Somos lo que comemos, y eso implica que la alimentación tiene más impacto en la piel del que pensamos: desde la luminosidad y el brillo hasta el acné, la rosácea o los signos del envejecimiento. Más allá de la genética y la rutina cosmética, el secreto para una piel saludable comienza en el plato, incluyendo alimentos que contribuyan a mantener la luminosidad, la función barrera y la protección frente al daño oxidativo, entre otros. La Dra. Gracia Bañón, directora médica de ENEA Clínica y especialista en nutrición, nos da las claves para una piel con extra de glow.
Problema y solución
Aunque el factor genético es importante, es solo una variable más de todas las que influyen en el estado de la piel, como la contaminación, la radiación solar o la luz azul de las pantallas. De hecho, "muchas veces buscamos soluciones cosméticas sin mirar primero la base: la alimentación. Lo que comemos no solo influye en cómo nos sentimos, sino en cómo nos vemos", explica la doctora Bañón. Es ahí donde entran en juego nutrientes como el hierro, la vitamina K o los betacarotenos, que trabajan para aportar luminosidad y firmeza al mismo tiempo que disminuyen la inflamación y son fundamentales para renovarse, defenderse del estrés ambiental y mantenerse hidratada. Comer bien no es solo una cuestión de salud, también es de belleza.
Productos del mercado
Los alimentos que transforman la piel desde dentro suelen tener algo en común: están llenos de antioxidantes, proteínas de calidad y nutrientes que estimulan la producción de colágeno, además de ser opciones frescas. El salmón o los huevos no son solo proteínas, son grandes aliados para mantener la estructura de la piel firme y elástica. La doctora Bañón también destaca el poder de las vitaminas C y E, presentes en las naranjas, aguacate o el brócoli, y que contribuyen a combatir el envejecimiento prematuro al mismo tiempo que tienen un papel fundamental para proteger y reparar la piel.
Salud digestiva
Por otro lado, la piel y el intestino tienen una relación directa. De hecho, un desequilibrio digestivo puede traducirse en acné, rosácea, piel apagada o con textura irregular. "Alimentos fermentados como el yogur natural, el kéfir, el chucrut o el miso aportan probióticos que ayudan a mantener el equilibrio bacteriano", afirma la doctora Bañón. Tampoco hay que olvidar aquellos ricos en fibra, presente en frutas, verduras, legumbres y semillas, como las de lino o chía, que actúan como alimento para esas bacterias buenas de la microbiota intestinal. Una piel bonita empieza por una buena salud digestiva y una dieta rica y variada, es decir: belleza y nutrición son dos caras de la misma moneda.
Un desequilibrio digestivo puede traducirse en acné, rosácea, piel apagada o con textura irregular. Cuidar la microbiota intestinal contribuye a una piel más bonita
Consejos de experta para una piel más luminosa, por Gracia Bañón
Píldoras de juventud
Alimentos como los arándanos, el cacao puro o las uvas negras no pueden faltar en nuestra dieta, ya que todos ellos son pequeñas bombas de juventud y equivalen a un booster en el mundo de la cosmética. Estos ayudan a neutralizar el daño que provocan los radicales libres, que son los responsables de muchas arrugas y manchas.
A todo color
La variedad cromática en el plato es una estrategia tan estética como nutritiva. De hecho, cuanto más colorido es un alimento natural, más variedad de fitonutrientes contiene. El rojo de los tomates y sandías es fuente de licopeno; el naranja de la calabaza nos habla de betacarotenos, y el verde oscuro del kale es señal de clorofila y calcio.
Protección natural
Los betacarotenos se encuentran en muchos alimentos de origen vegetal, especialmente en aquellos de color amarillo, naranja y rojo, como zanahorias, pimientos o mangos. En el cuerpo, estos nutrientes se transforman en vitamina A, la cual actúa ayudándonos a tener un tono de piel uniforme y protegido del sol.
Los cuatro fantásticos
Aguacate: Es uno de los superalimentos para una piel radiante, especialmente por su alto contenido en grasas saludables, vitamina E y compuestos antiinflamatorios. Es como una crema hidratante desde dentro.
Té verde: Habitual en la medicina china, el té verde destaca no solo por su efecto antioxidante, sino también por su capacidad para calmar la piel desde el interior. Aprovecha la subida de las temperaturas y añádele un par de hielos.
La vitamina C, presente en la naranja o el brócoli, contribuye a combatir el envejecimiento prematuro
Papaya: La papaína es la enzima que se extrae de la papaya y que ayuda a la digestión. Además, aporta vitamina C en dosis generosas, estimulando la producción natural de colágeno.
Semillas de chía: Son tan pequeñas como poderosas, ya que aportan omega 3 vegetal, fibra y minerales que mantienen la piel hidratada y el intestino feliz. Pueden tomarse con batidos, yogures, en ensaladas o incluso en repostería.