¿Qué es un tumor neuroendocrino de páncreas, como el que ha sufrido Fedez, el rapero italiano?

El marido de Chiara Ferragni ha anunciado que ha sido intervenido de este tumor. Te contamos cómo se tratan los tumores neuroendocrinos, cómo se manifiestan y los avances que se han producido hasta la fecha.

Por Nuria Safont

El cáncer neuroendocrino pertenece a un tipo de tumores que afectan al sistema neuroendocrino, formado por glándulas que se encargan de fabricar hormonas. Estas son las 'mensajeras' químicas de nuestro organismo y se encargan de enviar instrucciones para un correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Por ejemplo, regula la cantidad de hormonas, controla el estado de ánimo, el desarrollo o el crecimiento. En definitiva, este sistema influye en todas las células y órganos y la presencia de un tumor puede causar una variedad de síntomas. 

Encontramos tumores neuroendocrinos en distintos órganos y sistemas, siendo la localización más frecuente el sistema digestivo, principalmente el páncreas. De hecho, el 10% de los cánceres de páncreas son, en realidad, tumores neuroendocrinos, según señala el Dr. Enrique Grande, jefe del Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cancer Center Madrid y uno de los referentes en el tratamiento de los TNE. Este es el tipo de tumor que le han diagnosticado a Fedez, el marido de Chiara Ferragni, y del que ha sido operado recientemente. La buena noticia es que este tipo de cáncer de páncreas suele tener un mejor pronóstico que el cáncer de páncreas común. 

El diagnóstico precoz es el gran reto en estos tipos de cáncer, debido en gran parte a su lento desarrollo y a su sintomatología inespecífica. En el caso del tumor neuroendocrino de páncreas, hay que estar atento a estas manifestaciones si persisten, aunque hay que recordar que pueden estar asociadas a otras patologías. En cualquier caso, ante la duda, hay que consultar con el médico: 

  • Color amarillento en la piel y en los ojos
  • Úlceras de estómago 
  • Acidez
  • Diabetes
  • Cansancio
  • Indigestiones 
  • Pérdida de peso no justificada
  • Erupciones cutáneas
  • Cambios en le tránsito intestinal 
  • Dolor de abdomen o espalda
  • Nivel bajo de glucosa 

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¿Qué es el cáncer neuroendocrino (TNEs)?

"Son tumores originados en células neuroendocrinas que están distribuidas en todos los órganos de la anatomía humana. La mayoría se originan en el tracto gastrointestinal, en el páncreas o en el pulmón. Se diagnostican en la quinta o sexta década de la vida (aunque en familias con síndromes de predisposición hereditaria pueden diagnosticarse a edades mucho más jóvenes) y afectan algo más a hombres que a mujeres (54% varones vs 46% mujeres según los últimos datos publicados del registro español de TNEs, RGETNE)", explica la Dra. Rocío García Carbonero, Oncóloga Médica, coordinadora de la Unidad de Tumores Digestivos y Neuroendocrinos del Hospital 12 de Octubre. 

Como aclara la especialista, las células neuroendocrinas son un tipo de célula especial capaz de secretar hormonas en respuesta a distintos estímulos, que son como unos mensajeros químicos que regulan funciones muy importantes en nuestro organismo, como los niveles de glucosa en la sangre, la secreción ácida gástrica, la motilidad intestinal, la neurotransmisión y el estado de ánimo, y otras múltiples funciones muy relevantes.

Estos tumores pueden secretar estas hormonas en exceso y producir así, además de los síntomas derivados de cualquier tumor por ocupación de un órgano, síndromes clínicos muy característicos, como el síndrome carcinoide (diarrea, sofocos, broncoespasmo, cardiopatía). "Esto es lo que se conoce como TNEs funcionantes". Generalmente tienen un comportamiento más indolente que otros tumores malignos, aunque también existen TNEs pobremente diferenciados que pueden llegar a ser muy agresivos. Son realmente una familia de tumores compleja, muy heterogénea.

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¿Cuáles son los síntomas y signos? 

Al ser tumores con frecuencia indolentes y de lento crecimiento, es frecuente que no den síntomas hasta fases avanzadas de la enfermedad, o que sean diagnosticados incidentalmente durante procedimientos diagnósticos o quirúrgicos que se realizan por otros motivos. Por otro lado, como pueden originarse en cualquier órgano los síntomas que producen pueden ser muy variados en función de la localización anatómica, y con mucha frecuencia son muy inespecíficos (son síntomas comunes a muchas otras enfermedades o problemas de salud). Las señales de alerta de este tipo de tumores, como decíamos, son muy variadas. 

