Hay personas que ven cómo sienten palpitaciones, cómo el ritmo de su corazón se acelera. Y notan que esto sucede, además, en un momento muy concreto, tras las comidas. Así, justo después de comer, sienten esos latidos de su corazón, o el pulso acelerado, sobre todo después de una comida copiosa o en la que hemos ingerido los alimentos demasiado rápido. Nos hemos planteado si es algo normal o si debería ser motivo de consulta médica. Y hemos hablado para aclararlo con el doctor Daniel Gaitán Román, cardiólogo en el Hospital Regional Universitario de Málaga y miembro de Top Doctors.
¿Es normal tener palpitaciones después de comer?
Sentir palpitaciones (percibir el propio latido cardíaco) es algo que puede ocurrir con frecuencia tras una comida. No debemos preocuparnos de inicio, salvo que presenten ciertas características.
¿Cuál es la causa de que esto nos suceda?
En condiciones normales, tras una ingesta de alimentos, el tubo digestivo va a necesitar más sangre para poder realizar la digestión, por ello el corazón va a bombear sangre con más fuerza y más rápido y por ello podemos notarlas con relativa frecuencia.
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¿Influye lo que comemos en que se den estas palpitaciones después de las comidas?
Por supuesto, una comida copiosa o realizada de forma rápida puede facilitar que aparezcan. Además, debemos evitar el consumo excesivo de cafeína y/o teína, el alcohol, los alimentos muy azucarados con carbohidratos procesados y las bebidas energéticas. También es recomendable moderar el consumo de sal y grasas saturadas por el mismo motivo.
¿Cuándo deberían ser las palpitaciones motivo de preocupación?
Deben preocuparnos cuando sean muy frecuentes y duraderas y sobre todo cuando se asocien a síntomas (mareo, falta de aire, dolor en el pecho).
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¿Hay factores de riesgo que incrementan la posibilidad de tener palpitaciones?
Los pacientes con enfermedades crónicas, cardíacas, renales, respiratorias y digestivas tienen más riesgo, sobre todo con determinados medicamentos que pueden aumentar la predisposición a tener arritmias, como diuréticos, antidepresivos…
¿Es importante cuidar la dieta para tratar de prevenir este problema?
El hecho de seguir una dieta mediterránea, cardiosaludable, ha demostrado que disminuye el riesgo de que aparezcan arritmias. Por ello, debemos priorizar el consumo de lácteos desnatados, intentando evitar alimentos ricos en grasas saturadas y colesterol como embutidos, bollería industrial, alimentos fritos, precocinados, ultraprocesados y en su lugar apostar por el aceite de oliva (ácidos grasos monoinsaturados) y alimentos ricos en ácidos grados poliinsaturados Omega 3, como es el caso del pescado azul (sardina, atún, boquerón, caballa, jurel…). Moderar el consumo de sal y alcohol y priorizar cocinar los alimentos a la plancha, microondas, horno, parrilla o cocidos al vapor. Debemos evitar el consumo de bebidas energéticas y refrescos que contienen cafeína, y aportan muchas calorías y sal. Por último, debemos añadir frutos secos, legumbres y cereales a nuestra dieta, aportan magnesio, un nutriente que disminuye la aparición de arritmias.
