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Hace unas semanas, el vídeo de una conocida modelo peruana bañando a su mascota Hortensia se hizo viral. Y es que Hortensia no es un perro ni un gato, es una gallina. "Aunque me critiquen, no me importa. Yo amo a todos animales", rezaba el comentario con el que acompañaba la curiosa imagen. No es la única. Cada vez se hace más popular adoptar este animal como compañero de hogar, mucho más allá de su labor ponedora, motivo por el que era habitual tener gallinas en casa. Puede llegar a ser muy afectuoso y cercano a los humanos, aunque se necesita algo de paciencia.
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El condicionante primero que debes tener en cuenta si estás valorando tener esta ave por mascota es que necesita cierta libertad. Descarta la idea si vives en tu piso. La gallina necesita un lugar al aire libre donde moverse, así como un espacio cerrado a modo de pequeño cobertizo para resguardarse y poner huevos. No es aconsejable que la dejes deambular en el interior de la casa pues lo más probable es que lo deje todo perdido con sus excrementos.
La imprimación filial
Las gallinas son una de las especies que se vinculan con sus 'familias' por la llamada impronta filial, es decir, reconocen como progenitores a los primeros que ve y le alimentan. Lo normal es que lo primero que vea al nacer sea a su madre, pero puedes probar a improntarte con un pollo recién salido del huevo. Es complicado, pero en ese caso reconocería la tuya como su propia especie. Te reconocería como madre y tendrías, por tanto, ese fuerte vínculo. Sin embargo, lo más habitual es adoptarla al día siguiente de nacer. En este caso no os reconoce como madre pero sí os identifica como la misma especie. Si ha llegado a convivir con su colonia, será muy complicado ganar su confianza.
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Qué cuidados necesita una gallina
El corral debe estar situado sobre tierra, de modo que sus heces se conviertan en abono natural. No le puede faltar una barra de madera para que duerma y un cajón para que ponga e incube los pollos. Viven entre 5 y 10 años y si tienes otras mascotas, como perros, por ejemplo, presta especial atención, sobre todo si tienes pequeñas crías. Hay muchas especies diferentes; entre las más vistosas se encuentran la sebright, con plumas de color blanco y ribetes negros, o la ayam cemani, que es completamente negra, incluidos los ojos o el pico.
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Para detectar que una gallina está en perfecto estado, existen una serie de claves: su cresta debe estar vibrante de color, rojo o anaranjado, sus ojos brillantes, la parte superior del pico libre de mucosidades o con el cuerpo erguido. Le gusta de todo, así que la alimentación es muy sencilla, desde cereales a vegetales o semillas, aunque el pan y la patata no les sientan bien. Como cualquier mascota, cuida que tenga siempre agua fresca y limpia; y un secreto… les encanta frotarse en piscinas con arena, que además les permite estar desparasitadas. Y no, no hace falta tener también un gallo para que te de huevos.
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