Recupera tu equilibrio interno gracias al shiatsu

Esta técnica de origen oriental, basada en digitopuntura, puede ayudarte a estar más relajada y equilibrar tu sistema nervioso para combatir el estrés y la ansiedad. Pero tiene también muchos beneficios físicos. Te explicamos cuáles son.

Por hola.com

Cuantas veces te has encontrado al límite sin saber muy bien cómo abordar la situación. Sobre todo en aquellas ocasiones en las que no reconoces un problema grave como origen de tu malestar, que pasa del plano físico al emocional y mental, haciendo mella en todas las parcelas. Reconectar contigo misma y con tu cuerpo en momentos así es fundamental para abordar estados de este tipo, en los que te sientes navegando a la deriva. Practicar disciplinas donde trabajas tu yo de manera integral como puede ser el yoga o acudir a la ayuda de un psicoterapeuta que te guíe en el proceso de salida son buenas decisiones.

En este sentido, existen también un buen número de terapias alternativas a las que recurrir para 'reequilibrarte', que no significan una cura sino una herramienta para preparar tu cuerpo y mente para el desafío. Una de ellas es el shiatsu, de la que seguro has oído hablar pero posiblemente no sepas definir correctamente. Shiatsu significa, etimológicamente, "presión con dedo", lo que apunta directamente al método que se usa para practicarlo: la digitopuntura. Es una terapia manual, un masaje terapéutico, cuyo objetivo es armonizar cuerpo, mente y emoción a través del contacto y estimulación de los canales energéticos (meridiano) y puntos específicos (tsubos).

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Tal y como hoy se conoce tiene su origen en Japón a finales del siglo XIX, aunque bebe del masaje tradicional nipón, pero se trata de una técnica viva que se ha alimentado de otras corrientes orientales como la medicina tradicional china así como de técnicas occidentales de contacto. Como su raíz lingüística indica, se basa en presiones, que pueden hacerse con los dedos, principalmente los pulgares, pero también con los pies, codos, rodillas o las palmas de las manos. A diferencia de otras técnicas de masaje, el shiatsu trabaja de manera sutil e intuitiva. No solo está indicado para tratar molestias físicas sino que busca que la energía interna fluya, favoreciendo el equilibrio y la canalización, casi cómo una técnica al servicio del crecimiento personal.

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¿Qué caracteriza a este tipo de masaje?

Según Inma Blanquer, directora del centro Health & Wellnees Assari de Madrid, el shiatsu no solo actúa a nivel osteo-muscular sino también sobre los diferentes sistemas del organismo: nervioso, sanguíneo, linfático y hormonal, incluso influye positivamente sobre el sistema inmunológico, contribuyendo a reforzarlo. Según la experta sus principales características serían las siguientes:

  • Es un tratamiento integral porque trata y previene al mismo tiempo 
  • Las presiones que se realizan en todo el cuerpo tienen un efecto profundo, no actúan solo a nivel muscular, sino también a nivel de sistema nervioso central y periférico, y en los órganos internos por el llamado reflejo viscerocutáneo 
  • No tiene límite de edad y pueden solicitarlo adultos, niños y ancianos, buscando en cada caso un objetivo diferente
  • Induce al paciente a realizar una respiración más pausada y profunda, lo que permite una mayor oxigenación y favorece una relajación profunda 

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¿Y cuáles son sus indicaciones terapéuticas?

  • Molestias y patologías de espalda 
  • Trastornos circulatorios 
  • Retención de líquidos 
  • Trastornos musculares 
  • Problemas digestivos 
  • Trastornos menstruales y premenstruales 
  • En la preparación al postparto 
  • Alteraciones del sistema nervioso como estrés, ansiedad e insomnio 
  • Refuerza el sistema inmunológico 
     

Un antídoto contra el estrés que libera tensiones

Además de mejorar determinados trastornos físicos, el shiatsu puede contribuir también a mejorar cuadros de estrés, por ejemplo. Su gran poder relajante y liberador de tensiones te ayuda a desbloquear tu cuerpo pero, tal y como aseguran los expertos en esta disciplina, también a tomar conciencia de él con más facilidad, así como de los pensamientos y las emociones. Es por ese motivo que es mucho más que un masaje y en este punto es, precisamente, donde surgen algunos detractores de esta disciplina. Pero lo cierto es que es la única de las terapias orientales reconocida, junto con la acupuntura y el anma (masaje japonés), de forma oficial por el Ministerio de Sanidad japonés.

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Se practica por encima de la ropa, normalmente sobre una colchoneta o esterilla en el suelo y sin uso de cremas o aceite. Es suave por lo que también agradable de recibir. Además de presiones sutiles, también suele incluir rotaciones y estiramientos. No es nada agresivo por lo que no tiene apenas contraindicaciones, solo que es mejor evitarlo en casos de osteoporosis, infecciones cutáneas, hemorragias, fracturas o epilepsia.