Psicología

Por qué vivir enfadada te resta energía

El enfado es una respuesta a emociones como el dolor, el miedo, la culpa o la tristeza y muestra un desequilibrio entre las expectativas y la realidad

Por Gtresonline

A pesar de su mala reputación, el enfado es algo normal, habitual y, además, necesario. En muchas ocasiones, es la mejor manera de arreglar las cosas y consolidar una relación. Puede ser un factor de cambio, fortalece lazos, refuerza la confianza y nos permite conocernos mejor a nosotros mismos. Sin embargo, que este sentimiento aparentemente negativo tenga algunos beneficios, no significa que estar continuamente enfadado y altamente irritable sea positivo. Hay personas que están constantemente malhumoradas, como si este fuera su estado natural. Explotan ante el menor estímulo, reaccionan de manera exagerada ante una determinada circunstancia y se irritan cuando una opinión es contraria a la suya. Tienen las emociones negativas a flor de piel. Pero, ¿qué produce este 'enfado crónico'?

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Lo que esconde el 'enfado crónico'

El estado de ánimo nos ofrece una valiosa información acerca de cómo nos encontramos. Cuando los enfados dejan de ser puntuales para pasar a ser un sentimiento que se extiende durante días, meses e incluso años, existe un grave problema que se debe afrontar. Hay que asumir cuáles son los verdaderos motivos que nos han llevado a esta situación que es sinónimo de infelicidad. En la inmensa mayoría de los casos, el enfado no es con el mundo ni con la vida en sentido general, aunque pueda parecerlo, sino con nosotros mismos y nos absorbe la energía. 

  • No consigues aceptarte: El enfado muestra un desequilibrio entre tus expectativas y la realidad en sí misma. No somos lo que esperábamos ser, nos exigimos demasiado y consideramos que no somos lo suficientemente buenos para alcanzar nuestro imagen ideal. 
  • Insatisfacción: No haber alcanzado nuestros sueños e ideales provoca un sentimiento constante de insatisfacción. Este sentimiento nos conduce a estar dolidos con el mundo y con todo lo que nos rodea.  
  • Inseguridad: El enfado es una respuesta a emociones como el dolor, el miedo, la culpa o la tristeza. El 'enfado crónico' es propio de personas inseguras, que se enfrentan al mundo con actitud defensiva para 'camuflar' estas carencias emocionales. 
  • Asuntos pendientes: Las frustraciones, las desilusiones, los fracasos y las cuentas pendientes tienen asociados un inevitable sentimiento de culpa del que es muy difícil desprenderse. 

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Herramientas para salir del enfado permanente

  • El primer paso para acabar con este problema es aceptarlo y tratar de descubrir cuál es el origen de nuestro malestar. ¿Por qué estoy constantemente enfadado? Si lo dejamos pasar, este estado irá a más y se prolongará en el tiempo. Necesitamos indagar en nosotros mismos para encontrar respuestas. Únicamente de esta manera daremos con la fórmula para alcanzar una paz interior que permita que los asuntos cotidianos no nos irriten ni malhumoren.
  • Para tener una relación sana con el resto del mundo, primero tenemos que reconciliarnos con nosotros mismos. Aceptarnos, valorarnos, querernos y no castigarnos ni frustrarnos por no haber sido lo que habíamos imaginado ser. Solo con seguridad y una actitud positiva y enérgica podremos continuar progresando.
  • Arreglar viejas rencillas nos ayudará a mirar hacia el futuro con felicidad. En muchas ocasiones, una simple conversación puede arreglar aquello que nos lleva tiempo atormentando. Atrévete a dar el paso.
  • Si no somos capaces de emprender este camino en solitario, podemos acudir a un psicólogo para pedir asesoramiento personalizado.

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