¿Qué es la artritis psoriásica, la enfermedad de Kiko Hernández, de Sálvame?

Te explicamos en qué consiste esta enfermedad y cuáles son las señales que pueden hacerte sospechar que la padeces

Por Nuria Safont

El pasado mes de mayo, el colaborador de Sálvame, Kiko Hernández, apareció en el plató del programa con unos guantes compresores para aliviar la enfermedad que padece, la artritis psoriásica, una patología que se le ha agravado estos meses por la enfermedad y muerte de su compañera, Mila Ximenez, según ha informado Vanitatis. Te explicamos en qué consiste esta enfermedad, cuáles son los síntomas y el tratamiento. 

¿Qué es la artritis psoriásica?

La artritis psoriásica (APs), un tipo de artritis, es una enfermedad inflamatoria que afecta a las articulaciones, la columna vertebral, la piel y las uñas. Se trata de una patología de larga duración y su relación con la psoriasis es muy estrecha. Los síntomas más frecuentes de la artritis psoríasica son inflamación, rigidez, dificultad para realizar movimientos y cansancio. Todos ellos, hacen que la calidad de vida de los pacientes se vea muy limitada. 

Con motivo del Día Mundial de la Artritis, que se celebra el 12 de octubre, hablamos con la doctora Eva Galíndez Agirregoikoa, reumatóloga del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Basurto en Bilbao. La especialista nos avanza las novedades en el tratamiento de esta dolencia y nos consejos para vivir mejor con artritis psoriásica. 

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¿Cómo se manifiesta esta enfermedad?

La APs afecta por igual a hombres y mujeres, más frecuentemente con edad comprendida entre 30 y 50 años. Sus manifestaciones clínicas son muy variables. Se puede presentar como:

  • Artritis periférica (la más frecuente) que afecta a manos, pies, rodillas, etc.
  • Espondilitis: que afecta a la columna vertebral y a las articulaciones sacroliacas.
  • Dactilitis o dedo en salchicha.
  • Entesitis: que es la inflamación de la inserción de ligamentos, tendones o cápsula articular al hueso
  • Psoriasis cutánea y/o ungueal (que afecta a las uñas).

¿Qué relación tiene con la psoriasis?

Son enfermedades crónicas que comparten la inflamación causada por una alteración del sistema inmune. El riesgo de artritis en un paciente con psoriasis es constante a lo largo de su vida y se sitúa alrededor del 30%. De todos los pacientes con artritis psoriásica, la psoriasis precede a la artritis en aproximadamente 7 de cada 10 casos, mientras que en un 15% es posterior o simultánea.

Además, se ha estimado una mayor prevalencia del síndrome metabólico (hipertensión arterial elevada, diabetes, dislipemias, y obesidad) con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

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¿Y con otras artritis como la reumatoide?

Son enfermedades crónicas, musculoesqueléticas, inflamatorias y en las que está involucrado el sistema inmune. No obstante, son entidades diferentes con características clínicas, pronósticos y desenlaces distintos.

    ¿Se conocen las causas, por ejemplo, puede ser hereditaria?

    Se sabe que hasta un 30-40% de los pacientes con APs tienen algún familiar con psoriasis o artritis, lo que sugiere que la herencia desempeña un papel importante. Además de esta predisposición genética, factores ambientales, emocionales y alteraciones en el sistema inmune están involucrados en su desarrollo.

    ¿Hay formas de prevención?

    No existe ningún análisis o prueba radiológica que pueda indicar la aparición de artritis en pacientes con psoriasis. Sin embargo, se conocen signos de alarma que predicen su aparición como la severidad, su localización (cuero cabelludo, retroauricular, surco interglúteo e inguinal, palmo plantar) y la afectación ungueal.

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    ¿Cuál es el tratamiento?

    La APs es una enfermedad que se manifiesta de manera heterogénea, por lo que tiene diferente evolución y pronóstico. Dada esta variedad de formas, el tratamiento siempre es personalizado, por lo que en la práctica clínica valoramos el tipo de afectación y las comorbilidades, es decir, las enfermedades asociadas a cada caso. El objetivo terapéutico siempre es alcanzar la remisión de la enfermedad o reducir al mínimo la actividad inflamatoria para que los síntomas mejoren y los pacientes tengan una buena calidad de vida.

    Actualmente disponemos de recomendaciones farmacológicas basadas en la opinión de expertos para el manejo y tratamiento de esta patología. El tratamiento se basa en antiinflamatorios no esteroideos y corticoides para alivio del dolor, y los llamados fármacos modificadores de la enfermedad sintéticos (FAME). En caso de que esta opción terapéutica no tenga respuesta o haya efectos adversos, está indicada la terapia biológica por su seguridad y eficacia con los inhibidores del factor de necrosis tumoral e inhibidores de diversas citoquinas. Además, las últimas novedades son los fármacos modificadores de la enfermedad (FAME) diana específicos y, más recientemente, otro tipo de medicamentos, los inhibidores de las vías JAK ,que se administran por vía oral.

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    ¿Qué consejos dais para mejorar la calidad de vida del paciente con artritis psoriásica?

    El impacto emocional de esta enfermedad es en muchos casos significativo. En el caso de la psoriasis, es importante tener en cuenta que el estrés, la depresión y el aislamiento social requiere a veces apoyo psicológico.

    Además: 

    • Las personas con psoriasis y APs son más propensas a desarrollar hipertensión, hipercolesteronemia, obesidad y diabetes, por lo tanto tienen más riesgo cardiovascular, como ya se ha mencionado anteriormente.
    • Mantener un peso saludable con una dieta equilibrada, evitar el sobrepeso, tratar la hipertensión y el colesterol elevado, así como abandonar el tabaco y alcohol, son aspectos muy importantes en el tratamiento de esta enfermedad. 
    • Se sabe además que el consumo de alcohol agrava la psoriasis de forma considerable, y que el tabaco es un factor de mal pronóstico en la artritis.
    • El descanso y la realización de ejercicio físico son una parte fundamental, porque mejoran el cansancio y fatiga que suele producir la enfermedad y ayudan a mantener la movilidad articular.
    • Es importante que el paciente tenga una actitud positiva, colaboradora y comprometida, ya que ayuda a afrontar la enfermedad, establecer una buena comunicación con el profesional sanitario y, en definitiva, contribuye al control de la APs y la adherencia al tratamiento.