Tacones de vértigo: ¿son buenos para los pies?

Los daños que puede causar su uso abusivo

Por hola.com

Estilizan, sientan bien y son muy femeninos. Por ello, para muchas mujeres, los zapatos de tacón son el complemento imprescindible y los llevan todo el día. Pero como ocurre con la mayoría de las cosas, no hay que abusar y tenemos que tener en cuenta que los pies son la estructura anatómica más importante en el mantenimiento del cuerpo en la posición erguida. Intervienen en el movimiento, el equilibrio y, sobre todo, en el desplazamiento. Su delicada arquitectura está compuesta por multitud de músculos y ligamentos que les hacen más vulnerables ante las agresiones, traumatismos y sobrecargas. No debemos olvidar que, al término de nuestra vida activa habrán recorrido con toda seguridad una distancia superior a los 100.000 kilómetros. Los músculos y, sobre todo, los tendones y ligamentos de los pies son finos, sensibles y muy abundantes. Al estar lejos del corazón, adolecen con frecuencia de trastornos vasculares pues la llegada de sangre y retorno venoso pueden tener dificultades, dando lugar a varices y edemas.

Importancia del calzado. Es muy importante para la salud de los pies el tipo de calzado que usemos. Esta parte de nuestra indumentaria es una necesidad impuesta por nuestra cultura y desarrollo y su principal función es la de proteger los pies y facilitar su actividad. La sociedad actual ha impuesto el tacón alto en el calzado femenino con el fin de estilizar la figura y embellecer las piernas, pero ha abandonado o no ha tenido en cuenta las mínimas condiciones de funcionalidad.

Además, el calzado femenino suele ser abierto y de empeine bajo, circunstancias que influyen en la tendencia a utilizar zapatos más pequeños de lo necesario, por lo que aumenta la presión sobre los pies, especialmente, en su parte anterior, dando lugar con el tiempo a severas alteraciones anatómicas y funcionales.

El Hallux Valgus (conocido vulgarmente como ‘juanete’), la aparición de callos y durezas y el dolor crónico en dedos y pies son los tributos que paga el pie femenino a la belleza y a la moda. Los zapatos de tacón alto deben ser sólo utilizados para vestir o para ocasiones especiales, pues distribuyen el peso del cuerpo de forma irregular sobrecargando así los dedos y las uñas. Para uso diario es conveniente utilizar zapatos confortables y amplios, que no aprieten y que no provoquen rozaduras. Del mismo modo que para andar sobre superficies irregulares y realizar ejercicio o practicar algún deporte el calzado debe ser adaptado a la ocasión y la finalidad.

Consejos para unos pies sanos

  • Utilizar calzado adecuado. La funcionalidad y la comodidad debe primar sobre la estética.
  • Cualquier herida o rozadura debe ser curada y atendida lo antes posible.
  • Mantener las uñas bien cortadas. Si hay algún problema con ellas, hay que acudir a un podólogo de forma periódica.
  • Tomar un baño de pies o pediluvio con agua caliente y un puñado de sal, siempre que se sientan los pies cansados.
  • Usar cremas hidratantes o especiales para pies es la mejor forma de prevenir callos, durezas y rozaduras.

    Cuidados
  • El lavado y el baño de los pies debe ser diario. Además, hay que cuidar las uñas, ya que, si están mal cortadas, pueden dar lugar a problemas que generan alteraciones funcionales.
  • Cambiarse de medias y calcetines a diario. Llevarlos bien estirados y adaptados a la piel. Usar los tejidos que mejor vayan. Vigilar los callos y las durezas; para ello, se puede utilizar piedra pomez o una fina lija de cartón para alisar la piel y reducirlas.
  • Después del baño es conveniente aplicar una loción hidratante o una crema especial para pies, insistiendo en las zonas de roce.
  • Si hay alguna lesión específica (‘juanetes’, dedos montados, dedos en martillo, callos, durezas, uña incarnata, etc) hay que consultar con el médico, el podólogo o pedicuro.