Teletrabajo, ERTES y despidos, ¿cómo afectan a la relación entre compañeros?

La incertidumbre, los ERTES, los despidos y el miedo al contagio han podido enturbiar las relaciones laborales y provocar situaciones que produzcan malestar.

Por Nuria Safont

La situación que hemos vivido a consecuencia del coronavirus ha provocado cambios en nuestra forma habitual de trabajar, también ha perjudicado la productividad de muchas empresas y ha obligado a que muchas hayan tenido que ajustar sus plantillas o promover el teletrabajo, muy bien visto por la mayoría pero que no deja de tener 'aristas'.

Todo ello, está generando un clima de incertidumbre que puede acabar minando las buenas relaciones entre compañeros. Incluso el hecho de teletrabajar puede repercutir en nuestras relaciones. Así lo opina la psicóloga Andrea Trujillo, de Blua de Sanitas. Esta situación “ha promovido cambios y ajustes organizativos muy rápido para mantener la actividad. Muchas empresas han optado por implantar el teletrabajo, y los empleados han tenido que adaptarse a una nueva forma de trabajar, a la digitalización, que no está exenta de dificultades, a los cambios en la forma de comunicarse con los compañeros y los equipos; a la realización de reuniones virtuales, la limitación de la movilidad y del contacto social, a una mayor flexibilidad horaria, así como compaginar el cuidado familiar y de los niños con las actividades laborales en un mismo espacio”.

Aunque el teletrabajo no es algo nuevo, ya que diferentes organizaciones llevan algunos años promoviendo esta modalidad, lo que sí es nuevo es su implantación masiva. “Esto ha podido generar incomodidad, resistencia, inseguridad en cuanto a las capacidades y productividad, sensación de aislamiento, miedo a perder el control, dificultades a lo hora de conciliar con la familia, etc”, continúa.   

Por otra parte, las personas y las organizaciones que han continuado con su actividad y no han podido optar por el teletrabajo “han tenido que enfrentarse cada día a la incertidumbre y la exposición a un posible contagio, adoptar las medidas de seguridad y de protección recomendadas, y volver cada día con la duda de si han podido o no coger el virus y contagiar a los miembros más vulnerables de su familia”. 

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¿Cómo influye la incertidumbre en las relaciones con los compañeros? 

La incertidumbre es un factor de gran estrés y es muy complicado que este lo sepamos compartimentar en una sola área de nuestra vida. Normalmente, “cuando uno tiene ansiedad por algo, esta ansiedad se extiende a casi todas las áreas de la vida de la persona, también por supuesto la social. Cuando experimentamos los síntomas de la ansiedad (palpitaciones, temblores, nudo en el estómago, inquietud, preocupación, pensamientos negativos…) nos volvemos inevitablemente más hacia nosotros mismos, permanecemos más tiempo observando nuestro cuerpo, nuestros pensamientos y nuestras emociones. Esto nos puede llevar a descuidar las relaciones con los otros y a ser más bruscos en nuestras habilidades sociales”, advierte Aída Rubio, psicóloga y coordinadora del equipo de psicólogos de TherapyChat.

De hecho, incluso puede salir lo peor de nosotros mismos. “Todos somos vulnerables a este hecho. Las relaciones sociales se conforman de una serie de percepciones que tenemos sobre los demás y de cómo se dirigen a nosotros (pensamiento), de emociones y de las conductas que nosotros llevamos a cabo en consecuencia. Con lo cual si una persona está verdaderamente desbordada por sus emociones y pensamientos, puede salir lo peor de ella, con más seguridad si no tiene las habilidades para manejar sus emociones, para darles salida paulatinamente y de otro modo que no sea volcándolas en los demás.”, señala Aída Rubio.

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Los malentendidos del teletrabajo 

Por otro lado, añade la psicóloga de Blua de Sanitas, “el teletrabajo puede dificultar o desvirtuar los límites y los horarios que establecemos con la organización, los compañeros y las demandas. Además, la comunicación a través de medios telemáticos puede llevar a errores, incrementar las situaciones de tensión, limitar o entorpecer la resolución de problemas y promover las relaciones negativas en el trabajo”. 

Asimismo, si en casa se están presentando problemas para lidiar con las responsabilidades, alteraciones en el sueño y la alimentación, o se ha sufrido una pérdida familiar, podemos ver afectados los recursos para gestionar eficazmente situaciones de tensión emocional, lo que incrementa la vulnerabilidad. ¿Qué hacer entonces para evitar las relaciones tóxicas y promover un buen clima laboral?

Mejorar la relación entre compañeros 

Es importante recordar que cada persona es diferente y su forma de relacionarse puede cambiar en función de la situación. Además, hay personas que carecen o no saben cómo gestionar adecuadamente un conflicto, y esto puede complicar la situación.   

Para prevenirlo, “es recomendable que exista una buena comunicación tanto entre iguales como entre empleados y superiores. Las interacciones entre compañeros deben ser positivas, en el momento exacto en el que percibamos lo contrario, es preferible evitar, o no alimentar con comentarios dañinos o críticas poco constructivas y ser asertivos”, indica Andrea Trujillo, de  Blua de Sanitas  

Es importante no responder con agresividad y limitar la ironía. Establecer y mantener los límites en cuanto a horarios para recibir o enviar email o llamadas; y desconectar y respetar tiempos de descanso y ocio. Trabajar la empatía, ponerse en el lugar del otro, y fomentar un clima de colaboración y respeto. Si es posible, acudir a tus superiores y pedir ayuda si el problema se agrava o se prolonga en el tiempo, o compartir con ellos tus dudas y dificultades.  

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 ¿Cuándo se debe consultar con un especialista? 

Si las preocupaciones y problemas están generando un importante desgaste emocional. Si se experimenta tristeza, apatía y mal humor, además está afectando al rendimiento, no quiere o evita trabajar. Si está experimentando episodios de estrés o ansiedad, dificultades para dormir o relacionarse con personas ajenas al trabajo, o empieza a afectar a la autoestima de la persona que se encuentra bajo la presión de una relación dañina, o se ha incrementado el consumo de alcohol o sustancias para sobrellevar el día de trabajo, es importante acudir a un especialista que le ayudará a desarrollar herramientas para gestionar la situación y prevenir problemas más graves.  

¿Y si soy víctima de acoso laboral?

“Es más probable que aparezca el síndrome de burn out que el mobbing como respuesta a la incertidumbre laboral”, opina Aída Rubio. Aún así, no debe descartarse esta situación, por lo que hay que saber identificar las señales.  

Para reconocer una situación de acoso laboral en tu entorno, lo primero que debes observar es que existe un patrón repetitivo y no se trata de hechos puntuales. Lo segundo a tener en cuenta es que a veces el acoso puede enmascararse detrás de bromas no tan inocentes, o bien de actitudes sutiles, como pueden ser reiterados comentarios de pasada sobre una persona que con el tiempo van conformando una visión negativa entre los compañeros. Otras veces no son tan sutiles, como pueden ser las mentiras y los rumores. Si observas que algún compañero está teniendo un cambio de actitud importante, se encuentra más aislado y/o su rendimiento ha disminuido bastante, esto puede alertarte de un problema. Y si consideras que te pasa a ti, no dudes en ponerle freno o consultar con tus superiores o el departamento de RRHH. Si lo prefieres, puedes hablar con un  experto en salud laboral para que te oriente sobre cómo actuar. 

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