Las señales que pueden alertar de un suicidio y cómo prevenirlo

Para ayudar a las personas con riesgo, el Ministerio de Sanidad ha puesto en marcha “Llama a la vida”, la línea 024 de atención a la conducta suicida

Por Nuria Safont

Mañana se celebra el Día Internacional para la Prevención del Suicidio, una fecha clave para alertar de este grave problema que se lleva por delante la vida de personas que no quieren morir, sino dejar de sufrir. Por ello, aprovechamos esta día para insistir en la detección de señales que puedan hacernos sospechar de que una persona quiere acabar con su vida porque no ve otra salida para poner fin al dolor que lleva dentro. 

Llama a la vida

El suicidio es la primera causa de muerte externa en nuestro país y la primera causa de muerte en jóvenes y, según datos del INE, en 2020 se registraron 3.491 muertes por suicidio en España, lo que supuso un 7,4% más que en 2019. La clara apuesta de la administración por mejorar la Salud Mental de los españoles y por prevenir y ayudar a las personas para evitar el suicidio se hizo patente ayer con la puesta en marcha de la Línea 024, de Atención a la Conducta Suicida.

Con el lema “Llama a la vida”, una línea de teléfono que estará disponible las 24 horas los 7 días de la semana. Este servicio es gratuito, accesible, inmediato, confidencial y está atendido por personas expertas, para dar apoyo tanto a aquellos que puedan tener conductas suicidas como a sus familiares y allegados. Además, el 024 está conectado con los servicios de emergencia de las distintas comunidades y ciudades autónomas para ayudar a aquellos cuyo sufrimiento les lleva al límite de sus fuerzas, porque, según explicó la Ministra de Sanidad, Carolina Darias, “una persona con una conducta suicida no quiere morir, sino que quiere dejar de sufrir”. Y ¿qué podemos hacer para impedirlo? 

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¿Cómo evitar el suicidio? 

El entorno familiar o núcleo cercano es muy importante en este punto, explica la psicóloga Pilar Conde y si se tiene miedo a que alguien conocido cometa suicidio se debe actuar lo antes posible. Algunas de las señales que pueden alertar de una posible conducta suicida son el abandono de sí mismo, por ejemplo, ya que es un síntoma significativo; la persona no se cuida, evita salir, disminuye el contacto con su entorno, tiene problemas en el sueño, puede perder peso, no disfruta, tiene apatía, presenta problemas de concentración, atención, nos explica Pilar Conde. 

Ahora bien, matiza la directora técnica de Clínicas Origen, los síntomas per sé no significan que la persona se quiera suicidar, pero nos deben poner alerta, “hay que hablar con esa persona y ofrecerle nuestra ayuda”

La comunicación es importante y se debe desterrar ese miedo a que hablar de ello pueda desencadenar el desenlace fatal. En este sentido, la experta en psicología insiste en que hablar sobre suicidio no provoca el suicidio, sino que abre una ventana para poder ayudar en el caso de que sí se presenten estos pensamientos. Esta premisa es fundamental y, sobre todo, en el caso de episodios depresivos, problemas de alcoholismo, trastorno bipolar, esquizofrenia y  trastorno de personalidad límite, diagnósticos  los que se le suele vincular.

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Atención a las enfermedades mentales

La concienciación en torno a enfermedades mentales como la depresión, uno de los principales factores de riesgo de suicidio, es también fundamental. La detección y atención tempranas contribuyen a la prevención de graves complicaciones como el suicidio. Sin embargo, sobre la depresión todavía pesa el estigma y la incomprensión. “La depresión en absoluto se debe confundir con una actitud de la persona. Jamás lo pensaríamos si se tratara de otra enfermedad crónica que conllevara un riesgo de morir, como el cáncer. Por ello, y como en cualquier otro tipo de enfermedad, es vital la detección precoz y el soporte a la familia”, asegura Cecília Borràs, psicóloga y presidenta de “Después del Suicidio - Asociación de Supervivientes” (DSAS)

Conde añade que, aunque hay casos de suicidio en personas que no habían dado ninguna señal, pero, señala, "son los menos", debemos estar muy atentos a episodios vitales de crisis, si la persona siente limitada su capacidad de afrontamientos en contextos como rupturas sentimentales, problemas económicos y enfermedades crónicas, entre otros. También, y sobre, todo, en la adolescencia, un periodo crítico, en el que la persona es más vulnerable.

Pilar Conde concluye asegurando que el suicidio se puede prevenir. Para eso hay que tomar una mayor conciencia, entablar un diálogo sin tabúes y que las personas con pensamientos suicidios cuenten con herramientas para poder ver esa luz que parece imposible vislumbrar al final del túnel. 

Síntomas de suicidio 

¿Y cuáles son las señales que pueden indicar que una persona está al borde del suicidio? Borrás afirma que "casi siempre es posible detectar señales de alarma de riesgo de suicidio, aunque no son identificables en todos los casos. Sucede como en la conducción, alguna vez nos saltaremos una señal porque estaremos distraídos. Además, no estamos entrenados como sí lo estamos para conducir”. En cualquier caso, debemos estar atentos a estos síntomas, representados en la campaña #stopsuicidios de Lundbeck: 

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Los jóvenes no hablan de lo mal que están 

Otro aspecto que queremos subrayar es la atención de los jóvenes que, lamentablemente, no hablan de lo mal que se encuentran. Y lo peor es que a raíz de la pandemia, el número de suicidios entre los jóvenes se ha disparado entre un 200 y un 250% con respecto a datos anteriores y aproximadamente el 30 % de adolescentes indicó haber tenido ideas de suicidio en los últimos seis meses, tal y como recoge la publicación editada por Funespaña, Revista Adiós

Como comenta la psicóloga Patricia Gutiérrez, los niños que sufren mucho no hablan de lo mal que están. Podríamos pensar que es al contrario, que si un niño está sufriendo nos lo va a contar. Un niño que sufre no cuenta su sufrimiento, no va a verbalizar su dolor. Por tanto, tenemos que ser nosotros. Así pues, ¿cómo sospecharlo? 

  • Su estado de ánimo decae
  • Su rendimiento escolar baja.
  • Se encuentra más ausente
  • Participa menos en clase y en las reuniones familiares