El dolor neuropático es uno de los peores dolores y que causa más sufrimiento

Es un trastorno neurológico que se produce por el daño en un nervio. No tiene la finalidad de 'avisarnos' de un traumatismo o de un problema de salud. Puede hacerse crónico y causa un gran deterioro en la vida del paciente

Por hola.com

Ayer se celebró el Día Mundial del Dolor, una fecha que aprovechamos para hablarte de un tipo de dolor, el neuropático, considerado uno de los peores dolores que pueden sufrir una persona y que causa un gran deterioro en la vida e, incluso, en la salud mental de los pacientes. Se describe como una sensación muy desagradable y nada parecida a lo que percibimos cuando nos hemos dado un golpe o sufrido una quemadura. El dolor neuropático suele ser similar a una quemazón o descarga eléctrica y no se localiza con precisión. Además, normalmente viene acompañado de otra sensaciones como hormigueos o, incluso, insensibilidad

"Existen distintos tipos de dolor que tradicionalmente englobamos en tres grandes grupos: el dolor nociceptivo, que es el causado por la activación de los receptores del dolor en respuesta a un estímulo (por una lesión, inflamación, infección, enfermedad,…); el dolor neuropático, como consecuencia del daño sobre el propio sistema de comunicación del sistema nervioso y que se considera un dolor patológico, ya que no tiene ninguna utilidad como mecanismo de alerta o defensa; y finalmente, un dolor con condiciones mixtas de los dos”, explica el Dr. Alan Luis Juárez-Belaúnde, Coordinador del Grupo de Estudio de Dolor Neuropático de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Cuáles son los síntomas 

Además del dolor, que suele manifestarse como agudo o pinchazos, existen multitud de síntomas o consecuencias que puede padecer una persona con dolor neuropático. Entre ellos destacan: 

  • Hormigueo, entumecimiento
  • Sensibilidad extrema al tacto
  • Falta de coordinación
  • Falta de apetito
  • Problemas de sueño
  • Ansiedad
  • Decaimiento
  • Fatiga
  • Problemas digestivos
  • Estreñimiento 

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Causas del dolor neuropático 

Como decíamos, este tipo de dolor causa mucho sufrimiento a quienes lo padecen. Se produce por una disfunción del sistema nervioso que hace que se interpreten como dolorosos ciertos estímulos que en realidad no lo son. La SEN estima que hasta 3 millones de españoles pueden padecer este tipo de dolor que, por sus características fisiopatológicas y por la ausencia de respuesta de más del 50% de los pacientes al tratamiento inicial, éste tiende frecuentemente a su cronificación: hasta un 77% de los pacientes lo pueden sufrir durante más de 3 meses y el 65% presenta sintomatología residual al año del inicio del dolor.

Las causas más frecuentes que pueden provocar esta disfunción del sistema nervioso son:

  • Infecciones
  • Diabetes
  • Problemas del sistema inmunitario
  • Enfermedades renales
  • Enfermedades hepáticas
  • Cáncer
  • Traumatismos en los nervios

Otras causas que pueden provocar dolor neuropático son: 

  • Medicamentos (por ejemplo, los usados en quimioterapia para tratar el cáncer)
  • Alcoholismo
  • Deficiencias de vitaminas (como las del grupo B o la vitamina E)
  • Exposición a venenos 

“El dolor neuropático o mixto que además se cronifica, es el que suele involucrar un mayor esfuerzo de atención por parte del especialista. A pesar de que en los últimos años se ha llevado a cabo un gran avance en su tratamiento, en muchas ocasiones, éstos o no son bien tolerados por el paciente, o se pierde la adherencia terapéutica por distintos factores, o incluso el dolor se hace refractario a cualquier tipo de tratamiento”, comenta el Dr. Alan Luis Juárez.

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Cuál es el tratamiento 

El tratamiento del dolor neuropático es muy complejo y difícil. Como insisten desde la SEN, se considera como uno de los peores dolores, con afectación en las esferas física, psicológica y funcional en la vida diaria de la persona en un 85% de casos. Además, está descrito que alrededor de un 70% de las personas afectadas por esta condición pueden llegar a presentar algún tipo de trastorno en la esfera psiquiátrica, sobre todo del tipo ansioso-depresivo, alteraciones en el ámbito del sueño, e incluso fatiga crónica.

Por otra parte, debido al aumento de expectativa de vida en la población española, la prevalencia del dolor crónico, en especial el neuropático crónico está viéndose aumentado. La multimorbilidad está especialmente relacionada con este tipo de dolor y alrededor del 88% de la población mayor tiene estas características: con trastornos del rango anímico como depresión y ansiedad, obesidad, diabetes mellitus, trastornos cardiovasculares y pulmonares, y cáncer, entre los más habituales. Además, si bien en dolores de difícil manejo se necesita la combinación de dos o más líneas de tratamiento específicos, con un alivio solo en el 50% de casos, el sufrir varias comorbilidades dificulta o impide la adecuada acción. 

En cualquier caso, este suele ser el abordaje terapéutico

  • Tratamiento farmacológico
  • Fisioterapia 
  • Terapia psicológica

En ocasiones, puede ser necesario recurrir a: 

  • Cirugía correctiva
  • Administración de fármacos anestésicos o inyecciones de esteroides en el lugar del dolor 
  • Dispositivos para modular las señales de dolor
  • Neuroablación, en la que se destruyen con calor los nervios que van al cerebro. Esta suele ser la última opción 

Se puede prevenir el dolor neuropático 

Se pueden adoptar hábitos de vida que pueden aliviar el dolor o, incluso, evitar que aparezca en algunos casos, según indica la Clínica Mayo. Estos son: 

  • Dieta sana, equilibrada, variada con predominio de alimentos vegetales, cereales integrales y proteína magra o baja en grasa. 
  • Evitar las deficiencias de vitaminas que pueden ser causadas por dietas restrictivas. 
  • En caso de seguir una dieta vegetariana o vegana, hablar con el médico para la suplementación, por ejemplo, de vitamina B12
  • Hacer ejercicio regularmente. Lo ideal sería practicar una actividad física entre 30 a 60 minutos al menos tres veces a la semana. 
  • Evitar factores que puedan causar daño a los nervios como movimientos repetitivos, posiciones incómodas que apliquen presión a los nervios, exposición a sustancias químicas o tóxicas, fumar o beber alcohol en exceso. 

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