Síntomas generales: 

  • Cansancio y fatiga
  • Problemas gastrointestinales
  • Pérdida de peso sin causa aparente 
  • Pérdida de apetito

Signos relacionados con la localización del tumor: 

  • Dolor en el área afectada
  • Bulto o engrosamiento en una parte del cuerpo 
  • Náuseas o vómitos 
  • Tos o ronquera
  • Cambios en los hábitos intestinales (diarrea, estreñimiento)
  • Cambios en los hábitos urinarios
  • Ictericia (coloración amarillenta de la piel)
  • Sangrado 

Síntomas relacionados con la liberación de hormonas

  • Enrojecimiento de la cara
  • Diarrea
  • Palpitaciones
  • Hiperglucemia (sudoración, taquicardia, confusión)
  • Hipoglucemia 
  • Erupción cutánea 
  • Ardores de estómago
  • Ansiedad

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¿Cuál es la supervivencia de una persona con cáncer neuroendocrino?

La supervivencia global media de los pacientes con TNE es de 9 años, según los últimos datos del SEER americano, un programa que aporta información estadística sobre las diferentes enfermedades oncológicas.  No obstante, el pronóstico varía y depende de: 

  • El grado o índice proliferativo Ki-67 (un marcador de proliferanción celular)
  • De la localización del tumor primario (los de mejor pronóstico en general son los apendiculares o los rectales, y los de peor pronóstico los del eje bioliopancreático)
  • Del estadío de extensión tumoral

"De ahí que la supervivencia pueda oscilar desde más de 30 años para los tumores localizados de bajo grado, hasta unos pocos meses para los tumores diseminados de alto grado. Globalmente, en todo caso, tienen mucho mejor pronóstico que otros tumores malignos, particularmente los TNEs bien o moderadamente diferenciados o de bajo grado (grado 1-2), por lo que son tumores muy prevalentes", puntualiza la Dra. García Carbonero, que también es miembro de la Junta Directiva de GETNE y de ENETS.

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¿Cuáles son los factores de riesgo?

En el caso concreto del tumor neuroendocrino pancréatico, estos son los factores de riesgo: 

  • Ser hombre: los varones tienen mayor propensión a desarrollarlos que las mujeres. 
  • Tener antecedentes: tener algún familiar que lo haya padecido aumenta el riesgo de sufrirlo. 

El diagnóstico precoz 

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¿Cómo se tratan los tumores neuroendocrinos?

Estos tumores se tratan mediante resección endoscópica o quirúrgica, cuando se detectan en estadíos precoces. Si no es posible la cirugía porque se han extendido a otros órganos, como el hígado, existen opciones de tratamiento dirigidas tanto al control del síndrome hormonal que pueden producir como a controlar el crecimiento tumoral. En estos casos, el abordaje terapéutico es variado: 

  • Tratamiento hormonal con análogos de somatostatina, fármacos muy bien tolerados y generalmente los fármacos de primera elección en tumores bien diferenciados de bajo grado
  • Fármacos antidiana, antiangiogénicos (sunitinib, surufatinib, axitinib…)
  • Inhibidores de mTOR (everolimus)
  • Quimioterapia convencional en los tumores de origen pancreático o los tumores de mayor índice proliferativo.
  • Otras opciones no farmacológicas: embolización, quimioembolización o radioembolización de las metástasis hepáticas, o el tratamiento con radionúclidos, que es un tratamiento muy eficaz en tumores que expresan receptores de somatostatina.

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Avances en el tratamiento de los tumores neuroendocrinos

Desde el punto de vista diagnóstico, los principales avances han sido el consenso para una clasificación histopatológica homogénea, y los avances en el ámbito de la medicina nuclear, con técnicas más sensibles y precisas para identificar la presencia de los receptores de la somatostatina en la superficie celular, que es una característica típica de los TNEs y de una gran utilidad diagnóstica y terapéutica.

Asimismo, se ha avanzado mucho en el desarrollo de radioisótopos para detectar los receptores de somatostatina, como el Galio-68-DOTATOC, que permite su empleo con técnicas de radiodiagnóstico como PEC-TAC. El PET con 68Ga-DOTATOC facilita la identificación de estos tumores más precozmente y con mayor precisión y definición anatómica que el método empleado previamente (el octreoscan). Permite determinar que se trata de un tumor neuroendocrino, evaluar la extensión de la enfermedad, y también seleccionar a los pacientes candidatos a terapias dirigidas contra esta diana molecular, como los análogos de la somatostatina o la terapia con radionúclidos.

En la última década, se han experimentado avances significativos en el tratamiento de esta enfermedad. El primero de ellos fue la demostración de que fármacos antiangiogénicos como el sunitinib eran capaces de frenar el crecimiento de los TNEs pancreáticos bien o moderadamente bien diferenciados. Poco después inhibidores de mTOR como el Everolimus demostraron un efecto similar, primero en TNE pancreáticos, y más recientemente en TNEs pulmonares e intestinales.

