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La personalidad es el conjunto de características y patrones de pensamiento, sentimientos y comportamientos que definen a una persona y la distinguen de los demás. Es la forma en que una persona percibe, interpreta y responde al mundo que la rodea. La personalidad abarca aspectos como la forma de ser, los valores, las actitudes, los intereses, las habilidades, las emociones y los patrones de comportamiento que son consistentes a lo largo del tiempo y en diferentes situaciones. Hay muchos tipos de personalidad, una de ellas es la reservada.
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"La personalidad reservada se caracteriza por la tendencia de una persona a ser discreta, introspectiva y a preferir mantener cierta distancia emocional con los demás. Las personas con una personalidad reservada suelen ser más tranquilas, reflexivas y pueden ser selectivas al compartir sus pensamientos y sentimientos", nos explica la Pilar Guerra Escudero, psicóloga clínica y coach ejecutivo (pilarguerra.es).
Son individuos que tienden a la introspección y analizan los problemas con detalle. Son más racionales en sus pensamientos y comportamientos. Por ejemplo, a la hora de buscar soluciones para un problema, los aspectos emocionales no pesan tanto.
Como detalla la psicóloga, las personas reservadas, generalmente, "no suelen estar muy abiertos a las nuevas experiencias. Sin embargo, pueden ser simpáticos, agradables y meticulosos".
Además, suelen ser bastante autosuficientes, tienden a tratar sus propios problemas, en lugar de buscar ayuda de otros. ¿Quieres saber si tú también eres reservada? Haz nuestro test de personalidad:
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¿Tímidas y reservadas es lo mismo?
Como aclara la especialista en psicología Pilar Guerra Escudero, "no todas las personas reservadas son tímidas. La personalidad tímida implica sentir ansiedad o incomodidad en situaciones sociales y tener dificultades para interactuar con los demás. Si bien algunas personas reservadas también pueden ser tímidas, no todas las personas tímidas son reservadas. La reserva se refiere más a una preferencia por la privacidad y a ser más introspectivo, mientras que la timidez se relaciona más con la ansiedad social"
Los introvertidos no son asociales, de hecho, pueden socializar y lo hacen, solo que de una manera distinta a la de los extrovertidos.
Las personas reservadas valoran más las relaciones profundas y significativas, prefieren conectar con los demás de manera auténtica y compartir sus ideas con grupos pequeños o de tú a tú.
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¿Cómo se forma la personalidad reservada?
Hay varias razones por las que alguien puede tener una personalidad reservada. Algunas personas pueden ser naturalmente introvertidas, lo que significa que obtienen su energía de la soledad y la reflexión interna en lugar de las interacciones sociales.
Las experiencias pasadas, como traumas o rechazos sociales, también pueden llevar a una personalidad más reservada como una forma de protección emocional.
Presentar dificultad de conectar con los demás o tener una baja autoestima también pueden ser otras razones.
Las personas pueden también ser reservadas por estar desconectadas de sí mismas y no ser conscientes de quiénes son realmente.
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¿Cómo afecta la personalidad reservada a las relaciones interpersonales?
La personalidad reservada puede afectar las relaciones interpersonales de diferentes maneras. Puede hacer que sea más difícil para alguien abrirse emocionalmente y compartir sus pensamientos y sentimientos con los demás. Esto puede generar una barrera en la comunicación y hacer que las personas reservadas sean percibidas como distantes o poco interesadas en establecer relaciones cercanas.
Sin embargo, cuando las personas reservadas encuentran a alguien con quien se sienten cómodas, pueden establecer vínculos profundos y significativos.
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Consejos para hacer nuevos amigos
Como decíamos, uno de los principales inconvenientes de la personalidad más reservada es que puede tener una mayor dificultad para conocer a gente. La experta nos da algunas claves para hacer nuevos a migos:
- Buscar actividades o grupos en los que se sienta interesado/a. Compartir intereses comunes puede facilitar la interacción al encontrar personas afines.
- Iniciar conversaciones con preguntas abiertas para fomentar la participación de los demás y mostrar interés genuino por ellos.
- Puede tomar cierto tiempo construir relaciones. Es mejor hacerlo gradualmente, evitando sentir la presión de abrirse completamente de inmediato, pero mostrando disposición para compartir y escuchar a los demás.
- Practicar habilidades sociales, como mantener el contacto visual, mostrar empatía y escuchar activamente.
- Ser paciente con uno mismo. Hacer amigos lleva tiempo y es normal sentirse incómodo al principio.
Como concluye la psicóloga Pilar Guerra Escudero, "todos evolucionamos de alguna manera a lo largo de la vida, por lo tanto, sí es posible que alguien cambie ciertos aspectos de su personalidad reservada a lo largo del tiempo".
La personalidad es modulable y se puede modificar en muchos aspectos. A medida que las personas adquieren nuevas experiencias, desarrollan habilidades sociales y trabajan en su autoconfianza, pueden volverse más abiertas y extrovertidas en ciertas situaciones.
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