recuerda Paloma.