También en estos últimos años se han llevado a cabo distintos estudios que han demostrado la eficacia antitumoral de los análogos de somatostatina, el octeotrido o el lanreotido, fármacos que hasta entonces únicamente se usaban en tumores funcionantes para tratar los síndromes de exceso de producción de hormonas. Y más recientemente hay que destacar los resultados del tratamiento con radionúclidos en TNEs intestinales (radioterapia que utiliza fármacos radiactivos).

Pero quizá de los avances terapéuticos más importantes cabría destacar el tratamiento con radionúclidos (Lu177-DOTATATE), que es un tratamiento dirigido que consiste en vincular un fármaco antidiana con un radioisotopo (que administra radiación directamente en la célula cancerosa). Este tratamiento es capaz de inducir respuestas tumorales en un 18% de los pacientes con TNEs intestinales, y frena significativamente la progresión de la enfermedad. Además, es un tratamiento muy bien tolerado y que mejora la calidad de vida de los pacientes tratados, tanto en terminos generales de estado global de salud y función física y social, como en síntomas muy relevantes para los pacientes con TNEs, como es el cansancio o la diarrea.

Este último año, también se han presentado avances importantes en el campo de los fármacos antiangiogénicos. En concreto dos nuevos fármacos, el surufatinib en TNEs pancreáticos y extrapancreáticos, y el axitinib en TNEs extra-pancreaticos, han demostrado aumentar la tasa de respuestas tumorales y frenar la progresión de la enfermedad. El surufatinib fue ensayado en población China y está aprobado para el tratamiento de los TNEs en este país, y el axitinib ha sido ensayado en un estudio independiente liderado por la Dra. García Carbonero en el seno del Grupo Español de Tumores Neuroendocrinos (GETNE), y sus resultados fueron seleccionados para comunicación oral en el último congreso europeo de Oncología Médica (ESMO 2021) celebrado en Paris. 

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¿Hacia dónde va la investigación?

"El primer reto que nos encontramos para el desarrollo de la investigación en los TNEs es su baja incidencia, ya que son tumores poco frecuentes por lo que con frecuencia la sospecha clínica es baja, y esto hace que en ocasiones no se empleen las técnicas más adecuadas para su diagnóstico", señala la Dra. Rocío García Carbonero, que analiza cuáles son las principales limitaciones y desafíos. 

La segunda dificultad es que su amplia distribución anatómica, son tumores pueden originarse en cualquier órgano de nuestra anatomía, hace que la atención inicial de estos pacientes esté muy disgregada entre distintos especialistas (neumólogos, gastroenterólogos, internistas…) lo cual, sumado a su baja incidencia, hace que la experiencia clínica también se disperse, y que, con frecuencia los médicos que atienden al paciente no conozcan en profundidad las peculiaridades biológicas de estos tumores y, por ello, no empleen los métodos más adecuados para su diagnóstico. Esto es una limitación muy importante también para el desarrollo de la investigación cooperativa. Por lo tanto, uno de los grandes retos en nuestro país es el desarrollo de centros de referencia o centros de excelencia en TNEs, con equipos multidisciplinares bien formados y coordinados, con experiencia clínica suficiente para diagnosticar, tratar y generar conocimiento en el ámbito de los TNEs.

El futuro de la investigación precisa profesionales que comprendan en profundidad la enfermedad, tanto desde el punto de vista clínico como las bases moleculares de la enfermedad para poder desarrollar terapias más dirigidas y personalizadas a las características biológicas particulares de cada tumor en cada paciente.

Y es que los TNEs son una familia compleja y heterogénea de tumores de comportamiento clínico muy dispar, desde tumores muy indolentes a otros que pueden ser rápidamente letales. Para ello es esencial la concentración de la casuística en centros especializados, la cooperación intercentros nacional e internacional, y la colaboración estrecha con los equipos de investigación básica. Por ello es muy relevante la colaboración académica e independiente en redes de cooperación interdisciplinar estables como es el caso del grupo español GETNE o la labor que lleva a cabo sociedad europea de TNEs (ENETS).

Otra limitación importante para el desarrollo de la investigación en el ámbito de las enfermedades raras es la financiación y limitado interés general para el desarrollo de nuevas terapias en este contexto, por lo que es esencial trabajar para la visibilización de este problema de salud, que afecta a individuos relativamente jóvenes, y aunque es una enfermedad de baja incidencia tiene una alta prevalencia por su mejor pronóstico.

Es de destacar también la importancia de la contribución de otras entidades y organizaciones que podrían también financiar la investigación en este campo. Todo ello es esencial para poder generar avances rápidamente transferibles a la clínica que mejoren el pronóstico y la calidad de vida de nuestros pacientes.