Ronquera recurrente: ¿puede ser por algo grave?

Te contamos por qué se produce este problema de salud y si puede deberse a algo grave que tenga que ser visto por un especialista

Por Nuria Safont

Una voz más ronca de lo normal suele manifestarse tras haber pasado un resfriado, por haber hablado mucho en una reunión o gritado en un concierto. Incluso por las mañanas, al levantarnos, podemos despertarnos con una ligera ronquera. Sin embargo, cuando este cambio en la voz se hace persistente, hay que consultar con el médico. Y es que si bien lo más probable es que la explicación no sea grave, sí hay enfermedades serias que pueden provocar una ronquera recurrente. Te lo explican Carlos Campaña y Esther Justel, vocal coaches y fundadores de VoKal (https://vokalo.es/). 

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¿Cómo se manifiesta la ronquera recurrente?

La ronquera se puede notar antes a nivel sensorial que a nivel auditivo. Es decir, la persona que la sufre siente cosas como dificultad para hablar (tiene que hacer más esfuerzo) o que, a pesar de ese esfuerzo, se le oye menos. También suele haber mucha más flema de lo normal, e incluso se puede sentir un ligero cosquilleo a la altura de la nuez, que es donde están alojadas las cuerdas vocales.

Cuando se empieza a notar a nivel auditivo, normalmente se percibe como una voz un poco más grave y menos limpia. Esto es porque las cuerdas vocales no pueden vibrar libremente debido a interferencias como una inflamación o las propias flemas que decíamos antes, y eso genera ruido en la señal de sonido.

Si es recurrente, normalmente los síntomas cada vez son más acentuados y más frecuentes.

¿Por qué se produce?

Si es recurrente, es posible que haya un problema funcional, estructural o ambos. Un problema funcional significa que se está utilizando la voz incorrectamente, es decir, los músculos necesarios para generar la voz no se están utilizando bien. Es como quien hace un ejercicio de abdominales y luego le duele la nuca, o hace pesas para ejercitar los bíceps y luego le duele la espalda. En ambos casos no se están usando bien los músculos correctos, y son otros los músculos que intentan hacer el trabajo.

Un problema estructural significa que hay algo no está bien en la voz a nivel físico. Por ejemplo, que una cuerda vocal no tenga movilidad por algún fallo en el sistema nervioso, o porque debido a alguna alergia, los tejidos del aparato fonador estén inflamados. Resfriados, larintigis, reflujo gastroesofágico, fumar o vapear, cambios bruscos de temperatura, aires acondicionados o incluso el estrés. Todo eso puede afectar a la estructura de la voz.

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¿Cuándo hay que acudir al médico?

Lo primero, si hay dolor. Esto es innegociable. Si es recurrente, también, porque puede ser un síntoma de algo más grave.

Hay otras señales que indican que estaría bien ir al médico, aunque no necesariamente tienen que ser graves. Por ejemplo, si cuando te levantas después de estar acostado un rato o después de dormir hay más ronquera, podría tratarse de reflujo gastroesofágico o de que dormimos con la boca abierta. O si hablas durante un rato, unos minutos, y cada vez necesitas más esfuerzo para hablar y la voz no sale limpia, algo hay.

En cualquier caso, si después de hacer reposo vocal un par de días la cosa no mejora, nuestra recomendación es ir al médico sí o sí.

¿Qué enfermedades graves puede esconder?

Unas cuantas. Por ejemplo:

  • Lesiones vocales como nódulos.
  • Paresia o parálisis de las cuerdas vocales, es decir, una cuerda vocal paralizada o ambas.
  • Cáncer de laringe.
  • Anemia.

¿Cuál es el tratamiento?

Depende de la enfermedad. El que primero tiene que decir algo es el médico especialista. El otorrino, el oncólogo, etc., porque aunque la voz es muy importante para la vida, la salud general va primero. Una vez el especialista indique el tratamiento, hay que ver si se requiere algún tipo de terapia vocal. Si se requiere una cirugía, suele ser recomendable hacer terapia vocal antes y después de la misma.

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¿Cómo se puede prevenir?

Afortunadamente, la mayoría de problemas de voz nacen de un mal uso. Es una buena noticia, porque es algo que se puede aprender a hacer mejor; así que la primera medida de prevención es adquirir una buena técnica vocal. Por lo demás, vida sana: no fumar, utilizar mascarilla con productos de limpieza que puedan ser abrasivos, hacer muchas escapadas a la naturaleza…

También es verdad que hay cosas que a veces vienen por mucho que hagamos, lamentablemente. Es inevitable infectarse con algún virus alguna vez y, desde que el COVID vino, se están viendo reacciones muy extrañas a nivel vocal y a nivel del aparato respiratorio en general. Igual que enfermedades más graves como el cáncer, que ojalá supiéramos cómo evitarlas por completo.

Por último, si te tienen que intubar, pedir al anestesista o a la persona que vaya a hacerlo que tenga especial cuidado. Esto es importante, porque la intubación puede dañar la voz. Por ejemplo, Julio estudia canto con nosotros, aunque empezamos trabajando con él porque le habían hecho un transplante de los dos pulmones y durante la intubación tocaron algo que paralizó una de sus cuerdas vocales. Ha avanzado mucho en unos meses, pero no se puede garantizar que su voz vuelva a funcionar igual que antes de la operación.

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