Estas son las razones por las que lloran los ojos en invierno

Con las bajas temperaturas, es muy habitual notar un molesto y constante lagrimeo cuando estamos en el exterior

Por hola.com

¿Te lloran especialmente los ojos en invierno? No estás solo. En esta estación, con las bajas temperaturas, es muy habitual notar un molesto y constante lagrimeo cuando estamos en el exterior. Partimos de que la superficie del ojo, compuesta principalmente por la conjuntiva y la córnea, necesita estar muy bien hidratada y lubricada para estar en óptimas condiciones. Pero las circunstancias climáticas del invierno, con frío y viento, hacen que dicha humedad se evapore. Lo cierto es que nuestros ojos tienen un mecanismo de defensa fisiológico innato para protegerse: volver a hidratarse con la producción de lágrimas.

“Tanto la conjuntiva (la membrana que recubre el interior del párpado y la parte blanca del ojo -esclera-) como la córnea (la lente superficial del ojo) son zonas muy sensibles y, además la córnea, dispone de una cantidad de fibras nerviosas que tienen la capacidad de detectar los cambios de temperatura, tanto frío como calor. Por tanto, el lagrimeo no es más que un acto reflejo del organismo que envía señales a las glándulas que producen las lágrimas para que actúen recubriendo los ojos para crear así una película que los proteja”, comenta el Dr. Fernando Llovet, oftalmólogo cofundador de Clínica Baviera.

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¿Debemos preocuparnos?

Es importante atender a los síntomas para valorar si debemos preocuparnos. En el caso de que los ojos lagrimeen por frío y no haya otro síntoma, estaríamos ante una situación normal ante la que no habría por qué preocuparse. Sobre todo, si lo experimentamos cuando hay una bajada drástica de las temperaturas, propia de estas épocas. Hay que prestar atención en el caso de que esto suceda de forma constante o continúe sucediendo cuando las temperaturas suban. En ese caso, conviene acudir al especialista, ya que podría tratarse de otro problema ocular, como una pequeña obstrucción del lagrimal u otra complicación que debe ser valorada por un profesional. Y cuidado si dicho lagrimeo va acompañado de ojos rojos, legañas o dolor. Si eso sucede, también se debería consultar al especialista.

Otros problemas oculares típicos del invierno

No solo aparece el lagrimeo en estos meses de frío. Pueden aparecer también conjuntivitis víricas a consecuencia de los virus que provocan los procesos gripales, el picor, la sensación de quemazón o la irritación. Para combatirlos, es de gran importancia seguir ciertas pautas para intentar que nuestros ojos sufran lo menos posible y ayudarnos a conseguir una buena salud visual.

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Desde Clínica Baviera comparten una serie de consejos con el fin de mejorar la salud ocular durante estos días fríos e intentar reducir las dolencias mencionadas.

  • Aumentar la hidratación. Las lágrimas artificiales sin conservantes se convierten en las mejores aliadas. Con el propósito de evitar esas molestias de sequedad, es recomendable utilizarlas para lubricar la superficie ocular. Con su uso evitaremos picor, irritaciones o sensación de ardor en el ojo.
  • No olvides las gafas de sol. No, no son solo para el verano. Si tus ojos van a sufrir una fuerte exposición al frío y al viento, es conveniente protegerlos aligiendo unas gafas adecuadas, homologadas, con filtros adecuados y adquiridas en centros especializados. Si las utilizas, evitarás problemas en la córnea como la conjuntivitis o queratitis.
  • No frotes tus ojos. “Si entra un cuerpo extraño en nuestros ojos debido al viento u otro agente, debemos evitar frotar. Lo mejor es lavarlo con suero fisiológico y tratar la zona con cuidado, evitando así problemas mayores”, recomiendan.
  • Controla la humedad de los ambientes. No es mala opción recurrir al uso de un humidificador en casa o en las zonas de trabajo, pues así evitaras la sensación de sequedad y picor que estos ambientes generan.
  • Hidratación también por dentro. Otra forma de mantener los ojos hidratados es bebiendo agua. Los buenos hábitos a la hora de alimentarnos también se reflejan en nuestra salud visual, por lo que es importante mantener los niveles de hidratación en nuestro organismo para que los ojos no se vean afectados por una falta de líquido.
  • Aumentar el parpadeo. Es un gesto reflejo, pero es fundamental. Por ello, hay que tratar de parpadear más y de manera más constante, especialmente en momentos de lectura o durante el uso de aparatos electrónicos, facilitará la hidratación natural del ojo y evitará la sensación de fatiga visual o sequedad.